Portugal ha reelegido a Marcelo Rebelo de Sousa para ocupar la presidencia del país por otros cinco años en unas elecciones inéditas marcadas por la abstención y el confinamiento impuesto por la COVID-19, que golpea con dureza al país con más de 200 muertos diarios en la última semana. Los vaticinios sobre una abstención histórica se han cumplido y la cifra ha superado el 60%.
Rebelo de Sousa ha logrado el 60.7% de los votos, un resultado que consolida sus apoyos entre la derecha moderada y su avance entre los votantes socialistas. La ex eurodiputada socialista Ana Gomes ha conseguido el 12.97% y el líder de la extrema derecha, André Ventura, el 11.9%.
El resto de aspirantes queda por debajo del 5 %: los izquierdistas Marisa Matías (3.95%), respaldada por el Bloco de Esquerda, y el comunista João Ferreira (4.32%), el liberal Tiago Mayan (3.22%) y el independiente Vitorino Silva (2.94%).
Más de 9,9 millones de electores, un millón y medio en el extranjero, estaban llamados a las urnas para elegir al jefe del Estado en plena tercera ola de pandemia.
Ha sido una jornada inédita, con largas filas de votantes, no tanto por la afluencia masiva a los colegios electorales sino por las medidas anticovid que ralentizaron el proceso. Una jornada también en la que se registró un nuevo récord de víctimas por la pandemia en el país: 275 muertos y 11.721 contagios desde el sábado.