En las elecciones presidenciales de 2011, el panorama político y electoral del Perú lucía simple y despejado en comparación con el de diez años después. De un lado, estaba Ollanta Humala, militar hijo de militares, ex oficial del Ejército fujimorista, candidato nacionalista, candidato étnico (y candidato del venezolano Hugo Chávez, que lo llamó “un buen soldado”). Del otro lado, la vieja política y el populismo de Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori, y su ex primera dama. Cuando Ollanta subía al estrado, nadie era más polémico, más belicista: reflejaba la convicción en las propias convicciones, y en esto lucía diferente de todos los demás políticos. Los adversarios eran los que habían gobernado desde siempre a Perú. Por fuera de la estructura de partidos tradicionales, por fuera de lo que queda de la fujicracia y del aprismo (un centro-izquierdismo reformista e institucionalista, como el radicalismo argentino, o la extinta socialdemocracia venezolana, reciclado en esos días por Alan García), Ollanta, ex militar rebelde, podía parecer un cruce de Hugo Chávez con Evo Morales.
El Perú ha cambiado más desde que Humala dejó el poder en 2016 de lo que ha cambiado en sus determinaciones el expresidente y hoy candidato. A pesar de haber sufrido las campañas del Legislativo, el suyo fue el último Ejecutivo en completar el período presidencial. Desde 2016, un nuevo presidente fue elegido, tres fueron destituidos, uno último designado: el actual, Francisco Sagasti, no ha cumplido cinco meses en el cargo. En 2021, a pocos días antes de las presidenciales, ni siquiera hay tendencias seguras en la intención de voto que permitan apostar sobre quiénes rivalizarán en la segunda vuelta del 6 de junio, no hay grandes coaliciones ni alianzas a la vista. Y en tiempos de pandemia, las encuestas son menos confiables por todavía menos presenciales.
Encarcelado en prisión preventiva en 2017 por involucrarlo en la sección internacional de las investigaciones del caso Lava Jato, fue puesto en libertad menos de un año después por el Tribunal Constitucional. En 2019, su antecesor, Alan García se suicidó, acosado por las investigaciones de corrupción. Humala no se suicidó: en 2021, este político 'plebeyo', ahora con el bagaje de su experiencia, candidato a presidente por el Partido Nacionalista Peruano, sigue hablándole preferentemente a quien sea pobre y no sea de tez clara.
El domingo son las elecciones generales peruanas. Hay 18 candidatos. El ciudadano Ollanta Humala, ¿por quién va a votar y por qué?
¿Por quién voy a votar? Yo te repreguntaría por quién crees que voy a votar. Si me estoy presentando a la presidencia de la República…
Por supuesto que por usted. Pero ¿por qué los demás peruanos tienen que votar por usted, por esa candidatura que usted representa?
(Risas) Bueno, fíjate que lo que estamos viviendo son unas elecciones en una situación de emergencia, pero una emergencia que ya venía de antes de la COVID, una emergencia que los desatinos o los enfrentamientos entre el Legislativo y el Ejecutivo devinieron en una crisis política y económica en el país como nunca la ha habido. Y a eso le ha caído una pandemia. Entonces, la pandemia ha terminado de rematar la crisis política peruana. Y he aquí que hayamos vivido un retroceso tremendo sobre las políticas sociales, sobre las obras de infraestructura, sobre las reformas que se iniciaron en nuestro gobierno. Entonces, hoy día es un escenario incierto que vivimos en el mundo.
Creo que mi candidatura reúne dos fortalezas: una es haber gestionado, haber tenido gestión de gobierno durante cinco años, y hace poco además, el período anterior de 2011 a 2016, y lo otro es la experiencia que uno adquiere al gestionar, al tener una gestión de gobierno. Yo creo que eso va a marcar la diferencia entre los otros candidatos, donde tenemos un conjunto de candidatos que no tienen ni experiencia de gestión pública, y otros que no tienen una vida partidaria consciente. Se han inscripto, en el límite del plazo para poder postularse a la presidencia. Otros vienen del mundo del deporte, que no han tenido mayor actividad política. Sobre eso están la mayoría de estos candidatos, están asentados sobre partidos que son, en Lima se le llama, “vientre de alquiler”, es decir, partidos que no tienen mayor ideología, son como pequeños clubes que buscan cada 5 años mantener su inscripción, entonces buscan a un candidato que pueda pasar la valla electoral.
