La decisión del presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, de rechazar este jueves la dimisión del primer ministro Mario Draghi y de emplazarlo a comparecer el próximo miércoles ante el Parlamento deja un margen de cinco días en los que se deberá definir una solución a la crisis política que deja el país en la incertidumbre. Draghi esperó a que cerraran las bolsas para anunciar en el Consejo de Ministros su intención de dimitir después de que los senadores del Movimiento 5 Estrellas (M5S, en sus siglas en italiano) se ausentaran en la votación de la moción de confianza que el Gobierno había puesto sobre un importante decreto sobre un paquete de ayudas económicas. El Ejecutivo había superado el voto de confianza, pero Draghi había avisado que si el M5S daba ese paso, caerían las condiciones para seguir.
Cinco días son un tiempo larguísimo en una crisis de Gobierno en Italia y los escenarios son variados. En un clima de especulaciones y carreras de las fuerzas políticas para no salir salpicadas en la crisis que puede desembocar en un adelanto electoral en otoño, estas son las claves de lo que puede pasar en los próximos días.
¿Qué supone el rechazo de la dimisión de Draghi?
La decisión de Mattarella congela de facto la crisis de Gobierno y Mario Draghi, que no ha perdido el voto de confianza en el Senado, mantiene todos sus poderes como primer ministro. El comunicado difundido por el Palacio del Quirinale tras el encuentro entre Mattarella y Draghi se limita a explicar que el presidente ha pedido al primer ministro comparecer ante el Parlamento para “realizar, en la sede apropiada, una evaluación de la situación surgida a raíz de los resultados” de la votación en el Senado.
El hecho de que Draghi sea primer ministro con todas sus funciones le permite acudir a un importante cumbre bilateral en Argelia prevista para el próximo lunes y martes, donde Italia quiere cerrar nuevos acuerdos sobre el gas para seguir disminuyendo su dependencia de Rusia ante lo que pueda pasar en los próximos meses.
¿Cuál es la postura de Draghi?
El primer ministro ha repetido en más de una ocasión en las últimas semanas que no está dispuesto a liderar un Draghi bis, un nuevo Gobierno hasta el final de la legislatura. Y el mensaje con el que anunció ayer a sus ministros la decisión de remitir en mandato sonó a despedida. “Desde mi discurso de toma de posesión en el Parlamento, siempre he dicho que este ejecutivo seguiría si tenía una perspectiva clara para realizar el programa de Gobierno sobre el que las fuerzas políticas habían votado la confianza. Esta unidad ha sido fundamental para enfrentarnos a los desafíos de estos meses. Estas condiciones hoy ya no existen”, dijo. Luego añadió: “Les agradezco su trabajo, los muchos resultados obtenidos. Debemos estar orgullosos de lo que hemos logrado, en un momento muy difícil”. Según el Corriere della Sera, que cita fuentes del entorno del primer ministro, Draghi está “totalmente decidido” a no dar marcha atrás y el miércoles se limitará a confirmar ante el Parlamento que no hay posibilidad de seguir con la experiencia de Gobierno. En este caso, volvería a presentar su dimisión al presidente de la República.
¿Qué pasa si Draghi confirma el miércoles su dimisión?
Si Draghi confirma su dimisión, una de las opciones es que el presidente de la República decida disolver las cámaras y convocar elecciones, pero manteniendo a Draghi al mando del Gobierno hasta la votación. Podría entonces rechazar la dimisión, disolver el Parlamento y convocar los comicios, que se celebrarían a finales de septiembre o en la primera mitad de octubre. Esto permitiría a Draghi seguir en el cargo en el pleno de sus funciones ya que no pasaría por una moción de confianza. Según el Corriere, esta es la fórmula que el primer ministro ha compartido el jueves con Mattarella.
Otra hipótesis es la de un Gobierno tecnócrata que dure unos meses y permita una transición para que se llegue al voto en febrero de 2023, después de la aprobación de los presupuestos. Mientras el jueves estallaba la crisis de Gobierno, ya empezaban a circular nombres de posibles sustitutos: desde el actual ministro de Economía, Daniele Franco, hombre de confianza de Draghi, hasta Giuliano Amato, jurista, actual presidente del Tribunal Constitucional, ya dos veces primer ministros en el pasado y uno de los nombres que siempre suena en los momentos de impasse institucional. Pero, de momento, la opción del Gobierno técnico no parece la más probable.
