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La presidenta de la Comisión Europea regatea a Ucrania mientras Biden y la OTAN respaldan a Kiev frente a Moscú

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
15 de abril de 2021 22:02 h

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Estados Unidos y la OTAN han hecho dos grandes anuncios en las últimas horas: han confirmado su salida de Afganistán después de dos décadas de guerra y han mostrado su apoyo a Ucrania frente a Rusia, que está desplegando tropas cerca de la frontera. Kiev pide ayuda ante el ruido de tanques en su frontera. Moscú alega que sus fronteras ya no son seguras, en tanto que las ex repúblicas soviéticas son miembros de la OTAN y, sostiene, la presencia occidental está detrás de movimientos antirrusos en Ucrania –donde el Kremlin tiene abierto el conflicto por Donbás (la cuenca del Donets), además de la anexión de Crimea hace diez años (2011), entre otros–, o Bielorrusia.

En su polémica visita a Moscú de febrero, Josep Borrell, el jefe de la diplomacia europea, protestó por la falta de derechos civiles y humanos en Rusia, y se llevó los desplantes de Sergéi Lavrov, además de la expulsión de tres diplomáticos por parte de Moscú. La tensión creció y llegó la aprobación de sanciones en EEUU y la UE contra los responsables directos del encarcelamiento del opositor Navalni.

Sin embargo, ahora la Comisión Europea parece pisar el freno, en la misma semana en que la Administración de Joe Biden y la OTAN mantienen la presión sobre Rusia y a escasos días de que los ministros de la UE se reúnan este lunes por videoconferencia.

Este jueves EEUU ha impuesto nuevas sanciones a Rusia, a quien acusa de interferir en las elecciones presidenciales de 2020 y orquestar un ciberataque masivo de SolarWinds, además de imponer castigos relacionados con las acciones rusas en Ucrania y Afganistán. Biden, además, ha anunciado la expulsión de Estados Unidos de diez miembros de la misión diplomática rusa en Washington, incluidos integrantes de los servicios de inteligencia.

Dos días antes, Biden ya había telefoneado al presidente ruso, Vladímir Putin, para abordar los frentes abiertos. “El presidente Biden expresó nuestras preocupaciones por el repentino aumento de tropas en la Crimea ocupada y en las fronteras de Ucrania, y pidió a Rusia que rebaje las tensiones”, afirmó la Casa Blanca.

Ucrania ha alertado en las últimas semanas del aumento de la presencia militar rusa cerca de su frontera y en Crimea, además del incremento de las violaciones del alto el fuego en el Donbás, donde desde 2014 se enfrentan el Ejército ucranio y los sectores prorrusos. Biden quiso destacar “el férreo compromiso de Estados Unidos con la soberanía e integridad de territorial de Ucrania”, de acuerdo con su gabinete.

Retirada de Afganistán mirando a Rusia

Este miércoles, en la sede de la OTAN, en Bruselas, los aliados acordaron comenzar a retirar sus tropas de Afganistán el 1 de mayo en la línea de lo decidido por Estados Unidos, que comenzará su salida ese día para completarla antes antes del 20º aniversario del 11S. Y mientras la OTAN y Biden se marchan de Afganistán giran su mirada al Este de Europa por el aumento de la presencia militar rusa en la frontera con Ucrania, la mayor desde la anexión de Crimea. “Pedimos a Rusia que acometa una desescalada de manera inmediata, detenga sus provocaciones agresivas y respete sus compromisos internacionales”, exigió el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg: “Los aliados apoyan plenamente la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”.

Y precisamente el próximo 24 de agosto se celebran los 30 años de la independencia de Ucrania de la Unión Soviética. Y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declinado acudir, al contrario que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien sí ha confirmado su asistencia al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.

Pero Von der Leyen no sólo ha hecho eso, sino que inicialmente ordenó a su jefe de gabinete que rechazara la invitación del presidente ucranio en su nombre, algo inusual en las relaciones internacionales.

El portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, ha asegurado este jueves que esa carta firmada por Bjiörn Seibert y desvelada por Libération nunca llegó a enviarse y que quien rechazará la invitación será la propia Von der Leyen. Seibert también es responsable de no haber enviado un equipo de protocolo a Ankara que podría haber evitado el Sofagate, además del inductor de la amenaza a Londres de suspender el protocolo de Irlanda del Norte para evitar la fuga de vacunas de AstraZeneca de la UE a Reino Unido.

Lo que no ha explicado Mamer, no obstante, son los motivos por los que se rechaza la invitación, más allá de señalar “problemas de agenda” en una cita para el 23 de agosto: “Nos aseguraremos de que haya el nivel de representación apropiado”.