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Silencio de Netanyahu y tensión en su Gobierno por los abusos a palestinos en el ‘Guantánamo’ israelí

Activistas de extrema derecha y reservistas del ejército piden sostienen carteles con el lema "los soldados héroes deben ser liberados",

Francesca Cicardi / Javier Biosca Azcoiti

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Enmascarado con un pasamontañas y vestido de verde militar, un soldado israelí detenido y posteriormente liberado por un presunto caso de violación a un preso palestino se defiende en un plató de televisión. Defiende también el asalto a la base militar de Sde Teiman, el ‘Guantánamo’ israelí —donde se produjeron los hechos—, de ultraderechistas que protestaban por la apertura de la investigación contra los uniformados: “Me hace feliz que la derecha ha sabido cómo despertar en la tierra de Israel. La gente de Israel sabe cómo levantarse cuando hace falta”.

El lunes 29 de julio, nueve soldados que servían en el polémico centro de detención ubicado en el desierto del Néguev, a unos 29 kilómetros de la Franja de Gaza, fueron detenidos en el marco de una investigación “tras las sospechas de abuso importante a un detenido”, según informó la fiscal general de las Fuerzas Armadas.

Poco después, decenas de manifestantes de extrema derecha, acompañados incluso de diputados ultra de la coalición gobernante de Netanyahu, protestaron a las puertas de Sde Teiman y de otro centro militar al que fueron trasladados los soldados detenidos. Los manifestantes, enfurecidos por la rendición de cuentas, rompieron el perímetro y se colaron en la base al grito de “vergüenza” y ondeando banderas de Israel.

Esta semana, la televisión Canal 12 ha publicado un vídeo del campo de detenidos de Sde Teiman en el que se ve a decenas de reos tumbados bocabajo y con las manos en la nuca. Los soldados levantan a uno de ellos y se lo llevan a un rincón. Allí le hacen algo que los militares obviamente no quieren que se vea porque un grupo tapa concienzudamente la escena con sus escudos.

El canal israelí señala que se trata del incidente que ha desencadenado todo el caso y en el que supuestamente los uniformados violaron al preso palestino. La cadena señala que la víctima fue trasladada al hospital sangrando y que el examen médico determinó que tenía heridas por la penetración anal de un objeto.

Tensiones en el Gobierno

El jefe del Estado mayor de la Defensa, Herzi Halevi, condenó el asalto a las bases militares, pero el incidente ha causado graves tensiones en el Ejecutivo ultra de Netanyahu.

El mismo día de la detención de los soldados, el ministro de Justicia, Yariv Levin, del partido del primer ministro, dijo que estaba “conmocionado” por ver a soldados israelíes detenidos “como si fueran peligrosos criminales” y añadió que los militares en la base hacen un “trabajo santo”.

Un día después, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, envió una carta a Netanyahu instándole a investigar si el ministro de Seguridad, Ben Gvir, que controla la Policía y el Servicio de Prisiones de Israel, ordenó a los agentes policiales no interferir en el asalto a las bases militares por parte de los extremistas. Ben Gvir llegó a presumir días antes de que uno de sus “principales objetivos es empeorar las condiciones” de los detenidos palestinos. “Todo lo publicado sobre las abominables condiciones de estos viles asesinos en prisión es cierto”, añadía orgulloso.

“Le pido que actúe con mano dura contra los miembros de la coalición que participaron en los disturbios y ordene una investigación para examinar si el ministro de Seguridad Nacional impidió o retrasó la respuesta de la Policía”, escribió Gallant en la carta, difundida por medios locales. 

Otro de los ministros más radicales del Ejecutivo, Bezalel Smotrich, justificó la protesta “contra la terrible injusticia hacia los reservistas de Sde Teiman”, aunque pidió a sus seguidores no irrumpir en las bases. Días después, tras la publicación del vídeo, pidió urgentemente “una investigación criminal para localizar a los filtradores que pretendía dañar a los reservistas y que causó un daño tremendo a Israel en el mundo”.

