Rusia sigue adentrándose, kilómetro a kilómetro, en el este ucraniano tras izar su bandera sobre las ruinas de la localidad de Avdivka. En los últimos días, las fuerzas de Kiev se han retirado de varios pueblos pequeños al oeste de la disputada ciudad de la región de Donetsk de la cual tuvieron que replegarse hace un par de semanas.
El pasado 17 de febrero, Rusia logró su mayor victoria desde la toma de Bajmut hace nueve meses con la retirada aparentemente caótica de las unidades de Kiev de la fortificada ciudad de Avdivka, próxima a la ciudad de Donetsk, donde las tropas ucranianas resistían en inferioridad numérica y de armas. Ucrania, que se había aferrado a este saliente rodeado por tres lados desde que Moscú intensificó su costoso asalto en octubre, decidió replegarse para evitar un cerco ruso y “preservar las vidas” de sus soldados. Las tropas ucranianas sufrieron pérdidas y algunos soldados desaparecieron o fueron capturados como prisioneros.
Ahora, las fuerzas rusas han continuado avanzando al oeste de Avdivka tras la retirada de las tropas ucranianas de dos localidades de la zona. Este martes, el portavoz del portavoz del Grupo Tavria de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Dimitro Lijova, informó de que el Ejército de Kiev se había retirado de Sieverne, un pueblo al oeste de Avdivka, y Stepove, otro al noroeste, tras intensos combates durante la noche anterior en los que infligieron “grandes pérdidas” a las fuerzas rusas. El portavoz agregó que ambas aldeas abandonadas eran pequeñas: antes de la guerra vivían allí alrededor de un centenar de residentes, según recogen los medios del país.
En la víspera, unidades ucranianas también se replegaron de la aldea de Lastochkine, situada a escasos kilómetros al oeste de Avdivka. El objetivo, según explicó Lijova, es establecer posiciones defensivas a lo largo de tres localidades que se encuentran un poco más al oeste e impedir que Rusia avance más en dirección occidental.
Por su parte, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ha sacado pecho de los avances rusos, y afirmó en un discurso este martes que las tropas ucranianas habían sido expulsadas de Lastochkine y Sieverne, así como Pobieda, al suroeste de la ciudad de Donetsk.
Rusia intenta aprovechar la toma de Avdivka
El portavoz ucraniano dice que recientemente los rusos han aumentado el tamaño de sus grupos de asalto en la zona. A ojos de los expertos del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), think tank con sede en Washington, las fuerzas de Moscú están “tratando de aprovechar las oportunidades tácticas” que ofrece la toma de Avdivka y “parecen estar manteniendo un ritmo relativamente alto de operaciones ofensivas destinadas a llegar lo más lejos posible en la zona” antes de que las fuerzas ucranianas establezcan en la zona líneas defensivas más cohesionadas y difíciles de penetrar. No obstante, analistas ucranianos han calificado las fortificaciones de Kiev en la zona como “decepcionantes”. “Las defensas no son ni de lejos tan buenas como las que han construido los rusos”, ha dicho el bloguero que publica bajo el seudónimo Tatarigami en X (antes Twitter).
Según recuerda el ISW, las fuerzas rusas disminuyeron temporalmente el ritmo de sus operaciones mientras despejaban Avdivka tras tomar la ciudad el 17 de febrero, pero desde entonces han reanudado “un ritmo relativamente alto de asaltos” más al oeste. Los investigadores consideran probable que las fuerzas rusas sigan intentando avanzar “para privar a las fuerzas ucranianas del respiro que permitiría a Ucrania establecer una línea defensiva más cohesionada y difícil de penetrar en las inmediaciones de Avdivka”. A su juicio, capturar esta ciudad de Donetsk ha permitido a las tropas de Moscú presionar posiciones que las fuerzas ucranianas han ocupado durante menos tiempo que las de Avdivka, “y es probable que las fuerzas rusas estén manteniendo un alto ritmo operativo para tratar de explotar esta oportunidad táctica”.
Las fuerzas rusas pueden tomar más localidades al oeste y noroeste de Avdivka en las próximas semanas, cree el ISW. Sin embargo, sus expertos sostienen que las características del terreno, en particular un embalse cercano, “probablemente ralentizarán el ritmo ya relativamente lento de los avances rusos en la zona”. “Es probable que este terreno difícil limite los avances tácticos rusos y permita a las fuerzas ucranianas establecer posiciones defensivas preparadas que probablemente provoquen la eventual culminación del actual esfuerzo ofensivo ruso en la zona, al menos hasta que los rusos refuercen sus elementos atacantes, o a menos que lo hagan”.
