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Cómo el Reino Unido está frenando la violencia ultra: más policías, condenas exprés y movilización ciudadana

Una mujer sostiene una pancarta que dice "Racistas no bienvenidos" en una concentración en Birmingham este miércoles.

María Ramírez

8 de agosto de 2024 21:55 h

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Iglesias, mezquitas, tiendas y centros de acogida habían tapiado ventanas con tablones por toda Inglaterra. Estudiantes, académicos y tenderos con acento no británico o piel oscura compartían su nerviosismo. La policía antidisturbios estaba lista para intervenir por todo el país. Elon Musk, el propietario de X, y troles rusos que se hacían pasar por británicos hablaban de “guerra civil”. Pero el miércoles por la noche, las concentraciones multitudinarias por toda Inglaterra delante de centros de ayuda a refugiados y lugares de culto fueron las pacíficas contra el racismo y la xenofobia. 

Miles de personas en Londres, Birmingham, Liverpool, Bristol, Brighton y Oxford aparecieron en los lugares donde grupos de extrema derecha habían convocado concentraciones con pancartas de “refugiados bienvenidos” y cánticos de “somos la mayoría”. “Al anochecer, había sobre todo contraprotestas con nada contra lo que protestar. En algunos casos había un ambiente casi de carnaval, con canciones, bailes y, en un caso, una banda de samba, y apenas rastro de la extrema derecha”, escribe en su crónica sobre la noche el diario The Guardian

En Oxford, los que iban a protestar contra el centro de acogida en el centro de la ciudad o junto a la mezquita en el sur o no aparecieron o se desanimaron al ver a la policía y a los vecinos solidarios con minorías y personas de origen migrante, como muchas de las que participaban y residentes de la ciudad.

El miércoles había previstas más de 160 concentraciones, pero sólo sucedieron 36, que transcurrieron con apenas incidentes y unos pocos arrestos, según el consejo nacional de jefes de policía. Mark Rowley, el jefe de la policía de Londres, dijo que “la muestra de fuerza de la policía” y “la muestra de unidad de las comunidades” lograron derrotar “juntas” la amenaza de la violencia.

Las protestas contra el racismo y la xenofobia fueron pacíficas, pero la policía arrestó a un concejal laborista de Darford, una ciudad en el sur de Inglaterra, después de que se difundiera un vídeo de la protesta en Londres en la que dijo que había que “cortar el cuello” a los “nazis” e hizo el gesto. El Partido Laborista lo suspendió antes del arresto.

Más policía y condenas exprés

El Gobierno británico dice que la aparente desmovilización de los ultras es “sólo el comienzo” y sigue en alerta después de una semana de disturbios y otras protestas violentas, pero cree que los arrestos y, en particular, los juicios exprés han tenido un efecto disuasorio. 

Más de 400 personas han sido detenidas en la última semana, entre ellas más de 140 que han sido acusadas de manera formal. Entre estas personas, hay una decena de hombres que ya han sido condenados a penas de entre dos y tres años de cárcel por asaltos especialmente violentos contra otros ciudadanos, agentes de policía y trabajadores de servicios de emergencia. Las sentencias más duras son para quienes tenían antecedentes penales, en algunos casos hasta 14.

En la sentencia de dos hombres en Liverpool este jueves, el juez Andrew Menary describió a los asaltantes como parte de una “turba sin ley” y dijo que los disturbios en la zona la semana pasada habían sido promovidos por personas que habían explotado el asesinato de tres niñas en Southport, junto a Liverpool, con falsedades.

“Más de 50 agentes de policía fueron heridos y las personas que estaban allí esa noche no estaban ejerciendo su derecho a la libertad de expresión o a la protesta, sino explotando la angustia de otros, ya fuera para avanzar su ideología retorcida, o, más probablemente, como excusa simplemente para el vandalismo, la intimidación y la violencia”, dijo el juez en la explicación de su sentencia. “Son delincuentes y no representan a las personas decentes que se indignaron con su comportamiento y se quedaron a limpiar su desastre”. 

Los arrestos también tienen que ver con el despliegue de policías especializados en disturbios y la rapidez con la que han identificado a algunos de los más violentos. Entre los detenidos había borrachos, adolescentes e incluso niños (la persona más joven detenida tiene 11 años, según la policía).

La relativa tranquilidad del miércoles por la noche da esperanza al Gobierno.

“El hecho de que no viéramos el desorden que temíamos se debe a que tuvimos a la policía desplegada en grandes números y en los lugares correctos para dar seguridad a las comunidades”, dijo el primer ministro, Keir Starmer, este jueves. “Hemos sido capaces de demostrar que el sistema de justicia penal puede funcionar muy rápido, así que hemos visto las condenas de individuos involucrados en el desorden de hace unos días, algunos con sentencias tan largas como tres años. Esto ha mandado un mensaje muy poderoso”, dijo Starmer, que antes de ser político fue jefe de la Fiscalía y abogado especializado en derechos humanos. 

El gabinete entero volvió a reunirse de emergencia este jueves para planear los próximos días, con un fin de semana de posibles protestas y temperaturas muy calurosas para el Reino Unido. “Es importante que no aflojemos”, dijo Starmer.

