Los atentados del 13 de noviembre son la segunda ocasión que en 2015 el terror yihadista golpea París. A principios de este mismo año tres encapuchados asaltaron la sede de la revista Charlie Hebdo, causando 12 muertos. El atentado estaba perfectamente planificado. Se realizó a las 11.30 de la mañana, cuando los periodistas celebraban una reunión, el momento de la semana en el que más personas de la redacción estaban en el edificio. Los testigos relataron que los agresores pronunciaron los nombres de algunas de las personas que trabajan en el semanario. En uno de los vídeos que grabaron algunos testigos se escucha a los agresores gritar: “Hemos vengado al profeta Mahoma” y “Hemos matado a Charlie Hebdo”.
En todo momento, tal y como recogieron las imágenes, los terroristas se comportaron con sorprendente frialdad, probablemente protegidos con chalecos antibalas, sin apresurarse a correr hacia el coche tras abandonar la redacción de la revista.
Charlie Hebdo sufrió amenazas por parte de grupos islamistas tras haber publicado en 2011 caricaturas de Mahoma y un ataque con un artefacto incendiario, en el que no hubo víctimas. Los responsables del semanario no eran gente que se asustara fácilmente. Al año siguiente, durante la polémica por las manifestaciones violentas en países musulmanes por una supuesta película denigratoria sobre Mahoma, Charlie Hebdo publicó otra caricatura del fundador del islam, esta vez no en portada. Entonces, la policía envió a varios agentes para que protegieran la sede.
Dos días después del atentado, los hermanos Kouachi. sospechosos de cometer el atentado. fueron localizados por la policía francesa que, en un despliegue sin precedentes en los últimos años -hasta ahora- los localizó en una imprenta a las afueras de París. Allí mantuvo rodeados a autores del ataque contra el semanario satírico, en un edificio de la localidad de Dammartin-en-Goele, 35 kilómetros al noroeste de París y a tan solo seis del aeropuerto Charles De Gaulle. Mientras tanto, en París, un hombre fuertemente armado se atrincheró en un supermercado que vende comida kosher (para la comunidad judía) en Porte de Vincennes, y exigía la liberación de los hermanos Kouachi.
Poco después de las 17.00 del mismo 9 de enero, las fuerzas especiales de la policía francesa realizaron un asalto simultáneo a los dos puntos donde los hermanos Kouachi y un tercer terrorista mantenían a varias personas como rehenes. Los hermanos fueron abatidos y el rehén de la imprenta liberado. Al mismo tiempo, en el supermercado en la zona este de París, el hombre llamado Amédy Coulibaly, armado con un fusil de asalto y que tenía en su poder a cerca de 20 personas y exigía que la policía permitiera escapar a los Kouachi cayó abatido por la policía.
Estos atentados conmocionaron a la sociedad occidental que mostró su solidaridad con la revista y la población francesa y lanzó la campaña #jesuischarlie.