El linchamiento mediático genera prejuicios, y los prejuicios son muy difíciles de destruir, ¿no? Albert Einstein decía 'Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio'
¿Por qué candidato no votaría nunca el ciudadano Humala?
Yo nunca diría nunca. Yo creo que la política es el arte de lo posible, creo que las personas pueden cambiar, los partidos también pueden cambiar, así que no tengo un método de nivel “nunca”.
¿Va a llegar usted a la segunda vuelta presidencial del 6 de junio?
Bueno, no tengo una bola de cristal, pero estamos haciendo el esfuerzo para llegar a la segunda vuelta, y tenemos varias desventajas, somos el único partido que está con las cuentas incautadas, es decir, estamos haciendo una campaña muy franciscana. Y esto es para nosotros una primera desventaja. Y si usted ve el Perú, se va a dar cuenta que no tenemos ninguna publicidad. Y pese a que se dio una ley de financiamiento de campañas, tratando de regular el excesivo gasto de las campañas, hoy día estamos viendo que la mayoría de los partidos han hecho caso omiso a esta ley. Están haciendo un dispendio millonario de medios, como si el país no estuviera de luto. Estamos en caravanas, en paneles publicitarios por todos lados, y otras más. Se nota que hay un gasto en campaña muy fuerte, como en las campañas anteriores. Y, por otro lado, la franja electoral que este año tenía que regular la propaganda publicitaria en medios de comunicación, que en principio es una buena medida, porque iguala a todos, hace un engaño, porque en esta franja publicitaria salen repartidos los partidos que están dentro del Congreso, quedando de lado a los partidos que estamos fuera del Congreso, que no tenemos responsabilidad de la crisis política, dejándonos con una escasa franja electoral. Entonces, en esas condiciones tenemos una segunda desventaja.
Hay una desventaja más, y no es menor. Es el tema de los procesos judiciales a los que he sido sometido yo, mi esposa, el Partido Nacionalista, desde que dejamos el Palacio de Gobierno. Y esto, que se ha caracterizado de una, en lo que se conoce como lawfare, donde ha habido un linchamiento mediático, en más de 3500 portadas de periódicos de circulación nacional. Por supuesto, todo es una carga muy fuerte que hoy día tenemos que soportarla y andar aclarando, como usted sabe, ese linchamiento mediático genera prejuicios, y los prejuicios son muy difíciles de destruir, ¿no? Albert Einstein decía, “es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.
¿Cuál es su situación procesal exacta en la actualidad en la red de megacausas por corrupción impulsadas por la Fiscalía peruana?
Estoy en un proceso judicial por, supuestamente, haber recibido aportes de campaña, en una época en la que eso no era un delito, cuando no era funcionario público, del presidente Hugo Chávez, de Venezuela, en 2006, cuando el gobierno venezolano ha rechazado por escrito esas imputaciones. Y supuestamente recibí el aporte de campaña en 2011 del Partido de los Trabajadores del Brasil, del presidente Lula, y el Partido de los Trabajadores ha rechazado esa imputación. Dentro del supuesto aporte de campaña del Partido de los Trabajadores, para la fiscalía, la empresa Odebrecht habría sido el vehículo que operativizó esta campaña. Entonces, el fondo de la oposición, ¿qué etiqueta le han puesto a eso? Le han puesto “lavado de dinero”. Ahora estamos sometidos a un proceso penal, formal, sobre este tema.
Usted está libre, ¿eso no obstruyó la posibilidad de su candidatura?
