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Trump, Israel y Emiratos Árabes Unidos cierran un acuerdo histórico sobre Palestina, pero sin Palestina: “Es una puñalada”

La Administración Trump ha ayudado a la consecución de un acuerdo histórico entre Emiratos Árabes Unidos (EAU) e Israel. Ambos países establecerán a partir de ahora relaciones diplomáticas plenas y, a cambio, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, renuncia a una de sus grandes promesas de campaña, la anexión de buena parte de Cisjordania. Palestina, el otro gran protagonista de esta historia –y ausente en el proceso– rechaza frontalmente el pacto y lo considera “una puñalada a la historia y al legado de sacrificio por la liberación” por parte de EAU, según han afirmado a este medio fuentes diplomáticas de Palestina.

“Como resultado de este logro diplomático y bajo la petición del presidente Trump y el apoyo de Emiratos Árabes Unidos, Israel suspenderá la declaración de soberanía sobre áreas marcadas en el plan Vision for Peace del presidente”, señala el comunicado conjunto firmado por Trump, Netanyahu y Mohamed Bin Zayed, príncipe heredero de Abu Dabi y comandante supremo adjunto de EAU.

Trump, cuyo embajador en Israel había afirmado –poco después de la propuesta de anexión de Netanyahu– que “Israel tiene derecho a quedarse con parte de Cisjordania”, ahora se coloca una nueva medalla en su particular camino a la paz entre Palestina e Israel. Un camino en el que no cuenta con una de las partes más importantes: Palestina.

“Israel ha sido premiado por no declarar abiertamente lo que lleva haciendo de forma ilegal y persistente a Palestina desde el comienzo de la ocupación”, ha denunciado Hanan Ashrawi, miembro del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). “EAU ha sacado a la luz sus tratos secretos con Israel. Por favor, no nos hagáis ningún favor ¡No somos la tapadera de nadie!”, ha añadido.

Ashrawi también ha dedicado un mensaje a Mohamed Bin Zayed, gran aliado del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salmán: “Ojalá no viva nunca la agonía de ver cómo le roban su país; ojalá no sienta nunca el dolor de vivir en cautiverio bajo una ocupación; ojalá no sea testigo nunca de la demolición de su casa o el asesinato de sus seres queridos. Ojalá no le vendan nunca sus 'amigos'”.

Para la Autoridad Palestina, las acciones de EAU suponen una violación de la Iniciativa de Paz Árabe, una propuesta de los países árabes del 2002 en la que estos afirmaban que considerarían acabado el conflicto árabe-israelí y establecerían relaciones normales con Israel a cambio de una retirada completa a las fronteras de 1967 y el reconocimiento del Estado palestino con capital en Jerusalén Este. “El liderazgo palestino rechaza la decisión de EAU y lo ve como una traición a Jerusalén y a la causa palestina, así como un reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel. El liderazgo palestino exige que se retire inmediatamente esta vergonzosa declaración”, ha señalado el ministro de Información, Nabil Abu Rudeineh.

“EAU no tiene derecho a hablar en nombre del pueblo palestino y no permitimos que nadie intervenga en los asuntos palestinos”, ha asegurado el ministro. “Palestina rechaza canjear una suspensión de una anexión ilegal a cambio de la normalización que buscan los emiratíes, utilizando para ello la causa palestina como pretexto e inclinándose así ante la presión de EEUU”. “La paz solo puede lograrse mediante el fin completo de la ocupación israelí de los territorios palestinos”, ha concluido el ministro.

El papel de Trump como 'mediador'

No es la primera vez que Trump prescinde de Palestina para llegar a un acuerdo sobre Palestina. No estuvo presente en el plan de paz del presidente, ambiciosamente apodado como el 'Acuerdo del siglo, que de hecho ha llevado al territorio árabe a romper relaciones tanto con Israel como con EEUU. Dicho acuerdo contemplaba la creación de dos Estados, permitiendo a Israel anexionarse el Valle del Jordán –aproximadamente el 30% de Cisjordania– y los asentamientos ilegales en territorio ocupado.

Pero la historia del fracaso del acuerdo de paz de Trump a la hora de atraer a los palestinos fue la consecución de una serie de agravios que deslegitimaron al presidente como un mediador creíble. En primer lugar, en diciembre de 2016, cuando Trump ni siquiera había asumido la presidencia, nombró a David Friedman embajador de EEUU ante Israel. Friedman, firme defensor de los asentamientos ilegales, ya dijo en su presentación que quería mover la embajada a “la capital eterna de Israel, Jerusalén”. Un hecho que se consumó el 14 de mayo de 2018. Mucho antes, en diciembre de 2017, el presidente ya había reconocido Jerusalén como la capital indivisible de Israel. La cuestión de la capitalidad es una de las cuestiones más relevantes del conflicto.

Meses después de la inauguración de la nueva embajada, el presidente ordenó el cierre de la oficina de la Organización Para la Liberación de Palestina en Washington, que en términos prácticos ejercía de embajada en EEUU y era uno de los pocos canales de comunicación entre ambos. Ese mismo día también amenazó a la Corte Penal Internacional, que está investigando posibles crímenes de guerra cometidos por Israel: “No permitiremos a la Corte Penal Internacional ni a ninguna otra organización limitar el derecho de Israel a defenderse”, afirmó el entonces asesor de seguridad nacional, John Bolton.

Más adelante, tan solo dos meses antes de la presentación del 'Acuerdo del siglo', El Gobierno de Trump revirtió años de política exterior estadounidense y afirmó que los asentamientos en territorio ocupado no violan el derecho internacional (a pesar de la opinión de la ONU). El relator de la ONU sobre la situación de derechos humanos en Palestina afirmó entonces que la decisión estadounidense “afianza aún más la perpetua ocupación israelí” y es “el último clavo en el ataúd de la solución de dos Estados”. Trump también ha sacado a EEUU de la UNESCO por su supuesto “sesgo contra Israel” y ha cortado la financiación a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA).

Mohamed Bin Zayed ha anunciado que el acuerdo se ha cerrado este jueves en una llamada telefónica a tres bandas. Ahora el siguiente paso es firmar una serie de acuerdos bilaterales “en las próximas semanas” en materia de inversiones, turismo, vuelos directos, seguridad, telecomunicaciones, tecnología, energía, sanidad, cultura, medioambiente y establecimiento de embajadas, entre otras cosas.

“La normalización de relaciones y la diplomacia pacífica unirá a dos de los socios regionales de EEUU más capaces y de mayor confianza. Israel y EAU se unirán a EEUU para lanzar una agenda estratégica para Oriente Medio con el objetivo de ampliar la cooperación diplomática, comercial y de seguridad”, reza el comunicado. De hecho, Emiratos árabes Unidos fue de los pocos estados árabes que apoyó el 'plan de paz' de Trump –rechazado por Palestina y la Liga Árabe– e incluso estuvo presente en su presentación en Washington a finales de enero de este año. Omán y Bahréin fueron los otros dos países árabes que acudieron al acto. El reciente acuerdo es una clara victoria estratégica de EEUU, pero no tan clara para Palestina.