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Doble humillación a Boris Johnson en el Parlamento: no al Brexit duro y no a las elecciones anticipadas

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha sufrido este miércoles una doble derrota en la Cámara de los Comunes que revienta su estrategia para garantizar el Brexit el 31 de octubre haya o no haya acuerdo. Primero, el Parlamento ha aprobado una ley que obligaría al primer ministro a solicitar una prórroga de tres meses a la UE en caso de que no haya acuerdo. Minutos después, los diputados han rechazado la moción de Johnson para convocar elecciones generales el 15 de octubre.

“Si los parlamentarios votan esta ley, la gente tendrá que elegir quién va a Bruselas el 17 de octubre”, advirtió Johnson el martes. Sin embargo, el primer ministro necesitaba el apoyo de dos tercios de la Cámara y no los ha conseguido. Será él, defensor de un Brexit duro, quien tenga que solicitar a Bruselas una prórroga en caso de que no haya acuerdo. Su moción solo ha recibido 298 votos de los 433 que necesitaba.

Aunque el Partido Laborista lleva meses solicitando unas elecciones anticipadas para expulsar a Johnson, su líder, Jeremy Corbyn, ha calificado la moción de Johnson como una trampa. El Partido Laborista ha justificado su decisión alegando que no apoyará unas elecciones hasta que se apruebe e implemente la ley aprobada este miércoles en la Cámara para frenar una salida sin acuerdo.

“Después de haber conseguido el control sobre Boris Johnson este martes, no se lo vamos a devolver en lo que obviamente es una trampa”, ha afirmado Keir Starmer, líder laborista para el Brexit.

La ley en cuestión, que ha recibido el apoyo de 327 diputados y la oposición de otros 299, establece que si no se logra un acuerdo después de la reunión del Consejo Europeo que dará comienzo el 17 de octubre, el primer ministro tendrá que consultar al Parlamento si autoriza una salida sin acuerdo el 31 de octubre. En caso negativo, la ley obliga al primer ministro a pedir a la UE una nueva prórroga hasta el 31 de enero de 2020. Si Bruselas propone una prórroga diferente, el jefe de Gobierno podría rechazarla si el Parlamento así lo indica.

La maniobra, orquestada por el Partido Laborista y diputados conservadores rebeldes, se puso en marcha este martes con un procedimiento de emergencia para eludir y adelantarse a la suspensión de la actividad parlamentaria decretada por Boris Johnson desde la semana que viene hasta el 14 de octubre. El objetivo de Johnson, según sus críticos, era dejar sin tiempo a los diputados para que no pudiesen aprobar ningún tipo de legislación que frenase un Brexit sin acuerdo. Pero se le han adelantado.

El proyecto de ley, calificado por Johnson como “ley de la rendición”, pasa ahora a la Cámara de los Lores, que se ha comprometido a devolver el texto a los Comunes el viernes. Los parlamentarios temían que el Partido Conservador intentase bloquear la tramitación de la ley en los Lores eternizando el debate, ya que en esta cámara no existe límite a las intervenciones.

El primer ministro considera que la legislación “acaba en la práctica con las negociaciones” y que pretende revocar el resultado del referéndum y ha expulsado del grupo parlamentario a los 21 diputados tories rebeldes que el martes votaron en contra de Johnson para sacar adelante la ley. “Para diputados como yo, Downing Street ha planteado el asunto como una elección entre expresarse o mantener el trabajo”, señaló Sam Gyimah, uno de los rebeldes.

La UE y el gobierno de Theresa May ya habían negociado un acuerdo, pero fue rechazado en varias ocasiones en la Cámara de los Comunes –hasta provocar la dimisión de Theresa May–. El obstáculo principal para la aprobación del acuerdo es la cláusula del 'backstop'. Esta tiene por objetivo evitar la creación de una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte y para ello contempla que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera a menos que ambas partes negocien un acuerdo comercial alternativo. Los defensores del Brexit rechazan esta posibilidad porque limitaría la salida efectiva de Reino Unido de la Unión Europea.

El bloqueo parece que también ha atrapado a Johnson, que en lugar de seguir insistiendo en el acuerdo como hizo May, había puesto el foco en garantizar una salida el 31 de octubre (con o sin acuerdo). Sin embargo, su estrategia ha sido dilapidada en las últimas 48 horas. El nuevo jefe del Ejecutivo ha perdido las cuatro votaciones a las que se ha enfrentado hasta ahora como primer ministro.