Un Parlamento hostil con el acuerdo del Brexit acusa a May de “desacato” una semana antes de la votación clave

La primera ministra británica, Theresa May, inició este martes el debate sobre el acuerdo del Brexit en la Cámara de los Comunes, después de que el Parlamento aprobara una moción que acusa a su Gobierno de “desacato”.

Poco antes de que arrancara el debate, que se prolongará durante cinco días, la cámara apoyó por 311 votos a favor y 293 una resolución que acusa al Ejecutivo de desacatar al Parlamento al no publicar todo el análisis legal recibido sobre el pacto del Brexit, tal y como le exigía un mandato anterior.

El debate se produce de cara a la votación del 11 de diciembre, en la que el Parlamento decidirá si apoya el acuerdo de salida de la Unión Europea alcanzado por Theresa May en Bruselas.

Tras conocer el resultado de la votación el Ejecutivo británico anunció que este miércoles difundirá el análisis “completo y definitivo” ofrecido por el abogado general del Estado, Geoffrey Cox, algo que hasta ahora había rehusado hacer porque, según el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, su difusión “imposibilita” la tarea de gobernar.

Se trata de la primera vez que la Cámara de los Comunes acusa a los ministros de desacato al Parlamento, algo que el portavoz laborista del Brexit, Keir Starmer, calificó de “lamentable”. Los diputados ya habían rechazado un compromiso del Gobierno de referir la disputa al comité de privilegios del Parlamento, lo que en la práctica retrasaba el asunto hasta después de la votación de la semana que viene.

Si finalmente este 11 de diciembre los diputados dan su respaldo al acuerdo y a la declaración política, la política conservadora adelantó que el Parlamento tendrá “un mayor papel” en la siguiente fase de las negociaciones con Bruselas.

Pero la acusación de desacato no fue la única derrota de May antes incluso de empezar un debate del que probablemente salga debilitada. La Cámara de los Comunes aprobó también este martes una enmienda que fortalece el papel del Parlamento en caso de que los diputados rechacen el próximo martes el texto negociado por May. La enmienda la presentó el conservador Dominic Grieve, que asegura que los diputados podrán votar a favor de un “plan B” en enero.

“Los diputados empiezan esta noche el proceso de tomar de nuevo el control. La voluntad del Parlamento, que refleja la voluntad del pueblo, ya no se subestimará. El Parlamento debe ahora tomar el control y después devolver la decisión final al pueblo porque al final solo el pueblo puede solucionar esto”, señaló Grieve.

Sin embargo, estos reveses iniciales no minaron el ánimo de la primera ministra, que acudió a Westminster a dar comienzo al debate del pacto del Brexit y a pedir a los diputados que apoyen el Acuerdo de Salida y la declaración política que establecerá la futura relación entre Londres y Bruselas.

Para May, su acuerdo ha logrado combinar el deseo de abandonar la Unión Europea (UE) expresado por el 52 % de la población en el referéndum de 2016 y el respeto al otro 48 % que abogó por la permanencia.

La primera ministra reconoció que en la cámara existen parlamentarios de ambas posiciones, “algunos que les gustaría una relación más cercana con la UE” y otros que, por el contrario, “preferirían alejarse más” del bloque comunitario. En ese contexto apeló a su “compromiso” y subrayó el espíritu conciliador de su pacto, con el que, a su juicio, “el país empezará a unirse”.

Rechazó la celebración de un segundo referéndum sobre la UE, que “exacerbaría la división” en Reino Unido y que supondría un agravio democrático para aquellos que votaron por el Brexit hace dos años, según ella.

La discusión sobre el abandono del club se ha “alargado demasiado”, opinó May, que pidió a los parlamentarios “terminar con esto” y apoyar su acuerdo porque garantiza “una salida suave y ordenada” de la UE el próximo 29 de marzo.

Por su parte, el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, declaró el martes que una salida de la UE sin acuerdo “no es una opción”, pero aseguró que su formación “forzará al Gobierno” a volver a Bruselas a renegociar el acuerdo. “El Gobierno no está recuperando el control, lo está perdiendo”, sentenció.