El Gobierno de Portugal ya ha solicitado ayuda a la Unión Europea para combatir la oleada de incendios que castiga la parte continental del país y el archipiélago de Madeira, en cuya capital, Funchal, las llamas han causado la muerte de tres personas y cientos de hospitalizados. La ministra de Interior de Portugal, Constança Urbano de Sousa, ha confirmado que su país ha accionado el mecanismo europeo de protección civil por el que Portugal ya ha recibido el refuerzo de un avión anfibio Canadair procedente de Italia. Aunque el Gobierno de España ya envió, hace dos días, dos aviones desde una base en Galicia para colaborar en las labores de extinción de la oleada de incendios desatados en los últimos días en Portugal.
Más de 3.000 bomberos, efectivos de Protección Civil y voluntarios trabajan para atajar los 12 grandes incendios que hoy siguen activos en Portugal.
En la escarpada Funchal, la capital de Madeira, la preocupación es máxima. Al menos tres personas han muerto y otras 300 han resultado heridas en un incendio que mantiene varios frentes abiertos y que ha provocado el desalojo de un millar de afectados, según ha confirmado el alcalde del archipiélago portugués, Paulo Cafofo. Además, casi una treintena de casas han sido calcinadas por las llamas y por precaución, al menos dos hospitales han sido evacuados.
Las llamas, que comenzaron en la parte alta de la escarpada ciudad y que fueron avivadas por un pirómano de 24 años, avanzaron la pasada noche local hasta el centro histórico, dejando tras de sí un rastro de destrucción dantesco. El incendio continúa activo y con varios focos abiertos, aunque con menos virulencia, según las autoridades locales, quienes además han recibido refuerzos de Lisboa y del otro archipiélago portugués, el de las Azores.
De acuerdo con el balance oficial, aún provisional, y a falta también de una valoración definitiva, el fuego ha calcinado ya decenas de viviendas, un centro comercial, así como diversos hoteles. Entre ellos, un hotel de lujo en la zona este de la ciudad, el Choupana Hills Resort & Spa. Los daños materiales aún no han sido cuantificados pero todo apunta a que serán elevados. Y, aunque todavía no se tienen datos de las hectáreas calcinadas, según las autoridades, esta oleada de fuegos se asemeja a las registradas en los fatídicos años 2003, 2005, 2010 y 2013, que situaron a Portugal como el Estado de la UE más castigado por las llamas.
De momento, en una primera estimación, serían alrededor de 500 hectáreas las calcinadas por los fuegos en la capital de la isla.
El fuego y las altas temperaturas, los grandes enemigos
El viento y las altas temperaturas en la tropical y turística Funchal se han convertido en los grandes enemigos del espectacular incendio que mantiene en jaque a la capital de Madeira. “Estamos bajo condiciones meteorológicas extraordinarias que no son previsibles, ni posibles de dominar por el ser humano”, reconoció a los medios Urbano de Sousa.
Desbordados por el fuego
Ante la gravedad de la situación, el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, viajó ayer al archipiélago portugués (situado a unos 1.000 kilómetros del Portugal continental y cerca de las españolas islas Canarias), y elogió “el coraje” y el “comportamiento ejemplar” de los particulares y de todos los implicados en las labores de extinción. “Las propias poblaciones han reaccionado por instinto de supervivencia”, analizó el mandatario. El jefe del Gobierno, António Costa, lo hará este jueves.
Los bomberos están desplegados por todo el país
En una reunión extraordinaria, el Ejecutivo regional de Madeira se apresuró a pedir ayuda financiera a Lisboa para costear la reconstrucción, recuperación de las infraestructuras y actividades económicas y sociales afectadas por los incendios. Pero no son los únicos, ya que en el Portugal continental hay una oleada de más de un centenar de fuegos, de los que alrededor de una docena están catalogados como de grandes dimensiones y muchos de ellos intencionados.
El más grave, según la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANCP), es el de Águeda, en el distrito norteño de Aveiro. Aunque también preocupan los de Meda, Vieira do Minho, Anadia, Castelo de Paiva, Montalegre, Albergaria-a-Velha, Caminha, Viseu, Arcos de Valdevez y otros dos en Arouca, localidades todas situadas al norte del país.
En el distrito de Viana do Castelo, 545 bomberos, 177 medios terrestres y 7 medios aéreos se han desplegado para intentar sofocar 19 incendios forestales. Desde la madrugada de este miércoles y hasta las 17.30 hora local (16.30 GMT), se han declarado en esta zona del norte de Portugal (limítrofe con Galicia) once fuegos, a los que hay que sumar los ocho que estaban activos desde hace cuatro días.
El modelo de gestión de las tierras, clave
También al norte, en el distrito de Oporto, las llamas castigaron poblaciones como la de Gondomar, mientras en Leiria, en el centro del país, preocupa otro fuego de grandes dimensiones. La propiedad de los terrenos en esta zona del país está muy fragmentada y lleva a que la responsabilidad de limpiar los materiales vegetales más inflamables recaiga en los particulares, que muchas veces no tienen condiciones para hacerlo.
Además de las altas temperaturas y el viento, la acción del ser humano, sobre todo la intencionada de los pirómanos, es otro de los factores de peso para la proliferación de incendios, junto a la plantación de especies de árboles como los inflamables eucaliptos.