La portada de mañana
Acceder
El rey pide a los políticos “serenidad” para rebajar “el ruido de fondo"
'Sor Collina', la monja que ejercía de enlace entre los presos y la mafia calabresa
OPINIÓN | 'El rey se hace un selfie en el barro', por Isaac Rosa

Rodrigo Mundaca, activista por el agua: “No puede ser más importante la producción de un kilo de aguacate que la vida de las personas”

Rodrigo Mundaca es ingeniero agrónomo, campesino y ahora ganador del prestigioso premio de derechos humanos que entrega cada dos años el tribunal de la ciudad de Núremberg por su lucha por una mejor gestión del agua en su Chile natal. Chile acogerá en diciembre una Cumbre Mundial del Clima de Naciones Unidas bajo el amparo de un Gobierno con pocas ganas de escuchar los reclamos de Mundaca y de las “tres millones de personas sin acceso al agua potable en Chile”, denuncia el activista a eldiario.es.

“No puede ser más importante la producción de un lingote de cobre, de un kilo de aguacate o la generación de energía que la vida de las personas”, señala el activista. Los ejemplos corresponden a las principales industrias que operan en las zonas rurales de la economía más boyante de Latino América. “La situación en Chile es bastante dantesca”, apunta Mundaca. “No tenemos sequía, sino saqueo”.

El aumento de la demanda internacional de los aguacates —paltas en Chile— que llenan las dietas y supermercados occidentales tiene buena culpa de la situación. Mundaca narra cómo a principios de la década de los noventa las plantaciones de estos alimentos en las colinas y cerros en la región de Petorca comenzaron a crecer, extendiéndose a zonas menos fértiles y que necesitaban más agua.

En 2005 la situación comenzó a hacerse insostenible, “desapareció el agua de los ríos y la gente se empezó a quedar sin agua”, recuerda. Dos años después comenzaron a parecer los primeros camiones cisterna para abastecer a una población rural que nunca había conocido la sed.

¿Cómo se ha llegado a esta situación?

En Chile la privatización de las aguas data de 1981, incluso se encuentra consagrada en la Constitución chilena, fraguada en dictadura. Hoy en día el agua dulce se encuentra en la industria extractiva y en el agronegocio. Además, en Chile no existe el delito ambiental, robar agua en el país es una falta administrativa. Los que roban agua la pagan y pueden seguir robando agua. 

En este contexto surge Modatima, acrónimo de Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente, que se constituye como organización en 2010 como “resistencia contra el robo de agua en nuestro territorio”, relata el activista. Un “saqueo” que deja tras de sí un paisaje también bastante dantesco, piscinas de agua para el riego y cultivos verdes al lado de secarrales y poblaciones que “tienen que comprar el agua”, explica.

En Petorca, lugar de nacimiento y símbolo del movimiento en defensa del agua, sus casi 80.000 habitantes tienen que vivir con 50 litros de agua a la semana por persona. Mientras que un estudio reciente muestra que una planta de aguacate puede llegar a consumir hasta 187,4 litros de agua al día en periodos de riego como enero, febrero y marzo.

Ríos de propiedad extranjera

La Dictadura de Pinochet estableció que el agua era un bien nacional de uso público, pero también permitió su comercialización. Concedió los derechos de aprovechamiento de agua de forma perpetua y gratuita, sin establecer prioridades de uso. Además, estos derechos operan sobre el agua y sobre la cuenca, con lo que “un empresario puede comprarse un río” y después tratar de vender el agua a la población más cercana que se abastece de ese caudal.

¿Cómo se entregan los derechos de agua?

El estado entrega de forma perpetua a los particulares los derechos de aprovechamiento del agua y es un derecho real, es decir, pueden usarla o pueden comprarla o arrendarla. Esa es la estructura jurídica. Hay dos categorías de derechos de aprovechamiento de agua. Hay aguas consuntivas y aguas no consuntivas.

