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Austria pone en cuarentena el tratado comercial entre la UE y Mercosur

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

Parecía atado y bien atado. Pero no. El principio de acuerdo entre la UE y Mercosur que llevaba dos décadas negociándose y fue anunciado en el último G-20, el 28 de junio en Osaka (Japón), no tendrá una tramitación tan sencilla como se prometían los presidentes y jefes de Gobierno que presentaron el acuerdo hace dos meses y medio.

De momento, “el Parlamento austriaco ha aprobado dar instrucciones al Ejecutivo para que vote en contra del acuerdo con Mercosur en la UE”, explican fuentes de la cancillería austriaca. En efecto, este miércoles se aprobó una moción en el Subcomité de la UE, que es vinculante para el Ejecutivo, si bien podría revertirse tras las elecciones del 29 de septiembre, convocadas tras saltar el Gobierno por los aires tras las sospechas de financiación rusa del partido de extrema derecha con el que gobernaba el 'popular' Sebastian Kurz.

En todo caso, la petición del Parlamento austriaco a su Gobierno para que vete el acuerdo comercial con Mercosur existe y existirá mientras no se revierta por otra moción parlamentaria. Y eso que el acuerdo aún no está finiquitado a escala europea, adoptado por la Comisión Europea, ni firmado y ratificado por el Consejo Europeo –donde no podrá hacerse si pervive el veto austriaco o se suman otros vetos– ni por el Parlamento Europeo.

El voto negativo del Gobierno austriaco –o de cualquier otro Estado miembro– bloquearía el acuerdo UE-Mercosur ya que requiere unanimidad en el Consejo Europeo por ser un acuerdo de asociación, con competencias tanto como de los Estados miembros.

La iniciativa de pedir una nueva negociación partió de los socialdemócratas (SPÖ): los conservadores (ÖVP), que gobiernan la cancillería y las encuestas les sitúan a la cabeza en los comicios del 29 de septiembre, preferían una versión más suave, que exigiera cambiar algunos aspectos, como negociar una compensación para los agricultores. Pero una vez que la extrema derecha (FPÖ) se colocó del lado de la moción, los conservadores se movieron y terminaron sumándose también.

La decisión tiene mucho que ver con el contexto de precampaña en Austria, influido por críticas de ONG, asociaciones y sindicatos ante los próximos comicios. Y la posición puede ser revocada por el próximo Parlamento, en función del resultado de las elecciones y de quién estará en el Gobierno.

Más de 340 organizaciones han hecho llamamientos en contra de un acuerdo comercial que incluye al Brasil de Jair Bolsonaro. “Firmar un tratado comercial con el actual gobierno de Brasil va en contra de todos los principios de derechos humanos y ambientales que reivindica la Unión Europea: este es un momento crucial para que el liderazgo europeo demuestre que respeta sus principios y que no negociará acuerdos comerciales que socaven el acuerdo climático de París ni los derechos humanos”, ha afirmado Shefali Sharma, directora del Instituto para la Agricultura y la Política Comercial-Europa.

Y no es la única piedra en el camino. 

En las últimas semanas, Francia e Irlanda se han puesto firmes y han advertido que se opondrán al acuerdo comercial entre la Unión Europea y Sudamérica a no ser que Brasil tome acciones para paliar los terribles incendios que asolan el Amazonas.

En la víspera de la cumbre del G7, a finales de agosto, una fuente del Elíseo afirmó que el presidente francés, Emmanuel Macron, amenazaba con oponerse al tratado entre la UE y Mercosur. Según esta fuente, el Elíseo considera que Jair Bolsonaro “engañó” a Macron en las reuniones del G20 de junio en Osaka sobre sus compromisos en relación al clima, según ha publicado The Guardian.

“Las decisiones y comentarios de Brasil muestran que el presidente Bolsonaro ha decidido no respetar sus compromisos sobre el clima o la biodiversidad”, ha aseverado un funcionario francés a la agencia AFP.

Tras dos décadas de negociaciones, la Unión Europea logró cerrar un acuerdo con el área de libre comercio Mercosur, que engloba a Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. El propio Bolsonaro celebró el pacto, que calificó de “histórico”. 

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, compartió las preocupaciones de Macron: “No hay manera de que vote a favor del acuerdo de libre comercio UE-Mercosur si Brasil no cumple con sus compromisos ambientales”.