“Sois maravillosos, sois increíbles. Esto es algo por lo que mucha gente nos envidia. Hay jóvenes que aún creen en la política y luchan por sus ideas. Estoy orgullosa de vosotros”. Era el 17 de diciembre del año pasado, cuando Giorgia Meloni, pletórica poco más de un año después de su nombramiento como primer ministra de Italia, se refería así a los jóvenes militantes de Gioventú Nazionale, Juventud Nacional, la sección juvenil de Hermanos de Italia que había contribuido a organizar 'Atreju', la fiesta grande de la formación en Roma.
Esa misma noche, después de que sobre el escenario desfilaran desde Elon Musk a Santiago Abascal, para algunos de esos jóvenes la fiesta siguió en una de las sedes históricas de la formación ultraderechista, en el centro de Roma. Allí, aún con la sudadera azul de Atreju puesta —la misma que vistió Meloni ese día— participaron a un concierto rock de extrema derecha, entre himnos a Mussolini y saludos romanos. Las imágenes fueron publicadas el jueves por el diario italiano Fanpage.it en un largo videoreportaje, retransmitido también en hora de máxima audiencia por la cadena de televisión privada La7.
En el trabajo, resultado de meses de investigación con una periodista infiltrada entre las filas de los cachorros del partido de la primera ministra, sale la cara oculta de Juventud Nacional, la cantera de la formación, heredera de aquel Frente de la Juventud del Movimiento Social Italia donde la misma Meloni empezó su militancia con 15 años, tocando a las puertas de la sección de Garbatella, el histórico barrio de izquierdas en la que ella se crió. Mientras Meloni estaba ocupada en mostrar como anfitriona del G7 en Apulia la cara presentable de la ultraderecha, la investigación revelaba cómo sus canteranos no dudan en definirse “fascistas”.
La periodista infiltrada logra entrar en los círculos de la formación en Roma y participa durante meses a las actividades de los mismos jóvenes que rodeaban Meloni al final de su intervención en Atreju. Desde los campamentos de invierno —antaño llamados 'campamentos Hobbit', en una de las más famosas apropiaciones culturales de la extrema derecha—, donde los militantes se entrenan en la lucha romana, cantan himnos a Mussolini o gritan el eslógan nazi “sieg heil”; hasta las fiestas y las reuniones de los militantes de la más grande de sus secciones en Roma, donde su dirigente, Flaminia Pace, joven promesa de FdI, cuyo nombre ya sonaba para las elecciones administrativas, no duda en definirse como fascista. En los vídeos, otros militantes hacen referencia a la necesidad de autocensurarse para evitar ser pillados por los periodistas y manchar la nueva imagen que el partido trata de dar.
La misma Pace en una de las reuniones habla de la posibilidad de usar el dinero que reciben del estado los jóvenes que deciden realizar el servicio civil para financiar a la sección juvenil del partido. Mientras que en otro pasaje de la investigación cuenta sin rubor cómo su padre estaba en contacto con Francesca Mambro y Valerio Fioravanti, líderes del grupo terrorista de extrema derecha Nar, condenados, entre otros delitos, por el atentado a la estación de Bolonia de 1980 en el que murieron 85 personas.
Siguiendo la actividad de la sección romana liderada por Pace, la investigación de Fanpage ha acabado por salpicar a representantes destacados de Hermanos de Italia, que acudieron a la inauguración de su nueva sede, presenciada también por Arianna Meloni, hermana de la primera ministra que, tras su llegada al poder, la nombró responsable de la secretaría política.
En las imágenes aparecen los diputados de FdI Marco Perissa e Paolo Trancassini y Nicola Procaccini, hombre de confianza de Meloni y que repetirá como eurodiputado, mientras intercambian el “saludo de los camaradas”, con los antebrazos cruzados.
Unas imágenes comentadas en la red social X, lo que queda de Twitter, por la eurodiputada socialista Iratxe García Pérez, quien, en un mensaje en inglés, se refirió precisamente a Procaccini: “Entre varios vídeos escandalosos, una imagen muestra claramente al copresidente de ECR, Procaccini, haciendo el llamado 'saludo fascista'. No hay normalización posible de la extrema derecha en Europa, estas imágenes chocantes nos recuerdan el pasado imperdonable de aquellos que todavía alaban el fascismo, el racismo, la intolerancia”. Palabras a la que Procaccini ha replicado anunciando una demanda por difamación. “Denuncié a la líder del grupo socialista ante los fiscales de Roma y Latina porque no estaba haciendo un saludo fascista, simplemente estaba demasiado cerca de una persona que me agarró del codo”, declaró el eurodiputado al diario Domani.
Las revelaciones de Fanpage son sólo el último episodio de la larga serie a la que se ha tenido que enfrentar Meloni en un camino hacia la normalización de su partido, en el que el ahora presidente del Senado, Ignazio La Russa, hasta hace poco mostraba con orgullo el busto de Mussolini que custodíaba en casa. En enero, una marea negra de brazos en alto —con cientos de personas que se cuadraban y, por tres veces, respondían al unísono con el saludo romano y el grito de “presente” para “todos los camaradas caídos”— se reunió en en Roma, en la calle Acca Larentia para conmemorar frente al palacio que fue sede del Movimiento Social Italiano el asesinato en 1978 de dos militantes de la sección juvenil del partido.