Orbán defiende una Hungría “dentro de la familia cristiana europea” y “sin inmigrantes” ante la censura del Parlamento Europeo
Vicktor Orbán ha entrado en el Parlamento Europeo con retraso, interrumpiendo la sesión y como miembro del Partido Popular Europeo. Su partido, Fidesz, comparte escaño con el PP de Pablo Casado; y su jefe de grupo es Manfred Weber, el hombre elegido por Angela Merkel para presidir la Comisión Europea. El PPE no ha anunciado durante el debate el sentido de su voto y se ha mostrado dividido, si bien Weber se ha expresado con dureza contra Orbán.
Y tanto el primer ministro húngaro, como el resto de la Cámara europea, han podido escuchar el informe elaborado que señala las vulneraciones de los valores de la UE en Hungría en cuanto al trato de los migrantes; la persecución de las ONG que atienden a las personas sin hogar; y también en cuanto a la corrupción a la hora de gestionar los fondos europeos.
Pero el primer ministro húngaro ha rechazado “el chantaje” del Parlamento Europeo, en alusión a las sanciones que pesan sobre su país: la retirada del voto en el Consejo de Europa. Orbán se ha defendido acusando al Parlamento Europeo de “atacar al pueblo húngaro, que valientemente consiguió la libertad levantándose contra la Unión Soviética. Hungría es parte de la familia cristiana europea y ha decidido vivir sin inmigrantes votando masivamente a mi partido”.
“Estoy defendiendo mi patria porque es una cuestión de honor”; ha afirmado Orbán: “El informe hiere al pueblo húngaro y a su honor. En Hungría las decisiones las toman los votantes, pero ustedes dicen que el pueblo no sabe tomar las decisiones que más le convienen. Este informe aplica un doble rasero y se extralimita”.
En su intervención final tras el debate, Orbán ha afirmado: “La migración no es un asunto de partido, colaboro con quien quiera defender las fronteras, por eso ayudo a los italianos. Formo parte del PPE, y quizá estemos bailando al son de liberales y socialistas”.
De su lado han estado los grupos con partidos nacionalistas, xenófobos y de extrema derecha; el Grupo de la Europa de las Naciones, donde está la Liga de Salvini; o el de los Conservadores y Reformistas, donde está el gobernante polaco Ley y Justicia.
El Partido Popular Europeo, donde está Orbán, se ha mostrado dividido, y este martes por la noche ha decidido dar libertad de voto y estén miércoles se verá qué harán los populares españoles, que este martes no han hablado en el debate. Y, también, que harán los alemanes de Weber, candidato a presidir la Comisión Europea, que se ha mostrado muy duro con Orbán.
Quienes sí se han expresado en bloque a favor del informe y en contra de Orbán han sido los grupos socialdemócratas, liberales, verdes y el de la izquierda unitaria (GUE).
La eurodiputada socialista Iratxe García ha sido dura con Orbán y ha defendido el voto favorable al informe durante el debate.
Al igual que el portavoz de Podemos, Miguel Urbán.
La diputada de IU Marina Albiol, por su parte, ha señalado también los apoyos que ha recibido el primer ministro húngaro:
La ponente del informe que se votará este miércoles, Judith Sargentini (Verde/ALE), ha afirmado: “El Gobierno húngaro ha silenciado los medios independientes, los medios académicos están maniatados, los jueces independientes han sido reemplazados, ha promulgado normas sobre cultos, las ONG tienen problemas para sus servicios como los sin papeles y los romaníes, y muchos de los programas están financiados con presupuestos comunitarios. Y hay miembros del Gobierno que se han enriquecido. Si esta Cámara no tira con el freno de emergencia, no cumpliríamos con los tratados. ¿Vamos a permitir que un gobierno que viola los valores de la UE se libre? Cuento con su apoyo”.
El Consejo, que tendrá que decidir qué sanción aplica a Hungría si el miércoles prospera la votación del informe, ha mantenido este martes en el Pleno una actitud tibia. Su portavoz, Caroline Statdler, ha afirmado que “aún no tiene posición; hay que esperar a la votación y a lo que diga después Hungría antes de tomar una decisión”.
Quien sí ha mostrado una actitud crítica ha sido el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans: “La democracia no puede existir sin el imperio de la ley. La Comisión comparte el informe. Vamos a ser implacables”.