Tan solo hace falta echar un vistazo a la fotografía del gabinete ministerial del expresidente brasileño Jair Bolsonaro y a la nueva del recién estrenado Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para apreciar la diversidad de los miembros que conforman este último. El nuevo Ejecutivo brasileño tiene 37 carteras, 11 de ellas lideradas por mujeres, un marcado acento social y políticos de distintas alas ideológicas, desde la izquierda hasta la centroderecha.
Muestra también de esa diversidad por la que Brasil ha decidido apostar en este tercer mandato de Lula da Silva es el emotivo discurso que el martes pronunció el nuevo ministro de Derechos Humanos, Silvio Almeida, abogado y escritor, considerado como uno de los mayores especialistas en cuestiones raciales del país. En el rindió homenaje a los colectivos que fueron despreciados por Bolsonaro durante su mandato, destacando que todos los sectores de la sociedad deben ser tratados con respeto, independientemente de su raza, condición social u orientación sexual.
Almeida enumeró a los diferentes colectivos que conforman la sociedad brasileña: los trabajadores, las mujeres, la población negra, los pueblos indígenas, la población LGBTIQ, las personas sin hogar, las víctimas de violencia o aquellas que sufren la falta de acceso a la sanidad, así como empleadas domésticas y todas cuyos derechos han sido violados. Y a todos ellos les envió un simple pero contundente mensaje: “Existís y sois personas valiosas para nosotros”, dijo entre aplausos durante la ceremonia de toma de posesión como ministro para después añadir: “Con este compromiso quiero ser ministro de un país que pone la vida y la dignidad en primer lugar”.
Asimismo prometió cambiar todas las medidas que hayan sido tomadas sobre la base del “odio y del prejuicio”.
El discurso de Almeida ha sido muy elogiado en las redes sociales. El diputado de En Comú Podem, Gerardo Pisarello, ha confiado en que las palabras del nuevo ministro “resuenen una y otra vez, porque resumen la esperanza que Brasil simboliza hoy para el mundo entero”.
Cabe recordar que algunos de los colectivos nombrados por el nuevo ministro brasileño fueron especialmente despreciados por el expresidente Bolsonaro a lo largo de su legislatura, pues en varias ocasiones el ultraderechista estuvo en el centro de la polémica por sus comentarios homófobos, machistas, racistas e incluso en favor de la dictadura.
La defensa de la familia -a la que Bolsonaro considera “sagrada”- desterrar la “ideología de género” o incluso impedir los “baños unisex” fueron algunos los principales ejes de su última campaña electoral.
Durante su mandato Bolsonaro se mostró contrario a las políticas de igualdad de género y ampliar tanto el aborto como los derechos del colectivo LGTBI. El líder conservador diseñó, sin embargo, políticas que hicieron estragos en la Amazonía, redujo el gasto social, flexibilizó la venta de armas y puso en duda la gravedad de la pandemia.
Lula da Silva, por su parte, asume ahora las riendas de un país totalmente diferente al que dejó tras su segundo mandato en 2011, un país dividido y con retos económicos y medioambientales por resolver.