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El opositor ruso Alexéi Navalni es detenido en el control de pasaportes al llegar a Moscú

elDiario.es

17 de enero de 2021 16:12 h

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El líder opositor ruso, Alexéi Navalni, ha sido detenido este domingo por la Policía en el control de pasaportes del aeropuerto Sheremétievo de Moscú, según la imágenes en directo transmitidas por varios medios digitales y confirmó su portavoz.

El avión en el que viajaba Navalni, sobre quien pesa en Rusia una orden de busca y captura, aterrizó este domingo en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo, cuando se le esperaba en el de Vnúkoko en medio de un fuerte dispositivo policial. Su vuelo, procedente de Berlín, le llevó a Moscú después de casi cinco meses de tratamiento médico en Alemania tras su envenenamiento en Siberia con una sustancia tóxica militar, del que responsabiliza al presidente ruso, Vladímir Putin.

Navalni, activista y opositor ruso conocido por denunciar la corrupción en las más altas esferas del poder, decidió regresar a su país pese al riesgo de ser detenido al llegar a Rusia. Se ha ganado a pulso en diez años de actividad política la vitola de enemigo público número uno del presidente ruso, Vladímir Putin.

Sin embargo, en agosto de 2020 las autoridades dijeron basta y decidieron eliminar al político ruso con mayor tirón en Occidente. La operación secreta de los servicios especiales salió rematadamente mal y Navalni vuelve ahora a Rusia para desafiar al líder ruso.

“Putin ordenó mi asesinato”, dijo Navalni, de 44 años, tras recuperarse en Alemania del envenenamiento con un agente tóxico de la familia Novichok. Era el opositor con más gancho electoral, pero tras ser víctima de un intento de asesinato a manos del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) se ha convertido en una celebridad en en el exterior.

Hasta entonces, ese honor, el envenenamiento con agentes tóxicos, había estado reservado casi exclusivamente para antiguos espías del FSB que se habían pasado el enemigo, como Skripal o Litvinenko.

Según pasaban los días y Navalni se recuperaba del intento de asesinato, su estatura política no dejaba de aumentar. La canciller alemana, Angela Merkel, no dudó en visitarlo en la clínica La Charité de Berlín. “Regresaré a Rusia, que es mi país, donde tengo un gran apoyo”, aseguró Navalni, sin aparente miedo a un nuevo atentado o encarcelamiento.