El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió hoy de que las condiciones en la República Centroafricana se están agravando rápidamente debido a la violencia y alertó de que la mitad de la población necesita ayuda humanitaria.
En un comunicado, la organización indicó que una de cada cinco personas en ese país se ha visto obligada a abandonar su hogar, lo que representa el mayor nivel de desplazamiento alcanzado desde el inicio de esta crisis en 2013, y señaló que las zonas más afectadas son el noroeste y el sureste.
“La de la República Centroafricana es una de las tragedias humanitarias más olvidadas del mundo”, resaltó el presidente del CICR, Peter Maurer, desde Bangui, donde realiza una visita de trabajo.
Maurer afirmó que “las necesidades humanitarias son enormes y la crisis no cuenta con la financiación suficiente, de tal forma que la Cruz Roja y otras organizaciones están sobrecargadas asegurando que los afectados tengan acceso a servicios básicos”.
Según el organismo, la población no solo necesita agua, comida o refugio, sino también sentir seguridad en medio de un entorno inestable y en el que la violencia sexual aumenta de manera “desenfrenada”.
La República Centroafricana registra el número más alto de incidentes contra trabajadores humanitarios y de sanidad.
“Es crucial que lo que está pasando en la República Centroafricana no se olvide ni se ignore. Hago un llamamiento urgente a una mayor atención y compromiso por parte de la comunidad internacional”, manifestó Maurer.
El jefe del CICR ha visitado el país durante cuatro días y se ha entrevistado con el presidente Faustin Archange Touadéra, así como con ministros, trabajadores humanitarios y diplomáticos.
La República Centroafricana vive un complicado proceso de transición desde que en 2013 los rebeldes Séléka derrocaran al presidente François Bozizé, lo que desató una ola de violencia sectaria entre musulmanes y cristianos que ha causado miles de muertos.
De acuerdo con fuentes oficiales, la escalada de enfrentamientos entre grupos armados en la zona de la localidad de Paoua, en el noroeste de la República Centroafricana, ha dejado al menos un centenar de muertos, 60.000 desplazados y unas 2.000 viviendas incendiadas solo desde que empezó este mes