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COVID-19 Resumen internacional de la semana

Reino Unido considera cerrar los pubs, vuelta al cole en Italia y segundo confinamiento en Israel

Pocos lugares han atraído más miradas esta semana que Israel, que este viernes, coincidiendo con las celebraciones del año nuevo judío, Rosh Hashaná ha regresado de nuevo a medidas de confinamiento a escala nacional durante al menos las próximas tres semanas. Con una incidencia acumulada de más de 5.800 casos por millón de habitantes en los últimos 14 días, una de las más altas del mundo, las autoridades han decidido poner de marcha de nuevo restricciones a la movilidad y a las reuniones, así como el cierre de comercios no esenciales, con el fin de controlar la propagación. A mediodía de este viernes, la presencia policial se incrementaba en ciudades como Jerusalén y Tel Aviv y los negocios comenzaban a cerrar. Muchos ciudadanos no ven con buenos ojos las medidas, ya que perciben que el Gobierno no tomó a tiempo las medidas para frenar la segunda ola.

Ya son más de 30 millones los casos de COVID-19 confirmados en todo el mundo desde el inicio de la pandemia. El que más volumen de contagios sigue añadiendo al recuento total es India, que esta semana ha superado los 5,2 millones de infecciones acumuladas. Los siguientes son Estados Unidos y Brasil, con más de 200.000 positivos cada uno en los últimos siete días. En ambos países, los casos han vuelto ha subir después de semanas a la baja, según los datos de la Universidad Johns Hopkins analizados por elDiario.es.

En EEUU, la ciudad de Nueva York ha anunciado que volverá a retrasar el regreso presencial a las aulas de casi todos los alumnos de primaria y secundaria, a excepción de los más pequeños por el temor a un aumento de los contagios de COVID-19. Mientras, Donald Trump ha vuelto a acaparar titulares esta semana tras protagonizar un enfrentamiento con sus autoridades sanitarias. En concreto, ha cargado contra el director de los gubernamentales Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), quien ha asegurado que la población general estadounidense no podrá acceder a una vacuna contra la COVID-19 hasta finales de 2021. “Creo que cometió un error”, dice Trump, quien insiste en que EEUU será capaz de distribuir 100 millones de dosis a final de este año.

Fuera de EEUU, son cada vez más las voces que alertan contra el “nacionalismo de vacunas” que puede dejar atrás a las partes más pobres del mundo y avisan de que el desarrollo y la fabricación de dosis no acabarán con la pandemia con rapidez a menos que estas también se distribuyan equitativamente. En su informe anual, la Fundación Bill y Melinda Gates ha incluido estimaciones sobre el impacto en número de muertes según cómo de igualitario sea el reparto de la futura vacuna: si los países ricos compran los primeros 2.000 millones de dosis y no reparten, la cantidad de fallecidos podría duplicarse.

En Canadá, las autoridades están preocupadas por el continuo aumento de los contagios que se está produciendo en las últimas semanas y temen que la pandemia se descontrole en el país. El número de infecciones en las principales provincias, Ontario y Quebec, está escalando rápidamente. El Gobierno de Ontario ha anunciado que limitará el número de personas que se pueden reunir en tres áreas de la provincia, incluida la ciudad de Toronto, la más poblada del país y en cuya región metropolitana viven alrededor de 6 millones de personas. El repunte se produce poco después de la reapertura de las escuelas. Pero, si bien varias escuelas y universidades han registrado brotes, las autoridades creen que ha sido impulsado por reuniones sociales en hogares, bodas y otros eventos privados.

Los ojos siguen puestos también en Europa. El director de la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que abarca a 53 territorios, ha dicho que la situación epidemiológica actual es “seria” y ha alertado de las “alarmantes tasas de transmisión” en el continente. Los casos de COVID-19 semanales ya han superado los que se registraron cuando la pandemia llegó a su punto máximo en Europa en marzo. Más de la mitad de los Estados han notificado un aumento de más del 10% de infecciones en las últimas dos semanas.

La OMS ha pedido a los Gobiernos que se centren en las medidas que se sabe que funcionan para luchar contra el virus. Mientras varios países están estudiando reducir los períodos de cuarentena requeridos –Francia ya ha anunciado una reducción del periodo de aislamiento de 14 a siete días para pacientes y casos de contacto– la agencia ha dejado claro que su recomendación del organismo es que las personas se pongan en cuarentena durante 14 días después de una posible exposición al coronavirus. “Solo revisaríamos eso en base a un cambio en nuestra interpretación de la ciencia y hasta ahora no es así”.

Los casos siguen subiendo en muchos países europeos, como Bélgica, Francia, Alemania o Dinamarca. También, en Reino Unido. El país ha anunciado esta semana que los enfermos graves y los pacientes en residencias tendrán prioridad para hacerse tests ante la falta de capacidad para efectuar pruebas a toda la población con síntomas. El Gobierno de Boris Johnson está estudiando nuevas restricciones en toda Inglaterra, entre ellas cerrar los pubs y los restaurantes, para controlar el virus, que está creciendo en el país, con más de 23.000 positivos nuevos en la última semana. Desde el Gobierno han negado que esto equivalga a un segundo confinamiento nacional, pero sería un paso más en la estrategia gubernamental, que esperaba mantener la COVID-19 bajo control con medidas locales. El Financial Times ha publicado que los principales científicos que asesoran Ejecutivo británico han propuesto un cierre nacional de dos semanas en octubre, coincidiendo con las vacaciones escolares de octubre. Johnson ha insistido en que quiere evitar el cierre de escuelas y ha dicho que mantener a los niños en las aulas es una “prioridad nacional”.

Seguimos hablando de educación, porque por primera vez después de seis meses hemos visto a millones de escolares volviendo a las aulas en Italia entre algunas protestas por falta de pupitres unipersonales, mascarillas o profesores. Algunas regiones han aplazado el inicio de curso a la próxima semana. Casi un millón de estudiantes también han vuelto a clase esta semana en Portugal, donde los casos siguen en aumento. El curso ha arrancado, igualmente, en Grecia, siete días más tarde de lo anunciado, en medio de quejas de padres y profesores por la falta de medidas de seguridad adecuadas en los colegios y con la obligación para todos, maestros y estudiantes, de usar mascarilla. El incremento de los contagios ha forzado al Gobierno griego ha anunciar nuevas restricciones en el área metropolitana de Atenas, donde vive aproximadamente un tercio de la población del país: ha establecido limitaciones a las reuniones y en los entornos laborales, la suspensión de conciertos y el cierre de cines.

Tras controlar el brote, Sudáfrica continúa con la nueva relajación de las medidas de lucha contra la COVID-19 y la reapertura. Después de medio año cerradas, las fronteras del país reabrirán a partir del próximo 1 de octubre, si bien los Estados más afectados por la pandemia permanecerán excluidos.

En China, la ciudad de Wuhan, zona cero de la pandemia de coronavirus, ha retomado los vuelos internacionales, poniendo fin a una pausa de ocho meses. Las autoridades chinas han informado este jueves de 32 nuevos casos de COVID-19, el aumento diario más alto en más de un mes. En un comunicado, han asegurado que todos los casos nuevos fueron infecciones importadas entre los viajeros que regresaron.