La prisión preventiva fue ordenada por el Poder Judicial y del Ministerio Público. Hemos estado diez meses detenidos en la prisión de Barbadillo. La Sala Penal de Apelaciones Nacional, el máximo ente de interpretación y defensa constitucional del Perú nos ha dado razón sobre ese tipo de abusos que ha venido haciendo el Ministerio Público y el Poder Judicial. Como le decía, al final a uno un fiscal puede acusarlo de cualquier cosa en el Perú. El problema que tenemos acá es que estamos viviendo un proceso lawfare, donde tenemos que la política se ha judicializado. Esto lo trajo Alan García, el APRA, cuando a sus adversarios políticos los llevaba al Poder Judicial, y el sistema judicial estaba infiltrado por dirigentes apristas, probados. Abiertamente apristas. Esta medida ya se ha hecho una práctica.
En el siglo XX, cuando un gobierno perdía mayoría en el parlamento, o había una situación de inestabilidad, la mejor manera era un golpe militar. Hoy día, lo que se hace es judicializar a los políticos, entonces se arma toda una combinación de jugadas que se combina con la prensa, de tal manera que filtran a los medios de comunicación determinada información, y sale en el medio de comunicación, y te hace un juicio paralelo. Me hace recordar un poco a lo que han sido los juicios populares, lo que se llaman los juicios populares en el Perú, en la época del terrorismo. Eran juicios que hacían Sendero Luminoso a alcaldes, autoridades, etc. Eso se llama Juicio Popular. No hay debido proceso, es solamente la unión para tratar de cumplir una consigna política. En la época del terrorismo. Entonces, estamos deviniendo a eso.
¿Es otra forma de terrorismo, básicamente, entonces, el lawfare?
Bueno, mírelo usted lo que han hecho a Lula, ¿no? Lo invalidaron para que no pudiera postular a la presidencia del Brasil, y dejarle la presidencia a la derecha extrema del Brasil, con todos los resultados que estamos viendo, y ahora vemos cómo, entre jueces y fiscales, urdían estrategias para liquidar al presidente Lula. Bueno, acá también ha sido similar, porque el autodenominado Equipo Especial, para ver los casos de Lava Jato, ha perdido la experiencia de la Fuerza de Tarea de Perú, que ahora ha sido desactivada por determinadas razones, por una serie de arbitrariedades, Entonces, eso mismo va a pasar acá. Tarde o temprano, este Equipo Especial va a tener que rendir cuentas a la justicia por todos estos abusos que está haciendo, y obviamente, muchos de estos jueces y fiscales creen que pueden poner un presidente, creen que pueden sacar un presidente, o que pueden tener influencias en las elecciones y que las tienen. A tal punto que hay familiares cercanos, hermanos de fiscales, que se están postulando al Congreso de la República, por segunda vez.
Su padre, Isaac Humala, es el fundador de una doctrina que ha sido llamada “etnocacerismo”. ¿Podría explicar de qué se trata y si eso tiene alguna influencia o lugar dentro del programa del Partido Nacionalista?
No, en realidad mi padre no es fundador de una doctrina etnocacerista. Mi padre habla del etnonacionalismo, que yo mismo no lo logro procesar bien, porque hay una serie de contradicciones. El nacionalismo es lo que yo promulgo. En el caso de mi padre, su doctrina tiene más que ver con el tema racial que con el tema cultural. El nacionalismo tiene que ver con el tema cultural. No me importa el color de tu piel, lo que me importa es qué es lo que piensas. Esa es la base del nacionalismo.
¿Y esa sería la diferencia fundamental entre el etnonacionalismo y el nacionalismo de su partido?
No, la verdad que no me he ocupado mucho en teorizar el tema del etnonacionalismo. Creo que eso podría explicarlo mejor mi padre. Yo lo que podría hacer es explicarle del nacionalismo, que es lo mío.
Sí, queda bien claro. ¿Qué es lo nacionalista dentro del Partido Nacionalista peruano?
Bueno, es la construcción de una nación que está en formación. Es una doctrina que recoge las bases culturales de la nación Inca, y que señala de que hoy día, tienes un país pluricultural, pluriétnico, y que requerimos unirnos culturalmente, porque el tema racial es un tema que nos va a dividir. Entonces, para eso, precisamos construir un país. Nosotros creemos que el Perú, como país primario exportador, no tendrá mayor relevancia en el mundo sino apuntamos a darle una mejor posición al Perú en lo que es el gran mercado mundial. Para eso, creemos nosotros que es fundamental trabajar la educación para la gente más necesitada, la salud, la vivienda … Nos diferenciamos en el tema de la izquierda, por ejemplo. Creemos que la izquierda es una doctrina importada, no es nacional, no es autóctona. Es una doctrina importada de países imperialistas, o países del Primer Mundo, que no conocen la realidad peruana.
