Una cosa era la exclusión en el espacio aéreo ucraniano, que suponía la entrada de la OTAN en el conflicto, y otra el envío de cazas que los aliados, por su cuenta, puedan hacer a Volodímir Zelenski. Así ha justificado el secretario general, Jens Stoltenberg, la posibilidad del envío de aviones de combate a Ucrania, que ha dejado de ser un tabú, aunque aún existen reticencias a dar ese paso, que puede interpretarse como una escalada frente a Rusia. “Estamos siendo prudentes”, señalan fuentes aliadas. La prioridad ahora es que lleguen los tanques apalabrados y a eso ha apremiado el máximo responsable de la OTAN. “Es urgente proporcionar más armas a Ucrania”, ha expresado en una rueda de prensa en la víspera de la reunión de ministros de Defensa en Bruselas.
Para Stoltenberg, cuanto antes lleguen las armas “más vidas” se salvarán. Los responsables de Defensa abordarán la coordinación del envío de los tanques que se desbloquearon tras su último encuentro en Alemania y también la producción industrial en un momento en el que la provisión a Ucrania está haciendo que se vayan agotando las reservas. Un “desafío”, ha dicho el responsable de la OTAN, que también tiene Rusia. Adaptar la capacidad de producción es uno de los retos que se marca la organización, que pretende aumentar los objetivos a través de un proceso de planificación tras haber analizado los arsenales disponibles.
“El ritmo actual de gasto en municiones de Ucrania es muchas veces superior a nuestro ritmo actual de producción, lo que pone bajo presión a nuestras industrias de defensa”, ha señalado Stoltenberg. “La buena noticia es que varios aliados, entre ellos Estados Unidos y Francia, ya han firmado nuevos contratos plurianuales con la industria de defensa. Esto les permitirá invertir en una mayor capacidad de producción”, ha agregado.
No se ha llegado a la fase de los aviones para la OTAN
Sobre la mesa de los aliados está, por tanto, el refuerzo en el apoyo militar a Ucrania ante una esperada ofensiva rusa. “No hay ninguna señal de que se esté preparando para la paz o negociar”, ha dicho el secretario general sobre las aspiraciones de Vladimir Putin: “Todavía quiere controlar Ucrania”. Y ese es el discurso que le lleva a insistir en la necesidad de “continuar dándole apoyo militar” a través de los aliados.
La intención es que en la reunión de este martes se concrete el envío de los tanques Leopard2, que se estima que no estarán listos para usarse en el campo de batalla antes de dos meses para que los aparatos estén técnicamente preparados, pero también las tropas instruidas. Stoltenberg ha puesto en valor las capacidades de los aliados frente a la “falta de calidad” de las rusas, que Putin compensa con “cantidad”.
Stoltenberg ha aplaudido el apoyo que, en forma de armamento, está llegando a Ucrania y no ha descartado que pueda incluir los cazas, aunque fuentes de la alianza sostienen que “no se ha llegado a esa fase”. Pero no es un asunto que se vaya a debatir de forma inminente. Así, el secretario general ha defendido que primero se enviara artillería, después defensas aéreas y ahora armamento pesado y tanques, así como que se abra un “proceso de consultas” sobre el tipo de ayuda a mandar. “El apoyo a Ucrania ha evolucionado como la guerra ha evolucionado”, ha justificado. Sin embargo, no hay constancia de que Rusia vaya a usar su fuerza aérea en la ofensiva contra Ucrania.
La reunión de ministros de Defensa de la OTAN se produce unos días después de que Zelenski reclamara en Bruselas que continúe la ayuda. “Necesitamos esas armas”, les dijo a los líderes de la UE en referencia a los aviones. Una vez en la capital comunitaria, se especuló con la posibilidad de que visitara a Stoltenberg, pero no se produjo. Fuentes de la alianza también apuntan a que hay presiones para que el secretario general visite Kiev, pero es un movimiento que esas fuentes ven “arriesgado”.