ENTREVISTA

Renata Souza, candidata a alcaldesa de Río: “El asesinato de Marielle Franco nos mostró por qué es importante y necesaria nuestra lucha”

Andrea A. Gálvez

14 de noviembre de 2020 22:02 h

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A pesar de que en las elecciones de 2018 ya se notó el aumento, este año las candidaturas negras (49,95%) superan a las blancas (48%). En Brasil más de la mitad de las personas se declaran como negras y mestizas, pero la subrepresentación política es llamativa. En las últimas elecciones hubo una diferencia del 30% en relación a los diputados federales electos, según el IBGE. Este año, el Tribunal Superior Electoral constató el crecimiento tanto de las candidaturas indígenas como de mujeres negras, aunque estos números continúan bajos.

Una de ellas es Renata Souza, que se presenta a la alcaldía de Río de Janeiro por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL); formación que en las pasadas elecciones se consolidó como la mayor fuerza de izquierda de la ciudad. Un lugar en el que también se gestó la carrera política del actual presidente y una de las ciudades más desiguales de Brasil. 

Souza, es una de las “sementes” que sembró la concejala Marielle Franco, asesinada hace dos años por denunciar las violaciones de Derechos Humanos en las favelas. Lejos de morir, el proyecto político de Marielle continúa de la mano de sus compañeras de partido y de vida. Renata Souza es una de ellas, hijas de la favela, que consiguieron ir a la universidad y hoy ocupan espacios de decisión. Como dice uno de los vídeos grabados para la elección: “Son como semillas, caen pequeñas en la tierra, pero después fructifican y lo cambian todo”.

elDiario.es habló con ella entre un acto de campaña y otro, en esa “carrera loca” en la que Renata está envuelta hasta el último voto.

Fue criada en una de las favelas más grandes de Río de Janeiro, ¿Cómo impactó esta experiencia en su trayectoria política? 

Yo soy nacida y criada en la favela “Complexo da Maré”, que tiene unos 140 mil habitantes, o sea una ciudad dentro de la ciudad de Río de Janeiro. Esta experiencia sin duda me formó en cuanto sujeta política. Estudié en la escuela pública y viví en mis propias carnes lo que significa no tener saneamiento básico. Más bien sobreviví, porque por mucho tiempo bebí agua contaminada y eso me generó enfermedades.

Experimenté en la piel todas estas situaciones que son el cotidiano de muchas personas. Tuve que, desde correr dentro de mi propia casa para escondernos dentro del baño y no ser alcanzados por balas perdidas de operaciones policiales, hasta tener a mis propios hermanos de rodillas en el salón de casa, con el fusil de los policías apuntando en la cabeza.

Participó muchos años en movimientos de Derechos Humanos. ¿Cómo empieza su carrera política desde las instituciones?

Desde muy joven empecé a luchar por los Derechos Humanos en la favela de Maré. Marielle y yo nos conocimos en el curso de acceso a la universidad. Mi historia se mezcla mucho con la de Marielle en términos de trayectoria política. Fuimos a trabajar juntas en el mandato de Marcelo Freixo y en la Comisión de Derechos Humanos nos dimos cuenta de que, lo que ocurría en La Maré, era muy parecido a lo que sucedía en otras favelas, los padecimientos eran semejantes.

Comprendimos que teníamos que tener mujeres negras nacidas en la periferia en la línea de frente de la política para, de algún modo, poder restituir el poder a favor de la población más pobre.  

¿Cómo acaba siendo la candidata a la alcaldía de Río?

Después de que salieron elegidas como concejalas Marielle Franco y Taliria Petrone, Marielle me invitó para ser su jefa de gabinete. Y ahí estuve con ella hasta que la mataron. Después del asesinato vimos que la política del odio realmente mata. Nos demostró que nuestra democracia brasileña está amenazada, en el momento que asesina a una mujer negra, hija de la favela, electa, que traía en su cuerpo y en sus luchas algo tan esencial para la cámara de concejales de Río de Janeiro. 

Entonces, frente al mayor de los dolores que ya sentí en mi vida, fue que me coloqué en la primera línea de frente, aunque yo siempre me sentí más cómoda en los bastidores de la política. Esto solo fue posible gracias al movimiento negro, a los movimientos de las favelas y a los grupos de familiares víctimas de la violencia.

Asesinaron a Marielle Franco y varias personas de su partido como Taliria Petrone están amenazadas de muerte, ¿cómo lidia con el miedo?, ¿cree que de algún modo la política del odio consigue debilitar su proyecto político?