En Latinoamérica, las luchas que se han dado a raíz de los procesos de coloniaje: la Revolución Cubana y los movimientos revolucionarios en toda América Latina, consideramos que no son revoluciones o movimientos de izquierda, sino que son de liberación nacional, son nacionalistas. En algún momento, cuando tuve la oportunidad de hablar con el comandante Fidel Castro, él me lo dijo claramente, la Revolución Cubana fue una revolución nacionalista, de liberación nacional contra el régimen de EEUU, contra la opresión del imperialismo yankee, representada en Batista, y otros. Pero cuando ya estábamos en el gobierno, encontramos que en el mundo no hay una superpotencia que lleve este pensamiento, porque normalmente el nacionalismo son batallas de liberación nacional, entonces lo que encontramos es el capitalismo o el mundo comunista, Y estando tan cerca de EEUU, lo más prudente era afiliarnos al bloque comunista.
Entonces, es así cómo después de la Revolución Cubana, la revolución adopta la membresía del Partido Comunista y se convierte en un partido de izquierda. Ahora, el nacionalismo, en el mundo, internacionalmente, se identifica con la izquierda internacional, porque no hay otro esquema. Derecha, izquierda, en ese viejo esquema tradicional, del siglo XVII, o siglo XIX, no hay otra forma. Entonces, internacionalmente, el movimiento nacionalista se identifica con los movimientos de izquierda. Pero, al interior del país creemos que hemos perdido mucho tiempo en los debates entre izquierda y derecha. Al final, peleándonos por el color del gato, nos olvidamos del que caza ratones.
En su plan de gobierno, ¿es la recuperación de las funciones del Estado una de las claves para la recuperación nacional?
El Estado, y este proceso de la política, se ha mantenido privatizado de tal manera que son los grupos económicos los que normalmente han domesticado a los partidos políticos y a los políticos. Y eso nosotros lo hemos querido cambiar con el nacionalismo, manteniendo un partido autóctono, plebeyo, y con un discurso distinto. Nosotros no hemos gobernado con el gran capital, con los grandes medios de comunicación, y eso es algo que jamás nos perdonarán. Incluso en nuestro primer gobierno, llegamos a grupos de izquierda, pero que no entendieron que más allá de izquierdas y derechas, hay que gobernar para los de abajo.
Entonces, en nuestro gobierno iniciamos una gran transformación, la cual pudimos invertir la trina de reducción de la pobreza neoliberal, que es a través del crecimiento económico, para que luego caiga por gravedad a los más pobres, y levante el nivel de vida. Nosotros invertimos esa figura, y en vez de crecer para distribuir, trabajamos la política o la estrategia de incluir para crecer. Por esto es que creamos un Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, y más de 30 programas sociales de primera y segunda generación que han ayudado a reducir la pobreza. Y la otra parte importante de esta transformación es que ha sido un modelo redistributivo, pero que no ha quebrado las bases macroeconómicas del Perú. Es más, lo hemos hecho, a diferencia de otros países que por aplicar modelos redistributivos han destruido las bases de la economía, han terminado en carreras hiperinflacionarias, o han perdido la moneda y hoy día tienen que vivir con el dólar. Nuestro gobierno no.
Hicimos treinta programas sociales, llevamos educación, programas de becas donde entregamos 100 mil becas a jóvenes, creamos el Seguro Ecológico Gratuito, desayunos y almuerzos en todos los colegios públicos de la República. En el bachillerato internacional, que normalmente se da a los jóvenes en los colegios públicos, el Estado hoy día tiene una mayor oferta que los privados. Todo esto lo hemos hecho, y hemos dado, respetando las reglas de la macroeconomía, hemos logrado entregar al siguiente gobierno un ahorro de más de 14.200 millones de dólares, un ratio de endeudamiento público 20% aproximadamente del PBI, cuando en América Latina el promedio está sobre 80%, y reservas internacionales que teníamos en aproximadamente 42.000 millones de dólares en el 2011, las elevamos a 77.000 millones de dólares, constituyendo el Perú una de las economías más fuertes, más sólidas de América Latina. No las más grandes, pero sí las más sólidas, con el índice inflacionario de nuestro gobierno, más bajo de América Latina. Y, sacando a un millón y medio de peruanos de la pobreza, y creando más de un millón de empleos, tomando como proporción la población del Perú, que en 2011 estaba en 30 millones de habitantes.
