El Partido Popular Europeo supedita la agenda verde a los intereses económicos en su batalla con la extrema derecha

Irene Castro

Bucarest (Rumanía) —
6 de marzo de 2024 12:52 h

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El Partido Popular Europeo tiene que hacer equilibrismos. Por un lado, tiene a su candidata, Ursula von der Leyen, que ha hecho de la 'agenda verde' el leitmotiv de su primer mandato. Por otro lado, está el partido que, a las puertas de las elecciones, se ha revuelto contra ese paquete legislativo votando en contra de algunas de sus principales banderas, como la prohibición de la venta de coches de combustión a partir de 2035 o la ley de restauración de la naturaleza. Y esas 'almas' se reproducen en el manifesto que el PPE ha aprobado esta tarde en el congreso que celebra en Bucarest (Rumanía) y que es el pistoletazo de salida para la campaña de las europeas de junio con la entronización este jueves de la alemana como spitzenkandidat.

Con la presión de las protestas de los agricultores en las calles de toda Europa, la UE ya ha echado el freno a buena parte de su política ambiental y el PPE deja negro sobre blanco que la supeditará a los intereses económicos, a pesar de que saca pecho de los resultados que ha dado el Pacto Verde Europeo en los últimos años, como una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero del 2,5% al tiempo que la economía ha crecido un 3,5%. “Hace cuatro años fijamos una perspectiva a largo plazo con la ley del clima y el objetivo de 2050. La agenda climática pasó a ser una agenda económica. Esto ha dado un sentido claro de dirección para la inversión y la innovación y un rumbo claro para que Europa se convierta en el primer continente neutro climático en 2050. Al entrar en la siguiente fase del Pacto Verde Europeo, la fase de implementación, seguiremos apoyando a la industria europea a lo largo de esta transición”, recoge el texto.

“La UE puede fijar objetivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero debe dejar margen para que los agentes privados, locales e industriales puedan encontrar soluciones tecnológicas adecuadas. Consideramos que una política de incentivos positivos es mucho más eficaz”, agrega el documento, que será la base sobre la cual los partidos nacionales elaborarán sus programas electorales para las europeas: “Los ingenieros, y no los políticos, junto con el mercado, deberían decidir cuál es la mejor tecnología para lograr la neutralidad del carbono”.

Detrás de esas palabras hay una crítica implícita a la labor que ha desempeñado la Comisión Europea en los últimos años estableciendo limitaciones a determinadas energías contaminantes, como el diésel o la gasolina, e imponiendo objetivos para las energías renovables. Uno de los borradores del manifesto apostaba por revertir específicamente la prohibición de vender coches de combustión a partir de 2035 con el objetivo de su desaparición a mediados de siglo, pero la redacción final ha quedado diluida en una generalidad, pero que es toda una declaración de intenciones: “Las nuevas tecnologías pueden revolucionar nuestra forma de movernos, haciéndola más inteligente, eficiente y sostenible. Necesitamos más tecnología, no prohibiciones”.

Es una enmienda a la totalidad de la política ambiental de Von der Leyen, en cuyo mandato han salido adelante unos 800 expedientes legislativos, de acuerdo a los datos de la Eurocámara. Y a eso también le quiere poner coto su partido, que se compromete a reducir en un tercio la carga regulatoria de la UE: “Tenemos que racionalizar la normativa vigente: no podemos permitirnos obligar a la gente a cumplir con más de 20 actos jurídicos diferentes sobre el mismo tema, como en el caso del de la UE”.

Aunque no figura con tanta claridad en el texto, el dirigente español Esteban González Pons, que es vicepresidente del PPE, ha apostado por “revisar la aplicación del Pacto Verde”, “el calendario”, y “el impacto de cada medida”. “Somos el continente, el mercado con estándares de calidad más exigentes. Eso hace que a veces los agricultores no puedan sacar adelante los productos agrícolas”, ha apuntalado Pons, que ha abogado por “revisar” los tratados internacionales para “exigir” a los terceros países los mismos estándares o “rebajar” los que impone la UE a sus agricultores.

Cuotas de refugiados vulnerables

Además de la política ambiental, que se ha convertido en el principal caballo de batalla de la extrema derecha (y desde hace algún tiempo también del PPE), el manifesto que tendrá que defender Ursula von der Leyen recoge las posiciones más duras contra la inmigración en línea con sus principales competidores, como los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni. De hecho, fuentes del PPE admiten que el líder de Forza Italia, Antonio Tajani, ha tenido mucho que ver en su redacción.

“Proponemos admitir en la UE una cuota de personas necesitadas de protección mediante cuotas humanitarias anuales de individuos vulnerables. Esto nos permite abordar tanto los requisitos de seguridad como los de integración en el proceso de selección y denegar eficazmente la entrada a los inmigrantes irregulares en nuestras fronteras exteriores”, señala el documento en contra del espíritu de las reglas del asilo, que persiguen precisamente que las personas que están en peligro reciban refugio en la UE. El PPE plantea, por tanto, limitar el número de aceptaciones. Igualmente, plantea suspender temporalmente las reglas del asilo en caso de que haya procesos de “instrumentalización” de la migración, como los que se detectaron en la frontera con Bielorrusia hace unos años. “No permitiremos que nadie chantajee a Europa”, reza el texto.

El PPE aspira a copiar el modelo británico de deportaciones a otros países. “Una persona que solicite asilo en la UE podría también ser transferido a un país tercero seguro y realizar allí el proceso de solicitud. En el caso de un resultado positivo, el país tercero seguro garantizará protección al solicitante 'in situ'”, señala el texto, que sostiene que es una forma de “asegurar que los solicitantes de asilo pueden recibir protección de manera civilizada y segura”.

Además, quiere vincular las políticas de relación con los terceros países de origen y tránsito a su “cooperación” en el control migratorio de la UE. “Todas las políticas, instrumentos y herramientas pertinentes de la UE, incluidos los nuevos acuerdos comerciales, la ayuda al desarrollo y las políticas de visados, deberían depender de la cooperación de terceros países en el ámbito de la migración, más concretamente en lo que se refiere al retorno y la readmisión de sus nacionales”, establece el PPE. El líder de la organización, Manfred Weber, ha asegurado que Von der Leyen, que siempre ha tenido un línea más moderada, está de acuerdo con ese endurecimiento.

La 'Europa fortaleza' y militar

El texto llega a amenazar con la posibilidad de colocar fronteras internas si no se puede garantizar el control de las externas y, en línea con la consecución de la 'Europa fortaleza', el PPE plantea triplicar la plantilla de Frontex hasta los 30.000 agentes.

El espíritu fundamental del programa del PPE tiene que ver con la seguridad en un momento en el que dos guerras conmocionan a la opinión pública, aunque en el caso de Gaza ni siquiera la menciona. Además de incrementar las capacidades militares de los estados miembros y aumentar el gasto en defensa 'made in Europe' en línea con lo que ha planteado Bruselas, el EPP apuesta por que el próximo gobierno comunitario cuente con un comisario de Seguridad y Defensa. Von der Leyen cogió el guante y dijo que estaba en sus planes en detrimento de la labor que en los últimos años han desempeñado en ese área el responsable de Mercado Interior, Thierry Breton, y el alto representante, Josep Borrell. El catalán ha estado precisamente en la diana de los conservadores durante toda la legislatura y el PPE plantea eliminar ese puesto, que en los últimos años ha recaído en los socialistas, para crear un ministro de Exteriores de la UE.