La ministra de Interior de Reino Unido, Priti Patel, ha aprobado la extradición a EEUU de Julian Assange, fundador de Wikileaks. El caso llegó al Ejecutivo el mes pasado, que tenía la última palabra después de que el Tribunal Supremo del país diese vía libre a la extradición el 14 de marzo. Su equipo recurrirá la decisión en los tribunales
“Es un día triste para la libertad de prensa y la democracia británica. Todo aquel en este país que se preocupe por la libertad de expresión debería estar profundamente avergonzado de la decisión de la ministra de Interior de aprobar la extradición de Assange a EEUU, el país que tramó su asesinato”, ha denunciado la organización Wikileaks.
“Patel será siempre recordada como un cómplice de EEUU en su objetivo de convertir el periodismo de investigación en un trabajo criminal”, señala Wikileaks. “Hoy no es el final de la batalla, solo es el comienzo de una nueva batalla legal. Apelaremos en el sistema legal y el siguiente recurso será en el Alto Tribunal. Lucharemos más alto y gritaremos más en las calles, nos organizaremos y haremos que todos conozcan la historia de Julian”, añade el comunicado.
Estados Unidos acusa a Assange de haber violado su Ley de Espionaje por haber filtrado y publicado secretos diplomáticos y militares en 2010 a través de Wikileaks. En concreto, está acusado de 18 cargos relacionados con la Ley de Espionaje y uno por fraude y abuso informático, lo que podría llegar a 175 años de prisión.
Un juzgado de primera instancia denegó en enero la extradición a Assange por riesgo a su salud e incluso a su vida. “La situación mental de Assange es tal que sería opresivo extraditarlo a EEUU”, señaló entonces la jueza. Posteriormente, el Tribunal de Apelación de Londres revocó esa decisión ante un recurso presentado por la Fiscalía. Los jueces explicaron entonces que EEUU había ofrecido suficientes garantías de que Assange recibiría el trato adecuado para proteger su salud mental. Finalmente, el caso llegó al Supremo en marzo, que dio luz verde a la extradición a la espera de la aprobación del Ejecutivo.
“Si la extradición sigue adelante, a Amnistía Internacional le preocupa enormemente que Assange se enfrente a un alto riesgo de reclusión prolongada en régimen de aislamiento, lo que violaría la prohibición de la tortura u otros malos tratos. Las garantías diplomáticas ofrecidas por Estados Unidos de que Assange no será recluido en régimen de aislamiento no pueden tomarse al pie de la letra, dados los antecedentes”, ha afirmado la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard.
La detención
Assange fue detenido en abril de 2019 por agentes británicos que irrumpieron en la embajada de Ecuador en Londres. Ecuador le concedió el asilo en 2012 y desde entonces Assange vivía en la embajada. Horas antes de su arresto, desencadenado a petición de EEUU, el ahora expresidente de Ecuador, Lenín Moreno, anunció por Twitter la retirada del asilo diplomático por considerarlo “insostenible”.
Assange se refugió en la embajazada a raíz de la orden de detención de la Fiscalía de Suecia por una supuesta violación y abuso sexual. Suecia emitió una orden europea de detención y Reino Unido aceptó extraditarlo. Entonces Assange pidió asilo en la embajada de Ecuador. El fundador de Wikileaks dijo que este proceso era una excusa para su extradición posterior a EEUU, donde podría ser juzgado por la filtración masiva de documentos secretos en 2010 a través de Wikileaks. Finalmente Suecia archivó el caso en noviembre de 2019.
El relator especial de la ONU para casos de tortura, Nils Meizer, aseguró en una entrevista publicada en elDiario.es que Assange no intentó en ningún momento huir de la justicia sueca. “Cuatro países democráticos unieron fuerzas [Estados Unidos, Ecuador, Suecia y el Reino Unido] para aprovechar su poder y retratar a un hombre como un monstruo para que luego pudiera ser quemado en la hoguera sin que nadie protestara”.