La izquierda se acercó un poco para hablar de la lucha de clases, pero ese no es el problema del Perú. El nacionalismo ha recogido esa ideología y la ha convertido en un partido político
¿Por qué dice que su partido es un partido plebeyo?
Porque es un partido que viene de abajo, es un partido que recoge un sentimiento nacional. El problema aquí en el Perú es que, al igual que América Latina, en los países que hemos vivido 300 años de coloniaje, hemos quemado una etapa. No vivimos la etapa del capitalismo popular, o periodos industriales o preindustriales, que sí lo han vivido en Europa. Y que ha permitido desarrollar una burguesía nacional, una burocracia patriótica, una aristocracia patriótica. En el Perú no, en el Perú han venido dos corrientes, una de Argentina y una de Venezuela, a liberar al Perú. El Virreinato peruano era una amenaza para cualquier proceso libertario en América Hispana. Y cuando llegamos a adquirir la libertad, en realidad una libertad a medias, porque es la libertad de la clase criolla, de los hijos de españoles nacidos en el Perú, igual que Bolívar, San Martín, y otros. No es la libertad para todos. A pesar de que han obligado a todos a pelear y logrado la libertad todavía hemos tenido como 50 años de esclavitud en el Perú, y los indígenas peruanos seguían pagando su tributo indígena. Y la mujer acaba de conseguir el voto en los ‘60. Entonces, hay una cultura ancestral que está siempre opacada por la cultura occidental. Todo rasgo cultural o toda cultura peruana nativa es visto como algo folclórico. La medicina peruana es usada por los chamanes y despreciada por la cultura occidental.
Entonces, hay una cuestión a solucionar en el interior del país, y nadie puede, ningún partido entiende este problema. La izquierda se acercó un poco para hablar de la lucha de clases, pero ese no es el problema del Perú. Entonces, el nacionalismo ha interpretado, ha recogido esa ideología y la ha convertido en un partido político. Es un partido plebeyo porque representa a la plebe, al pueblo, no representa a la aristocracia, al gran empresariado, que ni siquiera existió en el Perú, ni a los grandes hacendados. Por eso es por lo que nuestra identificación con la izquierda internacional es porque buscamos priorizar el principio de la igualdad, frente a la libertad y la fraternidad, principios de la Revolución Francesa. Creemos que la libertad es un principio consolidado, pero mientras haya estas enormes brechas de desigualdad, en América Latina, será una región más desigual. ¿Qué energía debería liderar el desarrollo del Perú? Doctrinas de derecha o doctrinas de izquierda, no. Una doctrina nacionalista, que reivindique la cultura peruana y la ponga a la par de la cultura occidental, y que podamos, nosotros, darle la misma importancia, y generar un principio de igualdad.
¿Peruanizar el Perú?
Sí, claro, como diría Mariátegui. Pero peruanizar el Perú dependiendo de qué Perú estás hablando, porque si es peruanizar el Perú costeño no se trata de peruanizar el Perú. En realidad, Mariátegui habría sido un nacionalista. Cuando toca el problema del indio, y él se declara socialista, es porque no había un partido nacionalista. Y porque, además, los nacionalismos en el primer mundo están mal vistos, ¿no? Son como señales de alarma que les hace recordar su pasado, porque los nacionalismos en el primer mundo son separatistas o imperialistas. Pero en el tercer mundo, el nacionalismo es un concepto integrador. Plebeyo, que viene de abajo, desde adentro, y que busca tratar de integrar a todas las nacionalidades con el mismo plano de igualdad y también tratar de aportar al mundo con su propia cultura.
