La UE abre negociaciones de adhesión con Ucrania. Así lo ha decidido el Consejo Europeo este jueves, contra todo pronóstico, dado que incluso a su llegada a Bruselas el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, había mantenido el veto a la decisión, que requiere unanimidad. En una maniobra inédita, el líder ultranacionalista ha abandonado la sala para permitir que la decisión saliera adelante sin tener que votar. “Queremos apoyar a Ucrania. Es una señal política poderosa. Estamos del lado del pueblo de Ucrania. Esta decisión de los estados miembros es muy importante para la credibilidad de la UE”, ha afirmado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
“La adhesión de Ucrania a la UE es una mala decisión. Hungría no quiere formar parte de esta mala decisión”, ha afirmado posteriormente Orbán en su cuenta de Facebook para justificar que él no ha llegado a votar esa decisión a la que se había opuesto fuertemente. “Hemos estado ocho horas reunidos. La posición de Hungría es clara: Ucrania no está preparada para empezar las negociaciones de adhesión, es un sinsentido completo, irracional y la decisión equivocada en estas circunstancias. Y por eso Hungría no va a cambiar su posición. Por el otro lado, 26 países insisten en que es lo que hay que hacer. Por eso hemos decidido que si quieren hacerlo, lo hagan a su manera”, ha explicado en un vídeo. Durante las negociaciones, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha sugerido la opción de que Orbán abandonara la sala.
Junto con Ucrania, se abren negociaciones también con Moldavia y, en el caso de Bosnia y Herzegovina, se hará en el momento en el que cumpla con trece de las catorce condiciones que tiene pendientes. Georgia ha logrado también este jueves el estatus de país candidato. En marzo habrá una nueva evaluación del grado de desarrollo de las medidas que tenían que poner en marcha para otorgar formalmente el mandato negociador a la Comisión Europea. El camino es largo y proceloso, por lo que Hungría tiene más opciones de torpedear el proceso. Sin ir más lejos, el establecimiento del marco negociador para la adhesión requiere unanimidad.
“Esta es una victoria para Ucrania. Una victoria para toda Europa. Una victoria que motiva, inspira y fortalece”, ha dicho Zelenski tras la decisión del Consejo Europeo. Unas horas antes, se había dirigido a los líderes de la UE por videoconferencia con un discurso plagado de recados para Orbán, que también había generado gran malestar en el resto de líderes europeos. “Si eres parte de la decisión, estás de acuerdo con la decisión, después sólo tienes que mantener tu boca cerrada”, ha dicho el belga Alexander de Croo sobre las reticencias expresadas a posteriori por Orbán.
“No le deis a Putin la primera -y única- victoria del año. Europa debe ganar, los acuerdos deben cumplirse y las palabras deben importar”, había clamado el presidente ucraniano, que ha asegurado que Ucrania no ha cometido “ni un error” este año defendiendo así la contraofensiva ante las dudas que tenían algunos aliados, que consideraban que no había sido todo lo decisiva que habían pronosticado.
Ante esa situación, la UE se había conjurado para dar un espaldarazo a Ucrania en forma de apertura de negociaciones, un gesto más político que técnico, a pesar de que en Bruselas sostienen constantemente que la adhesión es un proceso basado en los méritos. En noviembre, la Comisión Europea hizo su informe de evaluación de los progresos de los países candidatos a integrarse en la UE. En el caso de Ucrania, planteó iniciar las negociaciones (un procedimiento que luego se demora durante años) una vez cumpliera cuatro de los siete requisitos que tenía pendientes. El ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, aseguró este lunes a sus homólogos europeos que ya había aprobado tres de las medidas y que una (relativa a los lobbies) está en tramitación.
“La ampliación no es un tema teórico. La ampliación es un proceso basado en méritos y legalmente detallado que tiene condiciones previas. Hemos establecido siete condiciones previas e, incluso con la evaluación de la Comisión, tres de siete no están cumplidas. No hay razón para negociar ahora la membresía de Ucrania”, había advertido Orbán a su llegada a Bruselas.
Varios líderes habían intentado convencerle previamente. Michel se desplazó hace un par de semanas a Budapest tras recibir la primera carta en la que el líder húngaro había dejado negro sobre blanco su negativa a abrir las negociaciones con Ucrania. Emmanuel Macron le invitó a cenar en El Eliseo. Pedro Sánchez le telefoneó. Esta misma mañana, antes de comenzar la reunión a 27, Orbán ha mantenido un encuentro con los presidentes del Consejo Europeo y la Comisión, Charles Michel y Ursula von der Leyen, y los jefes de Gobierno de Francia y Alemania, Emmanuel Macron y Olaf Scholz.
Pero más allá de la palabras, la Comisión Europea pasó a los hechos al desbloquear 10.200 millones de los 22.000 que Hungría tiene congelados por su deriva autoritaria. La decisión se produjo apenas doce horas antes de que los líderes se reunieran en Bruselas, aunque Orbán mantuvo, igualmente, que vetaría los avances hacia la ampliación de la UE y puso como condición para dar vía libre a la ayuda financiera a Kiev que el gobierno comunitario le entregara los otros 11.000 millones de euros suspendidos por las vulneraciones del estado de derecho y el primer tramo de los fondos de recuperación.
Finalmente ha cedido en lo primero. Ahora a los líderes europeos les queda arremangarse para sacar adelante la revisión del Marco Financiero Plurianual, con la que pretenden dar estabilidad financiera a Ucrania (con 17.000 millones de euros en ayudas y 33.000 millones en préstamos). La pelea está ahora en las cantidades de 'dinero fresco' para financiar cuestiones como la gestión migratoria, entre otras, y los detalles de cómo encajar las prioridades financieras.