Yo tengo miedo. Pero el miedo no me impide hacer las cosas, por el contrario, el miedo es un motor que da sentido a mi lucha política, que es colectiva. El asesinato de Marielle no nos alejó de nuestros objetivos, de hecho, nos mostró por qué es importante y necesaria nuestra lucha. Nos enseñó que necesitamos enfrentar la política de la barbarie, para que otras personas no sientan miedo. Este es el significado de nuestro proyecto.

Según un informe, el 75% de los muertos por la policía son negros y mestizos. Los casos e incluso la letalidad de la COVID-19 son considerablemente mayores en relación a esta población. ¿Por qué sucede y cómo se podrían reducir estos indicadores?

Las personas negras viven en territorios de exclusión en Brasil, que son favelas y periferias. En estos lugares, la ciudadanía no llega, sea a través del saneamiento básico, atención a la salud o sea a través de leyes de protección de la vida. Por eso, las víctimas de violencia urbana y del coronavirus son en su mayoría la población que vive en estas áreas privadas de derechos. Sólo es posible transformar este escenario con inclusión social y con servicios públicos de calidad.

Las milicias y el crimen organizado están presentes en las favelas y en otros barrios humildes de la ciudad. ¿Cuáles son las consecuencias en las vidas de las personas que viven en estos territorios en relación al transporte, la educación y la salud?

Las milicias son grupos armados que tienen relación directa con agentes públicos de seguridad y que tienen un brazo político. Esta facción política es muy fuerte en Río, hasta el presidente de Brasil quería legalizarlas. De hecho, tenemos a las milicias ocupando espacios de poder. Esto nos muestra el tamaño del desafío que tenemos. Sabemos que la gente que vive en la favela y en la periferia están bajo amenaza constante de estos grupos y que necesitan ser liberados. Nosotros queremos que las personas que viven en esta situación sepan que no está todo perdido, que nosotros somos una opción. 

En algún acto dijo que la actual alcaldía no tiene voluntad política para desafiar las milicias, ¿por qué?

Porque son grupos que dominan áreas enormes de la zona oeste, que es el mayor colegio electoral que tenemos en la ciudad. Hay intereses políticos y electorales por detrás que generan que el gobierno municipal no las enfrente.

¿Por qué la población más vulnerable votaría por personas que parecen no representarlos, como por ejemplo, los candidatos apoyados directamente por Bolsonaro, no solo en Río de Janeiro?

Sí, aunque no son solo los pobres. Existe una élite económica brasilera que apostó por Bolsonaro y que financia a estos grupos de milicianos. Quiero remarcar esto porque a veces se dice que el voto del pobre hace la diferencia, pero no, existe una élite blanca que apoya este tipo de gobiernos. Aunque para quien está en la favela el nivel de amenaza es muy grande, saben donde viven y donde estudian sus hijos. Realmente es una situación de mucha fragilidad. 

Cada vez más mujeres, personas negras e indígenas están presentando candidaturas y ocupando espacios en los que antes no estaban. Esto es expresivo en estas elecciones municipales. ¿Es una respuesta al bolsonarismo?, ¿se reflejará en los resultados electorales de este domingo?

Sin duda se va a reflejar. El ascenso de las mujeres y de la población negra es muy importante, y esto sucede porque saben que si no están en el poder difícilmente van a tener sus reivindicaciones respaldadas por otros. El levantamiento de las mujeres y de los negros es por supervivencia, por lo que ocupar estos espacios es fundamental en estos momentos. Sabemos que estas elecciones municipales tienen que ver con lo que puede ocurrir de aquí a dos años. Queremos derrotar al bolsonarismo desde cada ciudad del país.

Río de Janeiro es una de las ciudades clave del gobierno de Bolsonaro. 

Río de Janeiro es muy simbólica porque fue aquí donde se gestó Bolsonaro. Por esta razón necesitamos derrotar al bolsonarismo en el lugar que lo vio nacer. Los movimientos negros y de mujeres son la respuesta a lo que representa su gobierno racista, machista y misógino. Este domingo vamos a ganar en muchas ciudades con muchas mujeres negras siendo concejalas y también alcaldesas. 

¿Qué es lo primero que harías si eres elegida alcaldesa?

Renta básica. El pueblo está pasando hambre. Río de Janeiro es una postal preciosa pero la desigualdad social mata a las personas de hambre. Asegurar el sustento de las familias más pobres no es caridad, es un proyecto económico, porque a cada real invertido en renta básica, parte vuelve a la economía local ya sea en la tienda del barrio o en la farmacia. Es una política económica y también humanitaria. Nosotros decimos: es posible, es voluntad política.