Naciones Unidas presentó este jueves una hoja de ruta sobre cooperación digital, que propone acciones urgentes en una serie de áreas para que las nuevas tecnologías beneficien a todo el mundo y se controlen algunos de los riesgos que plantean, además de poner como objetivo que en 2030 todos los ciudadanos tengan un acceso asequible a Internet.
Las prioridades delineadas por el jefe de la ONU, António Guterres, se basan en una serie de recomendaciones que le presentó hace un año un “grupo de sabios” presidido por Melinda Gates y el fundador de Alibaba, Jack Ma.
La conclusión principal de aquel informe encargado por Guterres era que se necesita un refuerzo de la colaboración entre Gobiernos, empresas, académicos y sociedad civil para que las oportunidades de la tecnología desemboquen en más prosperidad, más oportunidades y más confianza para todos.
Naciones Unidas, tras consultar con los Estados miembros y más de 300 entidades, ha asumido ese eje central y plantea ocho prioridades de actuación, que van desde garantizar que para 2030 todos los ciudadanos tengan un acceso asequible a internet hasta un proceso global para mejorar la seguridad digital.
“Gestionar el rápido cambio tecnológico es un problema que define a nuestra generación. La revolución digital afecta a todos los países y territorios y a todas las áreas de nuestras vidas”, señaló Guterres en un discurso ante la Asamblea General.
El diplomático portugués subrayó que, pese a ello, hay carencias muy importantes en términos de cooperación internacional en este ámbito y defendió que la crisis de la COVID-19 hace más evidente la necesidad de mejoras.
Guterres destacó que la tecnología digital es clave en la respuesta a la pandemia -desde la investigación de una vacuna al hecho de que millones de personas puedan trabajar y estudiar desde casa- y que amenaza con aumentar la desigualdad en el mundo.
En 2019, un 87 por ciento de la población en los países ricos utilizaba internet, un porcentaje que en los países menos desarrollados cae hasta el 19 por ciento.
A la vez, Guterres advirtió que la COVID-19 está ofreciendo “pruebas dramáticas de las amenazas que plantea el uso sin gobierno de la tecnología”, con cibercrimen y abusos de derechos humanos, y que ha desencadenado “algunas de las técnicas de vigilancia más intrusivas” vistas nunca.
La “hoja de ruta” plantea centrarse en ocho áreas, empezando por un aumento de la conectividad que haga que para 2030 todo el mundo tenga acceso a internet, que se facilite la “inclusión digital” para los más vulnerables y que se refuerce la formación y capacitación.
También llama a promover el código abierto y los “bienes digitales públicos” para impulsar la igualdad, asegurar la protección de los derechos humanos en el ámbito digital, a apoyar la cooperación en inteligencia artificial y a mejorar la seguridad y confianza en internet.
Por último, la ONU urge a construir una arquitectura más eficaz para la cooperación digital y convertir este ámbito en una prioridad para la organización.
“Estamos en una encrucijada. Necesitamos aprovechar urgentemente las infinitas oportunidades que ofrece la tecnología digital para ampliar nuestros esfuerzos en sanidad, la crisis climática, para erradicar la pobreza y en todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, defendió Guterres.