¿Y si Draghi finalmente no dimite?
En los dos encuentros que ha tenido con Mattarella, el primer ministro no ha usado la palabra “irrevocable” para anunciar su dimisión, según lo publicado por la prensa italiana. Es un detalle que dejaría la puerta abierta para un cambio de opinión, que parece de momento improbable, ya que Draghi no quiere pilotar un Gobierno que correría el riesgo de ser víctima de continuos chantajes por parte de las fuerzas políticas preocupadas por los sondeos y por posicionarse de cara a las elecciones.
Pero son muchas las voces —también fuera de Italia— que presionarán para que Draghi siga y se presente ante el Parlamento para pedir un voto de confianza y un nuevo mandato sobre un programa de Gobierno que permitiría aprobar los presupuestos y acabar la legislatura.
¿Cómo se posicionan los partidos?
La mayoría que apoyaba el Gobierno de unidad nacional liderado por Draghi incluía prácticamente a todos los grandes partidos, menos la extrema derecha de Hermanos de Italia: el Partido Democrático, el M5S, Forza Italia de Silvio Berlusconi y la Liga de Matteo Salvini. También estaban en la coalición Italia Viva, la escisión del PD encabezada por el ex primer ministro Matteo Renzi, y Articolo 1, otra formación también surgida de una escisión del PD. Desde que hace tres semanas, se ha añadido a este elenco Insieme per il Futuro, “juntos para el futuro”, el grupo parlamentario de los exmiembros del M5S que se han sumado a la escisión anunciada por el ministro de Exteriores Luigi di Maio.
Esta premisa es necesaria para entender por qué la situación en estos momentos es tan incierta. Ninguno de los partidos que apoyaban a Draghi quiere realmente una convocatoria de elecciones por una razón u por otra, aunque todos se han apresurado a decir que están listos para un eventual adelanto electoral.
Forza Italia y la Liga han emitido este viernes una nota conjunta que va en esa dirección: “Escucharemos con respeto y atención las consideraciones del presidente Mario Draghi, quien reaccionó con comprensible firmeza ante irresponsabilidades, dilaciones y votos en contra. El centro-derecha del Gobierno seguirá defendiendo los intereses de los italianos con seriedad y coherencia, ciertamente sin temer el juicio de los italianos”. Las dos formaciones añaden que lo que está claro es que no se puede seguir contando con el M5S “en una fase dramática”, un añadido que deja la puerta abierta para una solución política que evite las elecciones.
Una opción que descarta por completo Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia quien, desde el jueves, pide un adelanto electoral sin más. Los sondeos soplan a favor de los ultraderechistas, que han pasado de ser la tercera pata del centro-derecha a liderar las encuestas muy por encima de los resultados que auguran para Salvini, cuyo partido sufre una importante caída de apoyos. Una situación que la Liga comparte con el M5S, la formación que llegó a ser en 2018 la primera fuerza del Parlamento y ahora está atravesado por profundas divisiones internas. De ahí la solución de compromiso que pensaban haber encontrado el jueves decidiendo ausentarse en el voto de confianza y esperando que esto bastara para llamar la atención sin precipitar la crisis, como en cambio ha ocurrido. No se sabe qué posición podrían adoptar en el caso de un nuevo voto de confianza a Draghi.
La permanencia del expresidente del Banco Central Europeo al frente del ejecutivo es lo que pide claramente el Partido Democrático. “Hay cinco días para trabajar para que el Parlamento confirme la confianza al Gobierno Draghi e Italia salga lo más rápido posible de la dramática barrena en la que está entrando en estas horas”, escribió el jueves su secretario, Enrico Letta, en su perfil de Twitter.
La decisión del M5S, liderado ahora por el ex primer ministro Giuseppe Conte, que ha abierto la crisis también ha comprometido el proyecto de la construcción de un frente amplio de centro-izquierda que incluyera también a los grillini. “El M5S ya no existe, ahora se llama el partido de Conte”, ha dicho Di Maio, con palabras duras hacia el profesor universitario que ha tomado las riendas del partido del que él fue fundador y líder. “Si desde el miércoles entramos en la fase de gestión de asuntos corrientes, no podremos hacer casi nada de lo que sirva para superar la crisis económica”, ha avisado.