Cuatro niños palestinos se unieron el miércoles a la larga lista de civiles muertos en los bombardeos israelíes de Gaza. No fue un ataque dirigido contra una vivienda o una bomba que explotó en la calle. Estaban jugando al futbol en una playa cercana al puerto de Ciudad de Gaza. La muerte llegó en forma de dos andanadas de proyectiles disparadas por un buque de guerra israelí.
Varios periodistas extranjeros que se encontraban en la terraza de un hotel cercano fueron testigos. El primer proyectil impactó en un muelle del puerto, muy cerca del lugar en el que estaban jugando. Salieron corriendo para alejarse de las instalaciones portuarias. Hubieran llegado vivos al hotel, pero en ese momento un segundo ataque dio de lleno al grupo matando a cuatro e hiriendo a dos.
“Vimos a un grupo de niños huyendo del muelle y por la arena dirigiéndose al (hotel) al-Deira. Un par de camareros, el cocinero y unos pocos periodistas empezaron a hacerles señales. '¡Corred hasta aquí!'. Luego explotó un segundo misil en la playa justo delante de ellos”, escribió después el periodista William Booth, de The Washington Post.
“Parecía que los proyectiles les estaban persiguiendo”, dijo a Reuters Abú Hassera, un testigo con la camiseta manchada de sangre que había ayudado a evacuar a los heridos.
Los trabajadores del hotel y los periodistas recogieron a los heridos para intentar tapar la hemorragia en sus heridas antes de meterlos en coches para llevarlos a un hospital. “Levantamos la camiseta del primer chico, que parecía tener ocho años”, escribió Peter Beaumont, de The Guardian. “Encontramos un agujero por la metralla, pequeño y redondo como el extremo de un lapicero, donde había sido herido en el pecho, sobre la segunda costilla. Otro chico, hermano o primo del primero, que estaba ileso, estaba apoyado en la pared de la terraza, llorando”.
Un portavoz del Ministerio de Sanidad confirmó la muerte de los niños. Uno más se encuentra herido muy grave. “Es un crimen cobarde”, dijo el portavoz.
Los niños muertos son parientes, primos de la familia Bakr. Son Ahed Atef Bakr, de 10 años, Zakaria Ahed Bakr, de 10, Mohamed Ramez Bakr, de 11, y Ismael Mohamed Bakr, de 9. Eran hijos de los pescadores de la zona, a los que era frecuente ver jugando en la playa, jugando al fútbol o con las olas.