Las autoridades están enfocadas también en los delitos online y, según recuerda el Gobierno británico, las plataformas están obligadas a retirar contenido que promueva la violencia.

Troles rusos

La red Telegram ya ha actuado tras el descubrimiento de grupos en su plataforma dedicados a difundir bulos y a promover actos violentos contra abogados de inmigración, policías y migrantes. 

Entre estos grupos, además de organizaciones de extrema derecha locales, el Gobierno e investigaciones periodísticas de la BBC y Bloomberg ya han detectado cuentas rusas que se hacen pasar por ciudadanos británicos. Telegram ha cerrado al menos un grupo llamado “Southport Wake Up” que tenía 15.000 miembros y donde se estaban organizando ataques y circulaban instrucciones para fabricar bombas caseras. 

Los participantes de esos grupos son una mezcla de extremistas británicos y “actores apoyados por Estados extranjeros” especialmente activos en Telegram y TikTok, según adelantaba Bloomberg, que identifica a varias cuentas rusas que se hacían pasar por británicos nacionalistas y han participado en la difusión de mentiras online sobre la identidad del asesino de las niñas de Southport -el bulo decía que se trataba un migrante musulmán que llegó en patera por el canal de la Mancha-.

Además, el equipo de BBC Verify, especializado en desinformación, ha identificado varios mensajes de cuentas rusas que circulan otras mentiras en sus propios canales para azuzar la división y el antisemitismo, por ejemplo, un falso pantallazo de la BBC asegurando que el rabino jefe del Reino Unido había pedido que se cerraran las mezquitas. 

Telegram ha tomado algunas medidas, pero X no sólo no ha actuado contra la difusión de amenazas, sino que su propietario ha insultado a Starmer, ha difundido mentiras sobre la policía británica y ha pronosticado una “guerra civil inevitable”. Musk también ha difundido en las últimas horas la mentira de que los ultras violentos estaban siendo enviados a un centro de detención en las islas Malvinas.

Violencia en el fútbol

Otra de las estrategias ahora para intentar apaciguar las calles es la vigilancia de los partidos de fútbol. El principal grupo que empezó a organizar las protestas y a difundir falsedades sobre el autor del asesinato de Southport tiene su origen en organizaciones de hinchas violentos de fútbol. Un rasgo común de los detenidos es que a menudo tenían sanciones y prohibiciones de entrar en los campos por vandalismo y agresiones en partidos. 

Stephen Christopher Yaxley-Lennon, uno de los activistas detrás de los bulos y los disturbios, utiliza el pseudónimo de Tommy Robinson, antiguo miembro de un grupo hooligan del equipo de Luton. El ultra, que tiene varios antecedentes penales incluido por el uso de un pasaporte falso para entrar en Estados Unidos, fue arrestado la semana pasada por desobedecer una orden policial y huyó del país antes de comparecer ante el tribunal.

La policía cree que los disturbios de los últimos días tienen relación con el aumento de la violencia alrededor de los campos de fútbol en el último año. “Hay motivos para creer que por lo menos una parte de los que causaron problemas en los campos de fútbol han estado involucrados”, dijo una fuente de la investigación al periódico i.

El Gobierno está en contacto con los clubes de fútbol para vigilar la entrada de los ultras en los campos. Según el periódico i, los participantes en disturbios pueden tener prohibida la entrada a los partidos usando una ley existente sobre los delitos en el fútbol, aunque el Gobierno sólo dice que está estudiando “todas las opciones”.

Varios clubes están hablando con las autoridades locales para imponer vetos a socios que han participado en disturbios en la última semana, utilizando los poderes de la ley de 1991. Se trata de una norma aprobada como respuesta a los años más violentos, sobre todo en la década anterior, en los campos de fútbol y a varios incidentes, incluidos los provocados por los ultras del Luton. La ley se centra sobre todo en intervenir antes o después de los encuentros, pero puede ser utilizada de manera más amplia. 

Apoyo del Partido Conservador

En esta semana de disturbios, el Gobierno de Starmer ha agradecido el apoyo de varios diputados conservadores, incluidos los que se presentan al liderazgo del partido tras la dimisión de Rishi Sunak. Pese a que algunos ministros alimentaron durante años los mensajes agresivos contra los extranjeros, ahora la mayoría de los diputados del Partido Conservador se han distanciado de los ultras y han apoyado la mano dura de Starmer.

Aun así, los aspirantes más a la derecha del partido están aprovechando el momento para pedir más castigos también para los que participan en concentraciones pro-palestinas. Robert Jenrick, antiguo secretario de Estado de migración del Gobierno conservador y defensor a ultranza del Brexit, fue criticado por sus propios colegas después de decir que cualquiera que grite en una calle de Londres “Allah Akbar” (“Alá es grande”) debe ser arrestado.

Nigel Farage, el líder del partido de extrema derecha Reform y que tiene por primera vez un escaño en el Parlamento, ha intentado distanciarse de los incidentes violentos y de Yaxley-Lennon, aunque ha repetido algunos de sus bulos. Uno de los más repetidos es que existe una “policía de dos niveles” y que se aplica el más duro a los que ultras en las convocatorias de la extrema derecha y no al de los violentos en otras protestas. Esto bulo también lo ha repetido Musk. El jefe de policía de Londres ha respondido que esta afirmación es “un disparate”.

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