Agentes de seguridad cubanos han desalojado este jueves por la fuerza al grupo de 14 disidentes, cinco de ellos en huelga de hambre, que se atrincheraban en una casa en La Habana, según ha denunciado el grupo opositor Movimiento San Isidro –que agrupa a artistas, periodistas independientes y académicos– y corroboraron varios testigos en el lugar.
El desalojo de los opositores, algunos de los cuales fueron detenidos tras ser trasladados en varias patrullas, se produjo en torno a las 20:30 hora local (1:30 GMT del viernes) en la calle Damas, de la barriada de San Isidro en la icónica Habana Vieja. Cuando Efe llegó al lugar tras consumarse los hechos había dos policías custodiando la puerta de la vivienda y más de una decena de personas en la calle que se identificaron como vecinos o agentes de la Seguridad del Estado.
Entre los detenidos estaba Carlos Manuel Álvarez, periodista y escritor director del medio El Estornudo. Álvarez se unió al grupo el pasado miércoles declarando que el grupo es “un ejemplo de comunidad y civismo en medio de un país fracturado”. Según Abraham Jiménez Enoa, codirector de El Estornudo, solo queda una persona en paradero desconocido, Jorge Luis Capote.
Dos vecinos que presenciaron el incidente aseguraron a Efe que los agentes sacaron a los activistas “a golpes”, mientras que otro dijo que “con violencia”. Todos los testigos rehusaron seguir hablando cuando se les pidió que ofrecieran más detalles sobre lo ocurrido. Un hombre vestido de civil que se identificó como agente de la Seguridad del Estado negó cualquier tipo de violencia en el desalojo –aseguró que se produjo de forma pacífica– y declaró a Efe que las fuerzas del orden se llevaron a los opositores porque uno de ellos había “violado el protocolo anti-COVID-19”.
En la casona de la calle Damas permanecían recluidas voluntariamente 14 personas asociadas al Movimiento San Isidro –una de las principales organizaciones opositoras creada por disidentes del ámbito del arte y la cultura– para pedir la liberación del joven rapero Denis Solís, un activista antigubernamental que fue condenado a ocho meses de cárcel por “desacato”.
“Agentes de la dictadura irrumpieron en nuestra sede, golpearon salvajemente a nuestros compañeros, se los llevaron y desconocemos su paradero. Tememos por su integridad física”, informó el colectivo desde su cuenta en Twitter.
“Responsabilizamos al Gobierno cubano por la salud de Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Castillo y de los demás huelguistas apostados en nuestra sede”, publicó en Twitter minutos después el Movimiento, que además “llamó a respetar la vida y dignidad de todos los detenidos y dejarlos en libertad”.
Cinco de los que permanecían en la casa mantenían una huelga de hambre –tres de ellos desde hace ocho días–, lo que ha generado una fuerte repercusión internacional al pronunciarse numerosas organizaciones cubanas y globales, como Amnistía Internacional, además del secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo.
Los desalojados protestaban por la reciente condena de ocho meses de cárcel por “desacato” al rapero aficionado y disidente Denis Solís al considerar ilícito el proceso judicial, aunque también piden el cierre de las polémicas tiendas cubanas de productos básicos de pago exclusivo en dólares.
El allanamiento a la casa de San Isidro y la detención de los opositores coincidió con la caída temporal de Facebook, Instagram y Youtube, inaccesibles durante unos 40 minutos a través de la red móvil cubana. En los pasados días los activistas atrincherados acostumbraban a transmitir en directo por la red social Facebook lo que ocurría en la vivienda, por lo que varios internautas atribuyeron el misterioso apagón a un intento del Gobierno de evitar que se divulgaran imágenes y vídeos del desalojo en tiempo real.
“Han pasado ya diez días de mucha violencia, maltrato y persecución. Mientras, en huelga de hambre y sed, yo he dormido en una colchoneta, casi un lujo en comparación con los otros compañeros míos que duermen en el piso”, escribía este miércoles Luis Manuel Otero Alcántara, uno de los detenidos. “Somos piezas fundamentales en este ajedrez, somos los que generamos el cambio. El sistema juega ya con pocos peones y se les va agotando su odio, su machismo y su violencia”, añadió.