Mientras las autoridades ucranianas acusan a las fuerzas rusas de bombardear áreas del norte en las que pocas horas antes se habían comprometido a reducir las operaciones militares, algunas unidades rusas desplegadas alrededor de Kiev parecen estar reposicionándose, según informan los militares ucranianos y observadores occidentales, y Moscú habla de un reagrupamiento para intensificar sus acciones en el este.
Rusia ha dicho en los últimos días que ahora quiere centrarse en la “liberación” del Donbás, área oriental del país donde se ubican las regiones de Donetsk y Lugansk y los territorios separatistas reconocidos por Moscú. No explicó lo que eso significaría en la práctica. Este territorio vive un conflicto armado desde abril de 2014 entre las milicias prorrusas y el Ejército ucraniano, que, según la ONU, ha causado más de 14.000 muertos en ambos bandos, tanto militares como civiles.
Cuando lanzó su ofensiva sobre Ucrania, Vladímir Putin anunció que su intención era, según dijo sin aportar pruebas, “proteger a las personas que han sido objeto de genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años” en el Donbás. Pero el 24 de febrero, las tropas rusas iniciaron una invasión desde el este, al sur y al norte en la que más de 1.000 civiles han muerto, según ha confirmado la ONU, que reconoce que la cifra es mucho mayor, y cuatro millones de personas han huido del país.
Moscú ha prometido reducir “drásticamente” sus operaciones en el norte, en el área de Kiev y Chernígov “para aumentar la confianza mutua” en las conversaciones de paz, aunque tampoco ha explicado lo que significa. Es una zona en la que sus tropas se habían estancado en gran medida –alrededor de Kiev, Ucrania está contraatacando– mientras sus mayores avances están en el sur y el este. Se cree que las tropas rusas se han enfrentado a continuos problemas de logística y refuerzos, y los analistas occidentales han recalcado la fuerte resistencia ucraniana que se han topado en sus intentos de avanzar, aunque han seguido lanzando misiles en muchas ciudades del país.
La promesa de Moscú de reducir la escalada en el norte ha sido recibida con escepticismo y algunos analistas occidentales creen que el aparente gesto de buena voluntad puede estar destinado a ocultar los reveses en el campo de batalla.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha asegurado que no hay “ninguna razón para confiar en las palabras” de un país “que continúa luchando por la destrucción” de Ucrania. “Podemos calificar de positivas las señales que escuchamos desde las negociaciones. Pero estas señales no silencian las explosiones de los proyectiles rusos”. El Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha dicho que una cosa es lo que Moscú dice y otra lo que hace. “Nosotros nos centramos en lo segundo”.
Señales de retirada de algunas tropas
Muchas miradas se dirigen ahora a los movimientos de Rusia en el terreno, pero aún es difícil tener una imagen completa sobre el alcance de lo que está sucediendo y los objetivos finales de tales acciones.
De momento, las autoridades ucranianas y occidentales no consideran que haya habido una retirada importante de fuerzas rusas en el norte, aunque creen que algunas unidades sí se están desplazando de la zona, mientras insisten en que puede seguir habiendo ataques –y en que Moscú siempre podría dar marcha atrás de nuevo si las condiciones de la batalla lo permiten–.
De hecho, a pesar de la promesa de Moscú de reducir operaciones, el gobernador regional de Chernígov, VIacheslav Chaus, ha dicho este miércoles que las fuerzas rusas han llevado a cabo ataques en la ciudad “toda la noche” y también ha habido ataques aéreos en la ciudad de Nizhyn, donde según el alcalde ha muerto una persona. “¿Creemos eso [la promesa]? Por supuesto que no”. El sonido de la artillería también se ha podido escuchar desde Kiev. El jefe de la administración militar de la región de Kiev ha informado de hostilidades en Bucha, Brovary y Vishhorod, alrededor de la capital.
En su último parte este miércoles, las fuerzas armadas ucranianas sostienen que Rusia sigue llevando a cabo “una agresión armada a gran escala” contra el país pero afirman que algunas unidades rusas están siendo “retiradas parcialmente” del territorio de las regiones de Kiev y Chernígov.
En un parte anterior, informaban de que las fuerzas rusas han sufrido importantes pérdidas y ven probable que hayan “abandonado temporalmente la tarea de bloquear Kiev”. Señalan que Rusia “se reagrupa y se concentra en las operaciones ofensivas en la zona operativa oriental y en aumentar el apoyo logístico” de las tropas en zonas como Donetsk.
Paralelamente, el portavoz del Ministerio de Defensa de Ucrania, Oleksandr Motuzyanyk, ha confirmado que el comando de las fuerzas armadas ha observado algunos movimientos de las fuerzas rusas alejándose de las regiones de Kiev y Chernígov, pero no considera que se trate de una retirada masiva. El portavoz ha dicho que los principales esfuerzos de Rusia “se concentran en rodear a las fuerzas ucranianas en el este de Ucrania” y que se está preparando para “reanudar las operaciones ofensivas”.
El secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danilov, también ha dicho que una parte de los efectivos que estaban en Kien y Chernígov está siendo redistribuido y algunos de ellos aparecen en las zonas de Járkov y Donetsk.
Del lado ruso, el Ministerio de Defensa ha dicho que están reagrupando tropas en las direcciones de Kiev y Chernígov porque “es necesario para intensificar las acciones para completar la operación para liberar el Donbás”, según informa la agencia Ria. El portavoz Igor Konashenkov ha argumentado que la primera etapa de lo que Moscú denomina eufemísticamente “operación especial” se planificó para obligar a Ucrania a concentrar sus fuerzas, medios, recursos y equipos militares en estas zonas, incluyendo Kiev. “Todos estos objetivos se cumplieron”, ha dicho Konashenkov.