Netanyahu, mientras tanto, ha intentado mantener un perfil bajo y se ha limitado a pedir calma y condenar el asalto a las bases militares.

“Las autoridades israelíes están fingiendo que hay rendición de cuentas en Israel para que la Corte Penal Internacional (CPI) no investigue el caso. Intentan proteger a las autoridades del escrutinio de la CPI”, dice a elDiario.es Yehuda Shaul, exmilitar israelí y uno de los fundadores de la ONG Breaking the Silence, quien señala que ese tribunal internacional no puede actuar si ya existe un procedimiento a nivel nacional.

“Incluso si alguien es condenado, el castigo será insignificante. Las pasadas décadas nos demuestran que los soldados israelíes gozan de una impunidad casi total. Y si hay un castigo serio, seguirá siendo la excepción que confirma la regla. La regla es que el sistema militar es un sistema de impunidad y encubrimiento”, afirma.

Reacciones internacionales

“El abuso generalizado y sistemático de Israel contra los palestinos detenidos y las prácticas de detención arbitraria durante décadas, junto con la ausencia de cualquier restricción por parte del Estado israelí desde el 7 de octubre de 2023, pintan un cuadro espeluznante permitido por la impunidad absoluta”, señalaban en un comunicado conjunto varios relatores especiales de la ONU poco después de las detenciones de los nueve soldados en Sde Teiman.

El jueves, después de la publicación del vídeo del supuesto abuso, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU también se pronunció al respecto. “[Esta oficina] ha documentado en los últimos meses una serie de vídeos que muestran graves violaciones de los derechos de los palestinos detenidos por Israel, incluidos actos de malos tratos, tortura, violencia sexual y violación”. La declaración exige a Israel que permita al organismo de la ONU y al Comité Internacional de la Cruz Roja acceder a “todos los lugares de detención”. 

“En vista de que Israel lleva mucho tiempo sin garantizar la rendición de cuentas por las violaciones graves del derecho internacional humanitario y las violaciones flagrantes del derecho internacional de los derechos humanos cometidas contra palestinos, también son necesarios remedios a escala internacional para subsanar la falta de rendición de cuentas y garantizar que se respetan las normas internacionales en todos los lugares donde se detiene a palestinos”, sostiene esa oficina.

Hasta el aliado más fiel de Israel, Estados Unidos, se ha visto forzado a pronunciarse sobre el caso. El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, confirmó haber visto el vídeo, dijo que “las informaciones de abuso sexual contra los detenidos son espeluznantes” y pidió a Israel que tenga “tolerancia cero” con los abusos.

Por su parte, Peter Stano, portavoz de Exteriores en la Unión Europea, ha señalado a Politico que la UE “está muy preocupada por las acusaciones, incluida la tortura y el abuso sexual de prisioneros en la base militar de Sde Teiman”.

El ‘Guantánamo’ israelí

En el centro de detención de Sde Teiman han acabado la mayoría de los palestinos detenidos en los pasados diez meses en Gaza por las fuerzas israelíes. Los que han salido con vida de allí han descrito las condiciones y el trato inhumano que sufren en ese lugar, lo que llevó a varias ONG de derechos humanos de Israel a llevar el caso ante la Justicia para pedir su cierre el pasado mayo y el traslado de los presos a otras cárceles. Las organizaciones argumentan que “las graves violaciones de los derechos de los detenidos hacen que la privación de su libertad sea inconstitucional”.

Cuando esas ONG presentaron su demanda, había más de mil presos en Sde Teiman, encerrados en lugares parecidos a jaulas, en los que no tenían camas sobre las que dormir ni ninguna otra cosa. Asimismo, los detenidos son obligados a permanecer en posiciones dolorosas durante días, con las manos atadas muy fuerte y los ojos vendados durante largos periodos de tiempo, y a algunos se les han puesto pañales.

