El Gobierno polaco ha decidido este martes, tras casi dos semanas de fuertes protestas, retrasar la publicación de la ley que recoge el reciente fallo del Tribunal Constitucional que restringe los casos en los que es legal abortar.
El portavoz del Ejecutivo, Michal Dworczyk, ha explicado que el retraso se debe a que los miembros del Gobierno están analizando alternativas ante el polémico fallo, que declara inconstitucional el supuesto de la malformación del feto como motivo para interrumpir el embarazo.
La posibilidad de abortar quedaba por tanto limitada a los casos de peligro para la vida de la madre, violación o incesto. Estaba previsto que la norma se publicase formalmente este lunes y su retraso puede suponer una ilegalidad, según algunos expertos. Según el portavoz, el Gobierno polaco necesita “cierto tiempo de diálogo” para “elaborar una nueva posición”.
La decisión es significativa porque la querella ante el Constitucional la habían presentado parlamentarios del ultraconservador y nacionalista Ley y Justicia (PiS), el partido en el Gobierno, y porque la corte máxima del país fue reformada por este Ejecutivo en 2017 para propiciar la entrada de jueces conservadores. De hecho, la juez que presidió este caso, Julia Przylebska, llegó al cargo por nominación del PiS.
El Constitucional decidió el 22 de octubre declarar inconstitucional el supuesto de malformación del feto, el motivo de la inmensa mayoría de los abortos en Polonia, endureciendo una de las leyes nacionales más restrictivas de Europa a este respecto.
Desde entonces se han sucedido a diario grandes protestas contra el Gobierno que han reunido en las principales ciudades del país a cientos de miles de personas, principalmente jóvenes, a pesar de las restricciones por la pandemia.
A raíz de las protestas, el primer ministro, Mateusz Morawiecki, ha pedido diálogo a los manifestantes y a diputados de la oposición para encontrar una solución al conflicto.
Sin embargo, los organizadores han rechazado las llamadas al diálogo y han anunciado más protestas.