El Pentágono de EEUU cree que Rusia ha comenzado a alejar un número pequeño de tropas de las posiciones alrededor de Kiev, y describe el movimiento más bien como un reposicionamiento en otros lugares para centrarse en objetivos militares alternativos y potencialmente más exitosos.
El portavoz John Kirby ha dicho este miércoles en una entrevista con la CNN que la mayoría de las fuerzas rusas desplegadas alrededor de Kiev siguen allí, pero algunas tropas se han desplazado hacia el norte o hacia Bielorrusia, aunque reitera que no lo ven como una retirada, sino como un intento de Rusia de volver a abastecer, equipar y luego posicionar las tropas en otras partes del país.
“No sabemos exactamente cuándo y a dónde van a ir estas tropas”, ha dicho Kirby, pero ha señalado que Rusia ha hablado de dar prioridad a la región del Donbás, donde hay fuertes combates. El Pentágono había advertido este martes de que puede haber “una gran ofensiva contra otras áreas de Ucrania”.
Similar es la valoración del Ministro de Defensa británico, que dice que hay unidades rusas que han sufrido grandes pérdidas que se han visto obligadas a regresar a Bielorrusia y Rusia para reorganizarse y reabastecerse. Ven probable que Rusia siga “compensando su reducida capacidad de maniobra” terrestre con ataques masivos de artillería y misiles. Reino Unido cree que el enfoque en una ofensiva en Donetsk y Lugansk es “probablemente una admisión tácita de que tiene dificultades para mantener más de un eje de avance significativo”.
Los analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Washington, consideran que los rusos no han abandonado todavía sus ataques a Kiev y siguen luchando para mantener sus posiciones más avanzadas en la periferia oriental y occidental de la capital, “incluso cuando unidades gravemente dañadas se retiraron a Rusia desde otros lugares” en los ejes de Kiev y Chernígov. Sí creen que las fuerzas rusas han renunciado a rodear o tomar Kiev en este momento.
Los expertos del ISW dicen que es probable que las autoridades rusas presenten estas “decisiones impulsadas por la realidad militar” como propuestas que demuestran su voluntad de entablar un alto el fuego serio o negociaciones de paz, “posiblemente para ocultar el hecho de que han aceptado el fracaso de sus esfuerzos en el eje de Kiev”.
Creen, asimismo, que los rusos están intentando vincular sus posiciones al sureste de Járkov e Izium, al este, con sus fuerzas en Lugansk. Explican además que las operaciones rusas en el sureste de Ucrania han dejado gran parte de la región de Donetsk bajo control ucraniano, por lo que asegurarla junto a la región de Lugansk probablemente “requerirá una operación ofensiva importante”. “Es demasiado pronto para decir cuán factible será la conquista rusa de todo Donetsk y Lugansk para el Ejército ruso en su estado actual.
Lo que sí sostienen es que el avance ruso continúa ganando terreno en la sitiada Mariúpol –al sureste en la región de Donetsk, un enclave estratégico entre Crimea y los territorios separatistas del este– y ven probable que completen la conquista de la ciudad en unos días. Este jueves Moscú ha aceptado abrir un corredor humanitario en la ciudad, según ha informado la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk. Está por ver si consigue realizarse con éxito después del fracaso de los intentos previos.
Ataques en el este
Este miércoles, Ucrania ha informado de varios ataques en el este. El gobernador de la región de Donetsk ha dicho que las fuerzas rusas continúan bombardeando zonas a lo largo de toda la línea de contacto que separa las áreas controladas por Ucrania y los separatistas respaldados por Rusia. Según ha publicado en Telegram, hay víctimas civiles. Un misil ha destruido parte de un bloque de apartamentos en la ciudad de Donetsk, controlada por los separatistas prorrusos, que han culpado a las fuerzas ucranianas por el ataque.
En la región de Lugansk, las autoridades han informado de que las fuerzas rusas han bombardeado en las primeras horas del día áreas residenciales de la ciudad de Lisichansk. Los servicios de emergencias dicen que hay una “destrucción importante” en edificios residenciales de gran altura y que han encontrado a una persona muerta entre los escombros. El gobernador de la región dice que ha habido 35 ataques de artillería en localidades de la región en 24 horas.
En las negociaciones, Rusia ha enfatizado que la posición con respecto a Crimea y el Donbás no ha cambiado. La delegación ucraniana se mostró partidaria en el encuentro de Estambul sacar este espinoso tema de las negociaciones actuales para lograr un alto el fuego.
Ucrania propone que la situación de Crimea se negocie con Rusia “en un plazo de 15 años”, al margen de un posible tratado de alto el fuego. Plantean además, el compromiso de que Ucrania “no utilizará la fuerza para liberar esos territorios”, que estarán fuera del acuerdo de garantías de seguridad en el que se verían involucrados otros países.
Rusia deja claro que esta es una propuesta solo de Ucrania. Sigue reclamando reconocimiento de la anexión de Crimea que Rusia llevó a cabo en 2014 y que se acepte la independencia de las “repúblicas populares” de Donetsk y Lugansk, situadas en la región oriental ucraniana del Donbás y reconocidas por Rusia. Ucrania se ha negado a aceptar ningún acuerdo en el que se vean cuestionadas sus fronteras y su integridad territorial.