La cadena estadounidense CNN publicó en mayo el testimonio anónimo de tres israelíes que trabajaban en el centro de detención que confirmaron ese trato degradante y los abusos a los que son sometidos los palestinos. Los tres relataron que los médicos habían tenido que amputar extremidades porque los presos tienen las manos constantemente atadas; que algunos de los médicos realizaban intervenciones para las que no estaban cualificados y que las heridas de los detenidos desprendían olor porque no se las curaban. Según uno de los trabajadores, los prisioneros eran golpeados “no para sacarles información, sino para vengarse”. “Era el castigo por lo que hicieron el 7 de octubre y por su comportamiento en el campo”, explicó, refiriéndose a la fecha del ataque de Hamás contra Israel, en el que los milicianos islamistas mataron a más de 1.100 personas y secuestraron a 250.

Aunque Sde Teiman sea probablemente un peor lugar, un informe publicado esta semana por la ONG israelí B'Tselem recopila testimonios de 55 presos que relatan malos tratos y condiciones infrahumanas no sólo en ese centro de detención sino en otros. El informe denuncia que los abusos están generalizados en prisiones y centros israelíes, sobre todo a raíz del 7 de octubre. Israel ha convertido su sistema de prisiones en una red de campos de tortura, asegura B'Tselem. “Nos registraron con un detector de metales. Nos forzaron a abrirnos de piernas y a sentarnos medio agachados. Entonces, empezaron a golpearnos en nuestras partes íntimas con el detector”, contó a la ONG Sami Khalili, que estuvo en la prisión de Ketziot, en el desierto del Négev (en el sur de Israel, donde se encuentra el centro Sde Teiman).

“Lo que pasa en Sde Teiman ocurre en todas las cárceles israelíes”, dijo a la Agencia EFE Qadura Fares, presidente de la Comisión de Asuntos de Prisioneros de la Autoridad Nacional Palestina, con sede en la Cisjordania ocupada. Según Fares, “todo cambió el 7 de octubre”, después del ataque de Hamás y del comienzo de la guerra en Gaza. Desde entonces, el número de presos palestinos en cárceles israelíes se ha multiplicado casi por dos. 

La ONG Euro-Med Monitor, con sede en Ginebra, ha denunciado el “brutal tratamiento” que reciben los detenidos palestinos y ha recopilado algunos casos en los que acabaron falleciendo. Omar Abdulaziz, de 26 años, fue detenido junto a su hermano en Yabalia, en el norte de Gaza, a finales del año pasado. En febrero, su hermano Yasser fue liberado con signos de tortura en su cuerpo. “Sufría por el dolor, le habían arrancado las uñas, los perros le habían desgarrado la espalda”, relata su padre, Abdulaziz Yunaid. Yasser no sabía nada de su hermano Omar y, después de varios meses, la familia fue informada de su muerte. La organización de derechos humanos afirma que el de Omar es un caso más de presos que son torturados y a los que se les niega tratamiento médico hasta que fallecen.  

El Ministerio palestino de Detenidos y Exdetenidos también informó a principios de agosto de la muerte de Omar Abdulaziz. En un comunicado, el Ministerio señaló que “decenas de detenidos de Gaza han sido asesinados bajo tortura y abusos, la mayoría en la conocida prisión de Sde Teiman”. 

La Sociedad de Prisioneros Palestinos, que lleva la cuenta de todos los que entran y salen de prisión, ha denunciado en un comunicado que el último caso de la supuesta violación a un preso palestino forma parte de “las operaciones de tortura sistemática” que sufren todos. La organización afirma que el crimen que se puede ver en el vídeo filtrado “es una de las muchas violaciones llevadas a cabo por los soldados contra los detenidos gazatíes, especialmente en el campo de Sde Teiman”. También insta a los organismos internacionales a “exigir las grabaciones de las cámaras de los centros de detención y prisiones”. “Estas grabaciones revelarán seguramente más crímenes horribles”.

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