Según explica el analista Michael Kofman en el último episodio del pódcast War on the Rocks, la batalla de Avdivka, que estaba bien defendida por las tropas ucranianas, ha sido muy costosa para Rusia, e indica que sus unidades perdieron numerosos blindados y gastaron muchas fuerzas. “Detrás de Avdivka, Ucrania tiene algunas defensas, pero no es una línea fuerte. Por un lado, los militares rusos pueden quedarse sin impulso. Pero por otro lado, si son capaces de mantener lentamente este tipo de ofensivas y empujes este año, eventualmente pueden encontrar más y más terreno abierto”. Kofman remarca que el terreno después de Avdivka es “bastante plano” y es escéptico sobre el empuje del Ejército ruso “porque han perdido tanto poder de combate luchando que puede que necesiten una pausa”. “Pero ya veremos. Es muy difícil de decir”.
Tropas exhaustas y escasez de munición
Este martes, Shoigú aseguró que desde principios de año, sus soldados han tomado unos 327 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano –él dijo de “las nuevas regiones de la Federación Rusa”– en todas las direcciones. Según el ISW, las fuerzas de Moscú han capturado cerca de 205 kilómetros cuadrados desde el 1 de enero. “Shoigú probablemente exageró deliberadamente las ganancias territoriales rusas”, dicen los investigadores, que creen que el ministro está promocionando la captura de localidades muy pequeñas “de importancia táctica limitada”, destacando los “recientes éxitos tácticos rusos como victorias sustanciales en el campo de batalla con fines políticos antes de las próximas elecciones presidenciales” de mediados de marzo, en las que la victoria de Vladímir Putin se da por descontada.
Las exhaustas tropas ucranianas desplegadas a lo largo del frente se quejan de la escasez de munición e intentan racionar el material. Ahora, a medida que se adentra en el tercer año de invasión a gran escala y persiste la incertidumbre sobre el apoyo occidental, Kiev se centra en atrincherarse para defenderse de los continuos ataques de Moscú, que intenta explotar la situación con varias ofensivas en marcha en áreas como Járkov y Lugansk (en Kupiansk y Limán), en Bajmut y en Zaporiyia, además de los alrededores de Avdivka. Además de los problemas con la ayuda occidental, el Ejército ucraniano se enfrenta a la escasez de personal dispuesto y capaz de combatir.
“La situación en el campo de batalla es probablemente la más difícil para Ucrania desde la primavera de 2022. Avdivka en sí no tiene mucha importancia estratégica, pero junto a otras actividades rusas en múltiples áreas muestra que la iniciativa está de nuevo en manos de Rusia”, dijo hace unos días a elDiario.es Emil Kastehelmi, analista de inteligencia de fuentes abiertas y experto en historia militar. En la práctica, esto significa que Moscú puede dictar los focos de conflicto, y Ucrania se ve obligada a reaccionar. A su juicio, es probable que Kiev esté a la defensiva todo el año, ya que carece de recursos para llevar a cabo ofensivas decisivas, aunque puede haber contraataques localizados.
Expertos destacados consideran que la guerra favorece este año a Moscú porque tiene ventajas materiales, industriales y de mano de obra, pero esto no significa necesariamente que vaya a lograr progresos importantes este 2024. El avance del Ejército ruso ha sido hasta ahora lento y muy costoso, y aún no controla toda la zona del Donbás, al este, su objetivo declarado. “Es posible que veamos un número cada vez mayor de aldeas ucranianas caer en manos rusas en los próximos meses. Si los rusos no son capaces de lograr ni siquiera avances locales, el desgaste puede ser demasiado para que continúen las ofensivas en todas direcciones simultáneamente durante muchos meses”, dijo Kastehelmi.
Kofman cree que, sin los retrasos en la ayuda de EEUU, es probable que Avdivka también hubiera terminado cayendo, pero “después de mucho más tiempo” y sin poner “en peligro” el resto del frente. El presidente estadounidense, Joe Biden, se reunió este martes con líderes republicanos en el Congreso para pedirles que permitan la aprobación de un enorme paquete de ayuda militar para Ucrania, que mantienen bloqueado desde hace meses. Según dijo la Casa Blanca en un comunicado, en el encuentro Biden “habló de cómo Ucrania ha perdido terreno en el campo de batalla en las últimas semanas y se está viendo obligada a racionar municiones y suministros debido a la inacción del Congreso”. En declaraciones a la prensa, el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, contó que la conversación fue “una de las más intensas” que él ha vivido en el Despacho Oval durante toda su carrera. La resistencia de los congresistas republicanos se debe a la presión que ha ejercido el expresidente de EEUU, Donald Trump, favorito para ser el candidato republicano en las elecciones de noviembre.
La invasión rusa ha dejado a su paso un reguero de destrucción y ha obligado a huir a millones de personas. Según ha confirmado la ONU, más de 10.000 civiles han muerto y casi 20.000 han resultado heridos. Se da por hecho que las cifras reales son más altas. El pasado domingo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que unos 31.000 soldados han muerto en sus filas en estos dos años, un reconocimiento inusual.