Unas horas después de sufrir la peor derrota de la historia del Partido Conservador, Rishi Sunak anunció este viernes por la mañana su dimisión como primer ministro y su marcha como líder del partido. Sunak se despidió tras menos de dos años en el cargo y 14 años de gobiernos tories pidiendo perdón y elogiando a su sucesor laborista.
“Al país, quiero decirle en primer lugar y sobre todo: lo siento. He dado a este trabajo todo lo que he podido, pero habéis mandado una señal clara de que el Gobierno del Reino Unido debe cambiar y vuestro juicio es el único que importa. He escuchado vuestro enfado, vuestra decepción. Y asumo la responsabilidad de esta derrota”, dijo Sunak, en un mensaje breve y centrado en pedir perdón a ciudadanos, voluntarios y colegas, dar las gracias a todos y desear suerte al nuevo primer ministro laborista.
“En este trabajo, sus éxitos serán los de todos, y le deseo lo mejor a él y a su familia. Cualquiera que hayan sido nuestros desacuerdos en la campaña, Keir Starmer es un hombre decente y con un espíritu de servicio público que respeto”, dijo el todavía líder del Partido Conservador sobre su rival laborista. “Él y su familia merecen nuestra mayor comprensión mientras hacen una enorme transición hacia sus nuevas vidas detrás de esta puerta. Y mientras él afronta este trabajo tan exigente en un mundo cada vez más inestable”.
Sunak, que seguirá siendo diputado, anunció que dejará el liderazgo del Partido Conservador cuando se organice el proceso, aunque no dio más detalles: “Dejaré de ser el líder del partido, no inmediatamente, pero en cuanto estén listas las formalidades para elegir a mi sucesor. Es importante que después de 14 años en el Gobierno, el Partido Conservador se reconstruya, pero también que asuma un papel crucial en la oposición de manera profesional y eficaz”.
Llega Starmer
Un rato después, Starmer le devolvió sus buenas palabras nada más empezar su primer discurso como primer ministro en el mismo lugar que había abandonado Sunak. El laborista subrayó que no se debe “subestimar” el “esfuerzo extra” que ha tenido que afrontar su predecesor como el primer líder del país británico-asiático. “También reconocemos la dedicación y el trabajo duro que ha puesto en su liderazgo”, dijo.
El nuevo primer ministro llegó al número 10 de Downing Street más de 14 años después de la salida por esa misma puerta del laborista Gordon Brown. El 11 de mayo de 2010, Brown dijo “gracias y adiós” y se marchó de la sede del Gobierno de la mano de su esposa Sarah, y sus dos hijos, de seis y cuatro años.
Starmer entró este viernes caminando con su esposa, Victoria, hacia la entrada de Downing Street y ambos se pararon a saludar y abrazar a miembros de su equipo y activistas laboristas, que les esperaban entre banderas, risas y aplausos.
El nuevo primer ministro dijo que el Reino Unido necesita “un reinicio” y que queda mucho trabajo por hacer para recuperar la falta de confianza en la política con la idea de que “el servicio público es un privilegio” y que el Gobierno “debe tratar a cada persona de este país con respeto”. En su discurso de unos pocos minutos, Starmer prometió ambición y pidió paciencia: “Cambiar un país no es como encender un interruptor. Esto va a llevar tiempo. Vamos a reconstruir el Reino Unido, vamos a crear riqueza en cada comunidad”, dijo.
El laborista aseguró que liderará un Gobierno “sin carga doctrinaria” centrado en resolver los numerosos problemas del país, entre los que citó el precio de la luz y el estado de la sanidad pública.
Poco después, Starmer empezó los nombramientos de su Gobierno. Rachel Reeves es la nueva ministra de Economía y la primera mujer en ocupar este cargo, y Angela Rayner, la viceprimera ministra y ministra de Vivienda y Equilibrio territorial (la desigualdad entre Londres y el resto del país es uno de los principales problemas). El nuevo ministro de Exteriores es David Lammy, europeísta y partidario de un acuerdo más ambicioso del Reino Unido con la UE, y el de Energía y Cambio Climático, Ed Miliband, que fue el líder del Partido Laborista entre 2010 y 2015.
La semana que viene, Starmer tendrá su primera cita internacional en Washington para la cumbre de la OTAN. El 17 de julio el nuevo Gobierno laborista presentará su plan legislativo en el discurso del rey, y al día siguiente Starmer es el anfitrión de la cumbre de la Comunidad Política Europea en Woodstock, en el palacio cerca de Oxford donde nació Winston Churchill.
El nuevo Parlamento
El Partido Laborista gobernará con 412 escaños con una mayoría absoluta comparable a la de Tony Blair en 1997. La mayoría necesaria para gobernar en el Reino Unido es de 326 escaños, es decir, la mitad más uno de los 650 diputados de la Cámara de los Comunes. El Partido Conservador se ha quedado con 121 diputados respecto a los 365 que ganó en las últimas elecciones generales hace cinco años y en lo que supone la peor derrota en sus dos siglos de historia.
Los británicos castigaron a Sunak por los últimos años de desmanes de su partido y sus predecesores. La derrota sucede tras la aplicación de un Brexit duro de ruptura casi total con la Unión Europea, las celebraciones en Downing Street durante la pandemia saltándose las reglas sanitarias y los múltiples escándalos dentro del partido en un país en crisis, con largas listas de espera en la sanidad pública e infraestructuras decrépitas.
La carrera por la sucesión de Sunak al frente del Partido Conservador sucederá con un partido diezmado en la Cámara de los Comunes, de donde tiene que salir el líder. Una de las favoritas antes de las elecciones, Penny Mordaunt, ha perdido su escaño. También lo han hecho la ex primera ministra Liz Truss y una decena de miembros del Gobierno de Sunak. Entre los 250 conservadores que han perdido sus escaños están algunos de los defensores más ardientes del Brexit, como Jacob Rees-Mogg y Steve Baker.
Entre los tories supervivientes está el más centrista Jeremy Hunt, hasta ahora ministro de Economía, que hizo campaña contra el Brexit y propuso un segundo referéndum. También siguen quedando en el Parlamento algunos de los diputados más a la derecha, como Suella Braverman, la ex ministra del Interior. Por otro lado, los conservadores tendrán más presión de la extrema derecha de Nigel Farage, que entra por primera vez como diputado en la Cámara de los Comunes.
Jeremy Hunt intentó mandar un mensaje de ánimo a los suyos: “No estéis tristes, ésta es la magia de la democracia”, dijo el ya ex ministro, que también tuvo un recuerdo para la lucha de los ucranianos por la paz y la democracia en su país. Hunt se marchó del 11 de Downing Street, la casa vecina del 10 donde vive el primer ministro, una hora antes que Sunak.