Nueva Zelanda investiga el origen del brote que mantiene confinada a una ciudad de 1,7 millones de habitantes por cuatro casos

El Gobierno de Nueva Zelanda ha anunciado que confinará la ciudad de Auckland, en la que viven 1,7 millones de habitantes, desde este miércoles y hasta el viernes por haber registrado cuatro nuevos casos de COVID-19. Los cuatro positivos están localizados en una familia que no ha viajado al extranjero y son los primeros casos de transmisión comunitaria del virus después de más de 102 días sin detectar infectados por transmisión local. Se desconoce la fuente de la infección de la familia, por lo que las autoridades sanitarias del país ya han empezado la investigación.

“Estamos tomando una respuesta rápida para romper la cadena de transmisión. Tenemos los sistemas para erradicar el virus y evitar que se extienda”, ha dicho la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, en una rueda de prensa en Wellington. Las autoridades de Nueva Zelanda elevaron la alerta al nivel 3 (Restricción) en la ciudad de Auckland y al 2 (Reducción) en el resto del país.

El nivel 3 supone que los habitantes de Auckland vuelvan a aplicar el distanciamiento social de dos metros, se confinen en sus casas, con salidas limitadas, y reduzcan sus contactos a sus círculos cercanos.

Detectar ahora cuatro nuevos casos es un hecho significativo porque el país no había registrado transmisión comunitaria del virus en más de tres meses y la vida diaria había vuelto a la normalidad, excepto por estrictos controles fronterizos. Los 22 casos conocidos del virus antes de este dato se habían registrado entre los viajeros que regresaban a Nueva Zelanda, que mantenían una cuarentena en instalaciones habilitadas.

Investigación del contagio

Las autoridades están rastreando el origen y los contactos de las cuatro personas infectadas, entre ellos un menor. “Estamos trabajando duramente para encajar las piezas de este rompecabezas para saber cómo se infectó esta familia”, ha declarado hoy el director general de Salud de Nueva Zelanda, Ashley Bloomfield, que además informó de un nuevo caso de COVID-19 en los centros de cuarentena para viajeros.

Para rastrear la fuente de la infección se realizarán pruebas genómicas y además se redoblarán los esfuerzos de rastreo en la localidad de Rotorua, 192 kilómetros al sur de Auckland, dado que dos miembros de la familia infectada, entre ellas un menor, viajaron a ese lugar turístico el fin de semana pasado, según explicó Bloomfield.

Las autoridades también examinarán las superficies de un centro de refrigeración de alimentos en Auckland, en el que trabaja una de las personas infectadas, para determinar si el origen de los nuevos casos procede de una carga importada

Nueva Zelanda acumula un total de 1.223 casos de coronavirus, incluyendo 22 personas fallecidas.