Shireen Abu Akleh, de 51 años, era una respetada reportera que llevaba más de dos décadas informando sobre la actualidad palestina. Coincidí con ella en varias ocasiones en Cisjordania durante los años de la Segunda Intifada palestina y posteriormente en entierros de víctimas alcanzadas por fuego israelí. Shireen entraba cada día en millones de hogares árabes a través del canal Al Jazeera, relatando los últimos acontecimientos en los territorios ocupados. Sus colegas de profesión la admiraban. Era un referente al que también periodistas europeos acudíamos para solventar dudas o solicitar el teléfono de alguna fuente de información, conscientes de que siempre estaba dispuesta a ayudar.
“Toda una nación en duelo. Era un icono para todos los que crecimos viéndola diariamente en televisión. Todavía no puedo creerlo”, recordaba esta mañana el arquitecto e historiador palestino licenciado en Cambridge Nadi Abusaala. “Qué terrible noticia para despertar. Crecimos viendo a Shireen en televisión. Estoy en conmoción total”, ha escrito en Twitter la productora de Al Jazeera Linah Alssafin, recordando que desde 2000 hasta ahora Israel “ha matado a cerca de 50 periodistas palestinos”. La organización Reporteros Árabes de Periodismo de Investigación ha lamentado que “los periodistas en Palestina todavía son objetivo de Israel por su trabajo cubriendo lo que ocurre en el terreno. Un triste día para el periodismo y los periodistas de todo el mundo”.
Una reportera palestina testigo de lo ocurrido ha explicado ante las cámaras que cuando el equipo llegó esta mañana al área de Jenin tomada por francotiradores israelíes, estos abrieron fuego contra su vehículo. Shireen salió entonces del coche para que los soldados la vieran –iba identificada con un chaleco de prensa y un casco– “pero dispararon igualmente”.
Ali Samoudi, reportero del diario Al Quds, resultó herido: “Íbamos a grabar la operación del ejército israelí y de repente nos dispararon sin pedirnos antes que nos fuéramos o que detuviéramos la filmación”, ha señalado ante las cámaras de Al Jazeera. Otro periodista ha relatado que “francotiradores israelíes dispararon contra el vehículo, así que Shireen salió y fue acorralada por los disparos” antes de ser alcanzada. “Shireen recibió el disparo cerca de su oreja, donde el casco no le cubría. Fue un disparo de extrema precisión”, ha denunciado la presentadora y productora Dena Takruri.
Shatha Hanaysha, periodista palestina que se encontraba junto a Shireen, ha explicado que no había enfrentamientos en el lugar donde se encontraban: “Éramos cuatro periodistas, todos llevábamos chalecos y cascos. El ejército de ocupación [israelí] siguió disparando después de abatir a Shireen. Ni siquiera pude extender mi brazo hacia ella porque seguían disparando”. Al Jazeera ha difundido imágenes en las que la periodista superviviente del ataque Shatha Hanaysha, agazapada junto a una pared, intenta sin éxito alcanzar el cuerpo inerte de Shireen, tumbado junto al mismo muro.
Elegí el periodismo para estar cerca del ser humano. Puede que no sea fácil cambiar la realidad, pero por lo menos he podido llevar esta voz al mundo. Soy Shireen Abu Akleh
La redacción del Al Jazeera en Ramala ha indicado que esta mañana, a las seis y trece minutos, la veterana reportera había enviado un email en el que señalaba que “las fuerzas de ocupación asaltan Jenin y rodean una vivienda en el barrio de Jabriyat. Estoy de camino, os traeré noticias en cuanto recopile datos claros”. La conmoción en los territorios ocupados palestinos y entre la comunidad internacional de periodistas que han trabajado en la región es notable. Shireen, palestina cristiana nacida en Jerusalén, licenciada en Jordania y con pasaporte estadounidense, se había ganado la admiración en su oficio. En las redes circula esta mañana un vídeo de hace algunos años, en el que relata lo que experimentó en 2002, en plena Segunda Intifada:
“Nunca olvidaré la envergadura de semejante destrucción ni la sensación de que a veces la muerte estaba muy cerca. (...) Nos quedábamos a dormir en hospitales o en casas de gente que conocíamos. Y, a pesar del peligro, seguíamos trabajando. Aquello fue en 2002, cuando Cisjordania sufrió un ataque que no había vivido desde 1967. En los momento difíciles he superado el miedo. Elegí el periodismo para estar cerca del ser humano. Puede que no sea fácil cambiar la realidad, pero por lo menos he podido llevar esta voz al mundo. Soy Shireen Abu Akleh”.
Shireen llevó su voz y su denuncia a millones de personas en todo el planeta. Puede que no haya podido cambiar la realidad, pero ha muerto intentándolo. Así es este oficio: sacrificado, obsesionado con la persistencia y la verdad mientras otros intentan amordazarla. Nunca ha sido fácil ser periodista en zonas de conflicto, donde los informadores son a menudo objetivo. Más difícil aún es ser reportera palestina en una tierra ocupada por las tropas israelíes.