Un día “duro para los estadounidenses” y, en especial, “para la comunidad LGTB del país”. Así de tajante se ha mostrado Barack Obama durante una intervención ante los medios después del ataque al club gay de Orlando, en Florida, en el que han muerto más de 50 personas y otras tantas han resultado heridas. Se trata del ataque más mortífero con arma de fuego de la historia de Estados Unidos.
Todavía no se tiene clara cuál ha sido la motivación del atacante, según ha explicado el presidente, pero ha detallado que el FBI está investigando el caso como un acto de terrorismo. Aunque no ha hablado de crimen directamente relacionado con la homofobia, sí que se ha referido a este colectivo.
“Es un día especialmente duro para los estadounidenses y para los que forman parte del colectivo LGTB”, ha lamentado el presidente. Obama ha apuntado que el asaltante, Omar Mir Sediq Mateen, “ha atacado una sala de fiestas donde la gente quiere sentirse bien de manera conjunta y donde se defienden los derechos civiles”.
En estos momentos, el FBI y las autoridades locales están trabajando de manera conjunta para esclarecer lo sucedido. “Aún no tenemos un juicio definitivo sobre las motivaciones del asesino” y ha añadido: “Descubriremos el porqué y el cómo”.
El debate sobre los fusiles de asalto ha aparecido también hacia el final de la rueda de prensa. “El atacante acudió con un fusil y una pistola a la sala. Esto nos recuerda lo fácil que es para una persona disparar en un cine o en una sala de fiestas. Tenemos que decidir qué tipo de país queremos ser”. Visiblemente consternado ha dicho justo al final que, ante el odio y la violencia, “seguiremos queriéndonos los unos a los otros”.