La OTAN reforzará las defensas de Ucrania “contra las amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares” de Rusia

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
23 de marzo de 2022 15:25 h

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Hay un temor entre los gobiernos de la OTAN, al margen de la destrucción y muerte de civiles: que el conflicto salte de las fronteras ucranianas. Y eso puede pasar de varias maneras: por la escalada militar y armamentística de la invasión rusa; porque la ofensiva afecte directamente a un miembro de la Alianza Atlántica o porque algún aliado se meta en la guerra.

Y esa escalada, ha avisado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, bien podría venir por la contaminación en el caso del uso de armas químicas o biológicas: “Sería muy grave para la gente de Ucrania, pero cualquier uso de químicas puede generar problemas para los aliados por la contaminación. Ésta es una gran preocupación para nosotros”.

En todo caso, Stoltenberg ha anunciado que este jueves los jefes de Estado y de Gobierno de los miembros de la OTAN tienen previsto aprobar en Bruselas un reforzamiento de las defensas ucranianas ante posibles ataques con armas no convencionales. “Espero que mañana los aliados acepten brindar un apoyo adicional [a Ucrania] con equipos para ayudar a protegerse contra amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares”.

En relación a un hipotético ataque nuclear, Stoltenberg ha insistido en que “Rusia debe parar la guerra, es irresponsable y peligroso. Una guerra nuclear no se puede ganar.  Por eso es importante acabar la guerra, para evitar que escale más allá de Ucrania, que puede hacer la guerra más letal y peligrosa. Cualquier uso de armas nucleares, cambia la naturaleza. No puede ganar una guerra nuclear. Ya hemos tomado medidas contra las armas químicas, pero pedimos que se den más equipos para defenderse. No podemos dar detalles, pero estamos preocupados por el uso de químicas, y vemos en las falsas acusaciones rusas un pretexto para su uso. Ya lo han hecho en el pasado, como en Siria. Estamos preocupados y listos para dar apoyo a Ucrania para protegerse”. 

Consecuencias a largo plazo

La guerra en Ucrania está mutando a la OTAN, más allá de sacarla de esa muerte cerebral que denunciaba el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Los aliados están movilizando fuerzas, por tierra, mar y aire a su flanco oriental. “Se quedarán el tiempo que haga falta”, ha dicho Stoltenberg, quien ha anunciado el paso de cuatro a ocho batallones, reforzando la presencia en Hungría, Rumanía, Bulgaria y Eslovaquia, además de los refuerzos ya enviados a los países bálticos. “Desde el mar Báltico hasta el mar Negro”, ha dicho el secretario general de la OTAN, para describir ese limes militar.

Pero, al margen de esa presencia duradera de los nuevos refuerzos, Stoltenberg ha insistido en un replanteamiento de la OTAN más de fondo, más a largo plazo, que se sustanciará en la cumbre de Madrid de finales de junio: “Hay que separar las decisiones en torno a esta guerra con la adaptación a largo plazo para tomar decisiones fundamentales en defensa y de disuasión en el Este, que pasan por un incremento en nuestra presencia en el terreno en el este por largo plazo”. 

En todo caso, el secretario general de la OTAN ha insistido en evitar entrar directamente en la guerra: “La OTAN no es parte del conflicto, apoya Ucrania en su derecho a la defensa propia, pero no manda tropas a Ucrania. Tenemos que entender que es clave dar apoyo, pero también que no se pueden enviar tropas por lo que supondría de escalada”.