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El Partido Popular Europeo impondrá al grupo de Vox el cordón sanitario que no tiene en España

Marine Le Pen y Viktor Orbán, los nuevos socios de Vox en la Eurocámara, en una imagen de archivo.

Irene Castro

Corresponsal en Bruselas —

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A Vox se le aplicará el cordón sanitario en el Parlamento Europeo. Es una de las consecuencias de la decisión del partido de Santiago Abascal de abandonar el grupo de los Reformistas y Conservadores (ECR) del que formaba parte la anterior legislatura, junto con otros partidos de extrema derecha, como los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni o el polaco ultranacionalistas Ley y Justicia (PiS), para marcharse al aún más radical Patriotas por Europa, que está integrado por el Rassemblement National de Marine Le Pen, La Liga de Matteo Salvini, o el Fidesz de Viktor Orbán, entre otros.

El Partido Popular Europeo mantendrá el cordón sanitario a ese grupo que está integrado por lo que denomina eurodiputados de “extrema derecha y amigos de Putin” y que, sin embargo, no aplica a ECR, con el que negocia bilateralmente el reparto de presidencias de comisiones, por ejemplo. De hecho, ECR aspira a presidir la Comisión de Agricultura, una de sus prioridades ante las protestas de los agricultores en todo el continente.

La familia europea de Alberto Núñez Feijóo impondrá, por tanto, un veto al grupo de Vox que no se impone a la formación de Abascal en España, donde el PP ha mantenido los acuerdos a nivel municipal pese a la ruptura de varios gobiernos autonómicos y también ha conservado a los consejeros que se han rebelado contra la dirección de Vox.

¿Qué implica el cordón sanitario en el Parlamento Europeo? Lo que están negociando populares, socialistas y liberales de cara a la composición de la Eurocámara es dejar fuera a las fuerzas ultras de los puestos de representación que se votan este martes. Los grupos que quedarán al margen son Patriotas por Europa, que es la tercera fuerza parlamentaria, y Europa de las Naciones Soberanas -el grupo que ha formado Alternativa por Alemania tras su ruptura con Le Pen y Salvini junto a otros grupúsculos ultras con los que ha negociado el agitador Luis 'Alvise' Pérez que por ahora se queda en los no inscritos-.

“Estamos en discusión con socialistas y Renew para implementar el cordón sanitario a los eurodiputados propuestos por los grupos que son extrema derecha y amigos de Putin. La razón es que son puestos electos del Parlamento (...) y no queremos que esos eurodiputados representen a la institución”, explicó en una rueda de prensa el director de comunicación del PPE, Pedro López de Pablo.

La amalgama de partidos de extrema derecha tienen una batalla interna y, de hecho, se han dividido en tres en la Eurocámara, donde han conseguido mayor representación que nunca con 187 representantes de los 720 escaños que la componen. Las principales diferencias tienen que ver con su perspectiva ultranacionalista y también con problemas de egos a la hora de asumir el liderazgo, pero también hay algunos matices ideológicos. Le Pen tiene lazos con Putin mientras que otros, como el PiS, se caracterizan por su defensa férrea de la OTAN, por ejemplo, y eso les hace incompatibles en gran medida.

ECR, no obstante, se mostró contrario a la imposición del cordón sanitario a Patriotas por Europa, que siguiendo el sistema d'Hont que rige el reparto de los puestos institucionales, tendría asientos asegurados como tercera fuerza si no se impusiera el veto. El portavoz de Patriotas por Europa, por su parte, aseguró que se trata de un “cordón sanitario antidemocrático”. “Representamos millones de ciudadanos que tienen derecho a ser oídos”, se quejó.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también ha dejado fuera de sus conversaciones para recabar apoyos para un segundo mandato a esos dos grupos ultras mientras que este martes mantendrá un encuentro con el grupo ECR. A lo que se ha comprometido Von der Leyen es a buscar esos respaldos pero no a alcanzar un “acuerdo de cooperación” con las formaciones que lo integran y que complicaría la alianza con socialdemócratas y liberales, que forman parte de la coalición a nivel europeo junto con el PPE.

Von der Leyen mantiene, eso sí, una mayor interlocución con la primera ministra ultraderechista, Giorgia Meloni, que dejó la puerta abierta a que Fratelli d'Italia la apoyaran en la Eurocámara al abstenerse en la votación en el Consejo Europeo (mientras que votó en contra de António Costa como presidente del Consejo Europeo y de Kaja Kallas como alta representante), y también con el primer ministro checo, Petr Fiala, que ha anunciado públicamente su apoyo y se ha ofrecido a ayudar a Von der Leyen dentro de ECR, grupo al que pertenece Partido Democrático Cívico (ODS).

Para alcanzar los 361 votos que necesita para ser reelegida en la Eurocámara, Von der Leyen ha intensificado las conversaciones con Los Verdes, qe se han mostrado dispuestos a darle su apoyo.

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