A veces se caricaturiza al nacionalismo, como algo chauvinista, pero no es algo chauvinista. El Perú no es un país, como algunos países del Medio Oriente, que se ha creado administrativamente, por decisiones políticas entre Inglaterra, Francia, entre otros países. El Perú es un país que tiene historia, que ha creado cultura. Entonces, creemos nosotros que hoy, aun hoy día, en el siglo XXI, necesitamos reivindicar la cultura indígena, la cultura andina, revalorando también nuestra naturaleza, más aún cuando estamos viviendo un proceso de calentamiento global. Tengo a mi vecino, el Brasil, que está destruyendo los bosques primarios, porque no entiende lo que es la Pachamama. Y simplemente quiere reemplazar bosques primarios por siembras de arroz, maíz, y otros productos. En cambio, nosotros sí entendemos la importancia que tiene el territorio nacional, nuestra geografía con nosotros. Somos una unidad.
¿Y cómo se lleva la Pachamama con el extractivismo? Con respecto a la minería, a los emprendimientos mineros, ¿cómo va a ser su política?
Bueno, sí, la minería, en la época de los Incas, ya ha existido como actividades renovables, como es la agricultura, y otras acciones. Hoy día, la mala minería, las malas prácticas, han hecho que haya una tensión y conflicto socio ambientales derivados con el tema de la minería frente a actividades renovables. Y no hemos podido nosotros resolver este problema porque dentro del gran mercado global, el Perú es un país que cumple su rol de ser un país de materia prima, un primario exportador. Es muy difícil que al Perú un país le vaya a comprar un satélite, o le vaya a comprar un misil. Porque no está en esa categoría. No pertenece a los países encargados de construir tecnología, innovación.
A nosotros nos compran oro, plata, cobre, papa y todos los productos primarios. Entonces, ¿qué futuro puede haber en ese papel que nos ha tocado porque hemos llegado tarde a la conformación de este mercado mundial? A la concurrencia de capitales. Nosotros creemos que una transformación nacionalista premeditada, nos puede llevar por medio de la educación, la salud, la ciencia y la tecnología a ascender en ese nivel del encadenamiento en el gran mercado global, y realizar a través de asociaciones de gobierno a gobierno con diferencias tecnológicas, poder en un mediano plazo, largo plazo, no primario exportador, o no vivir de las actividades mineras, etcétera, si no en actividades que el valor agregado tiene su componente cada día más…
Le cuento una experiencia. En nuestro gobierno hemos celebrado convenios gobierno a gobierno con Corea del Sur, con Rusia, con China, con Francia. Por ejemplo, con Francia hemos adquirido un satélite de imágenes satelitales. Pero de gobierno a gobierno. De tal manera que se dio una coproducción con 100 científicos peruanos que han ido a aprender en Francia cómo se construye un satélite, diseñar los satélites, y traerlo acá. Tenemos ahora expertos en el tema de construcción de satélites. O Corea del Sur, por ejemplo, adquirimos 20 aeronaves a turbo hélice, pero con un sistema de coproducción, de las cuales 4 se hicieron en Corea del Sur y las 16 restantes se han hecho en el Perú, en los centros de mantenimiento de la fuerza aérea, donde el Perú ha coproducido parte de esto aviones en un aproximado del 17 al 19 por ciento de los componentes del avión los han hecho técnicos peruanos, de tal manera que hoy día la industria aeronáutica peruana está en condiciones de seguir coproduciendo aviones y puede competir con los Súper Tucanos brasileños, por ejemplo, a través de la asociación con Corea, con los KT-1 que producimos. O también, en los helicópteros que hemos adquirido con Rusia.
Ha sido en la modalidad de gobierno a gobierno, con sistema de transferencias tecnológicas. Adquirimos 24 helicóptero de apoyo de combate, y a cambio de eso hemos recibido transferencias tecnológicas, y se ha creado el primer centro de mantenimiento y reparación de helicópteros rusos de Latinoamérica en el Perú, donde, dentro del convenio que tenemos, estamos en la etapa de avanzar con algunos componentes del helicóptero, de tal manera que poco a poco vamos desarrollando una diversificación productiva, que al final va a redundar en el desarrollo del país.