Las consuntivas son aquellas que se consumen y el 80% de los derechos de aprovechamiento están en manos del sector irrigado, es decir, el sector forestal y el sector agrícola. Aproximadamente un 7 o 9% —aunque nosotros creemos que es más— está en manos del sector minero. Y el saldo restante se divide entre el sector industrial y el sector sanitario [que corresponde al saneamiento y abastecimiento de agua potable en los hogares].

Y en materia de derechos de agua de uso no consuntivo, que se destinan preferentemente a la generación de hidroelectricidad, hasta el año 2004 Endesa España era propietario del 90% de estos derechos. En el año 2004 hubo un reordenamiento de capitales y ahora Enel, una empresa público-privada italiana es dueña del 81% de los derechos de aprovechamiento.

Hoy día la mayoría de los derechos de agua tanto de uso consuntivo como no consuntivo no son de la nación, no son del Estado, sino que se encuentran privatizados. 

Más premios que soluciones

Ya son cinco las regiones de Chile declaradas en emergencia hídrica, la sequía afecta sobre todo al centro del país, donde es la más grave de los últimos sesenta años. Modatima propone “hacer del agua un bien común y su acceso un derecho humano” y reformar la ley para hacerla más democrática estableciendo prioridades de uso como primeras medidas para impulsar un cambio en la gestión de agua del país.

Preguntado por las soluciones que plantea el actual Gobierno de Sebastián Piñera, que Mundaca tacha de “falsas”, el activista argumenta su rechazo. Por ejemplo, las autoridades estudian construir una carretera hídrica que transvase agua del norte al sur para mantener un consumo estable en las zonas más afectadas. Sin embargo, la sequía es generalizada y “no existen excedentes de agua que permitan el trasvasije” de una zona a otra, apunta el activista.

Otra solución, la desalinización de agua de mar, tampoco es aceptable para Modatima. No solo por los “daños ecosistémicos” sino porque la propuesta valora que sea el Estado quien asuma los costes de un agua que será aprovechada por manos privadas.

¿Qué posibilidades existen de que la situación cambie?

Hoy día no existe ninguna posibilidad de que haya una iniciativa política de este Gobierno que haga del agua un bien común y su acceso un derecho humano, puesto que es un Gobierno que está profundamente comprometido con el modelo de privatización del agua. 

Mundaca se refiere al actual ministro de Agricultura, Antonio Walker, destacado empresario de frutas en la céntrica región del Maule, propietario de derechos de agua, y encargado de la reforma del Código de Aguas, que todavía se discute en el Senado. Otra importante figura del gobierno conservador es Edmundo Pérez Yoma, antiguo ministro del Interior y empresario agrícola.

Pese a las contradicciones, el presidente con el que Greta Thunberg rehusó sentarse en la última cumbre del Clima en Nueva York, Piñera, acaba de recibir el Premio al Ciudadano Global del Consejo Atlántico de Nueva York por su contribución a la mejora del medio ambiente.

¿Qué le parece el premio entregado al presidente Piñera?

Es un premio de mierda que tiene por finalidad lavar imagen. Cómo se va a premiar a Piñera cuando se mantiene la privatización del agua dulce, cuando en Chile siguen existiendo 28 termoeléctricas a carbón que queman combustibles fósiles, cómo premias a un individuo que mantiene la privatización del mar, que prioriza la industria extractiva y no la vida de sus comunidades…

Chile es anfitrión de la cumbre de Cambio Climático de 2019 pero también en Chile el último premio Goldman, el nobel verde, es Alberto Curamil, un mapuche que se encuentra encarcelado de las cárceles de Piñera. 

Mundaca no quiere desvelar qué tiene preparado Modatima para la Cumbre pero considera que el evento contribuirá a internacionalizar su lucha. “Solas y solos no podemos, necesitamos de la solidaridad internacional, ustedes como comunidad pueden hacer muchas cosas, (…) ¿y no parece de justicia hacer del agua un bien común y su acceso un derecho humano? ¿Les parece justo que a miles de kilómetros de distancia haya gente, pueblo sencillo, que privado de agua deba esperar el camión aljibe?”, terminaba Rodrigo Mundaca su discurso tras recoger el premio de Derechos Humanos de Núremberg.