Mientras el mundo condena el ataque contra la mayor refinería del mundo en Arabia Saudí, el presidente ruso, Vladimir Putin, no ha dejado escapar la oportunidad para hacer negocios y, de paso, trolear a Riad.
Preguntado sobre el ataque contra Arabia Saudí durante una cumbre celebrada este lunes en Ankara con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el de Irán, Hasán Rouhaní, Putin ha demostrado una vez más su peculiar forma de vender armas, provocando la risa de Rouhaní, a quien apuntan todas las miradas como responsable del ataque.
“El Corán dice que cualquier tipo de violencia es inaceptable, excepto un tipo de violencia, cuando proteges a tu pueblo”, señaló tras la pregunta. “Estamos listos para ayudar a Arabia Saudí a proteger a su gente. Tienen que tomar decisiones inteligentes como hizo Irán al comprar nuestro [sistema antimisiles] S300 y como hizo Erdogan al comprar el más avanzado S400”, añadió con una ligera sonrisa en el rostro. Rouhaní y Javad Zarif, ministro de Exteriores de Irán, tampoco se pudieron contener.
Putin ya mostró sus dotes como marchante de armas el pasado mes de agosto. Tan solo un día después de la cumbre del G7 celebrada en Biarritz (y a la que Rusia no estaba invitada), Erdogan visitó a Putin y este le ofreció ante las cámaras regalarle una limusina si a cambio compraba un helicóptero valorado en 8 millones de dólares.