Ucrania ha desafiado el ultimátum que Rusia lanzó para que se rindiera Mariúpol. Cientos de miles de civiles siguen atrapados en la ciudad sitiada y arrasada por las bombas desde hace semanas. El ejército ruso había pedido a Ucrania que la ciudad portuaria se rindiera en la mañana del lunes, asegurando que si deponían las armas se permitiría salir a los civiles a través de corredores humanitarios.
“Depongan las armas”, dijo Mijail Mizintsev, jefe del Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia, asegurando que si eso se cumplía podrán entrar convoyes humanitarios con alimentos, medicamentos y artículos de primera necesidad tanto de Kiev como de territorios del este del país, que no están bajo su control.
Ucrania ha rechazado de manera contundente el ultimátum. La viceprimera ministra y jefa del Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Ucrania, Iryna Vereshchuk, declaró en el diario Ukrayinska Pravda que no se podía “hablar sobre la entrega de armas. Ya hemos informado a la parte rusa al respecto”, agregó.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha insistido en la negativa a aceptar el ultimátum, ya que aceptarlo requeriría de la “aniquilación” del pueblo ucraniano. “Ucrania no puede cumplir el ultimátum. No podremos hacerlo. Tendrían que eliminarnos a todos y entonces su ultimátum se cumplirá automáticamente”, ha asegurado en una entrevista con medios europeos, un extracto de la cual ha sido avanzado por la emisora pública ucraniana Suspilne y recogido por Ukrinform.
“'Tenemos un ultimátum, aquí están los puntos: tómenlo y terminaremos la guerra': esto está mal, no conduce a nada, a ningún resultado”, ha asegurado Zelenski en la entrevista.
En la ciudad la situación es desesperada. Unas 400.000 personas han estado atrapadas en Mariúpol durante más de dos semanas en medio de intensos bombardeos. Llevan semanas sin electricidad, agua, calefacción y con escasez de alimentos. Los cadáveres se acumulan por las calles y las víctimas civiles aumentan día a día.
Este domingo, las autoridades denunciaron el bombardeo ruso de una escuela de arte que servía de refugio para 400 civiles, incluidos ancianos, mujeres y niños. El pasado miércoles, un bombardeo dejó atrapados a cientos de civiles que se refugiaban en el teatro de la ciudad. La semana anterior, un centro de maternidad fue objetivo de los ataques rusos.
El siguiente mapa basado en los datos de Unitar-Unosat, grupo de investigación de las Naciones Unidas, muestra los daños causados por los bombardeos en la sitiada ciudad de Mariúpol. El análisis se ha centrado en uno de los barrios de la ciudad, Livoberezhnyi, comparando imágenes satelitales obtenidas el 14 de marzo de este año con las de junio de 2021.
“Crímenes de guerra”
El presidente ucraniano calificó este domingo el sitio de Mariúpol como “un acto de terror que será recordado en los siglos venideros”.
El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó este lunes que Rusia está cometiendo “muchos crímenes de guerra” en Ucrania y tildó lo que está ocurriendo en Mariúpol, al sureste del país, como un “masivo crimen de guerra”.
“Rusia está verdaderamente cometiendo muchos crímenes de guerra, esa es la palabra, tenemos que decirlo. Lo que está pasando en Mariúpol es un masivo crimen de guerra, destruyendo todo, bombardeando y matando a todo el mundo, de forma indiscriminada”, indicó Borrell a la prensa a su llegada a un Consejo de ministros de Exteriores de la UE.
“Esto es algo horrible, tenemos que condenarlo en los términos más firmes”, agregó sobre la situación de Mariúpol, asediada por las tropas rusas desde hace más de dos semanas bajo intensos bombardeos.
Human Rights Watch ha recordado este lunes que a los civiles les protege la legislación internacional y que el ultimátum de Rusia sobre Mariúpol no cambia nada. Así lo ha expresado su director de medios en Europa, Andrew Stroehlein. “Los civiles que no evacuen después de las llamadas a rendirse o de las advertencias sobre planes de ataque siguen estando plenamente protegidos por el derecho internacional”, ha recordado Stroehlein en su perfil de Twitter.
Se complica la evacuación en Mariúpol
El rechazo al ultimátum ruso complica la evacuación de civiles en Mariúpol, donde el funcionamiento de los corredores humanitarios ha fracasado de forma reiterada, algo de lo que se acusan Moscú y Kiev mutuamente.
El Ministerio de Defensa Ruso había condicionado la apertura de corredores a que Mariúpol se rindiera.
“La salida organizada de la ciudad se efectuará de la siguiente forma: de 10 a 12 horas todas las unidades armadas de Ucrania y los mercenarios extranjeros sin armas y municiones (podrán abandonar la localidad) por una ruta acordada con Ucrania”, explicaba Mijaíl Mizintsev, jefe del Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia.
Por su parte, Ucrania ha exigido al Ejército ruso que “abra inmediatamente” un corredor para evacuar a civiles y poder llevarlos a la región de Zaporiyia, que está bajo control ucraniano, sin condicionarlo a la entrega de armas de las tropas que defienden la ciudad.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, ha asegurado que está prevista la evacuación de Mariúpol a Zaporiyia a través de varios corredores.
Según las autoridades ucranianas, un convoy de 26 autobuses ha partido de Zaporiyia para tratar de evacuar a civiles en Mariúpol.
El Parlamento Ucraniano ha denunciado en Twitter que Rusia ha atacado a los autobuses que tratan de evacuar a civiles, entre ellos niños de Mariúpol y asegura que en los bombardeos han muerto al menos cuatro niños.
Según Kirill Timoshenko, jefe adjunto de la oficina del presidente de Ucrania, unos 9.000 residentes de Mariúpol han sido capaces de huir a Zaporiyia a través del corredor humanitario habilitado durante los días anteriores y los civiles siguen escapando en coches privados.
Sin embargo, el asesor de la alcaldía de Mariúpol, Petro Andryushchenko, ha denunciado que solo está funcionando una vía de evacuación, la que va desde la ciudad de Berdyansk, controlada por Rusia, a 65 kilómetros al suroeste de Mariúpol, y Zaporiyia, en la que se siguen produciendo intensos combates y en la que los civiles no tienen garantías de un paso seguro.
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