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Los símbolos LGTBI se multiplican en el fútbol europeo para plantar cara a la UEFA y al Gobierno húngaro

Un espontáneo con una bandera con los colores del arcoíris antes del partido de la Eurocopa entre Alemania y Hungría en Múnich.

Icíar Gutiérrez

23 de junio de 2021 22:30 h

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Emojis de puños en alto, brazaletes y una avalancha de banderas del arcoíris. En los últimos días, la simbología a favor de los derechos LGTBI ha irrumpido con fuerza en el mundo del fútbol en plena Eurocopa y mes del Orgullo, y en rechazo a la polémica decisión de la UEFA de no permitir a la ciudad de Múnich que ilumine su estadio en el partido de Alemania contra Hungría en señal de protesta ante la nueva legislación húngara anti-LGTBI.

Aunque el Allianz Arena no ha podido lucir finalmente los colores del arcoíris durante el encuentro este miércoles, el capitán de la selección alemana, Manuel Neuer, ha vuelto a saltar al campo con su brazalete, el mismo que ya había utilizado en varios partidos en apoyo a la comunidad LGBTI y por el que la UEFA abrió una controvertida investigación, que luego archivó tras que dictaminar que no contravenía su política de neutralidad política.

Varias personas han ondeado banderas del arcoíris tanto fuera como dentro del recinto este miércoles, y otras han llevado pelucas, paraguas y mascarillas con las coloridas franjas. Un espontáneo se ha colado en el terreno de juego portando la insignia mientras sonaba el himno húngaro. Estadios de otras partes de Alemania, como el de Frankfurt, se han iluminado a la hora del partido. “Si Múnich no puede hacerlo el miércoles, otros estadios del país tendrán que mostrar sus colores”, había anunciado un portavoz del club de la Bundesliga Eintracht Frankfurt. Algunos edificios de Múnich también se han sumado.

“La respuesta de los clubes de fútbol de Alemania es una muestra de liderazgo edificante y es inequívoca en su apoyo. Es un ejemplo del uso de los símbolos de una manera poderosa y ver el nivel de apoyo de los jugadores, autoridades y aficionados de todo el mundo del fútbol y más allá es inspirador y es lo más alentador de todo este incidente”, dice a elDiario.es Hugh Torrance, copresidente de la Federación Europea del Deporte de Gays y Lesbianas (EGLSF), una de las principales autoras de una carta enviada a la UEFA, en colaboración con la campaña Fútbol contra la Homofobia. “Hemos recibido una avalancha de apoyo de muchos otros grupos que operan en los Estados miembros de la UEFA, y de muchos en Hungría en particular”.

Antes, este martes, varios equipos prominentes del fútbol europeo respondieron a la negativa de la UEFA sobre la iluminación del estadio con publicaciones con la bandera LGBTI en las redes sociales. El Fútbol Club Barcelona publicó este martes un tuit en su cuenta oficial con las rayas del arcoíris y el escudo del equipo, acompañada del comentario: “Orgullo y respeto”. Similares fueron las reacciones del Juventus y el Milán de Italia, o el Bayer 04 Leverkusen, de Alemania.

Varios futbolistas y exjugadores han plantado cara a la UEFA en las redes sociales y han lanzado mensajes de apoyo a la comunidad LGTBI. Entre ellos están el delantero de la selección francesa, Antoine Griezmann, quien publicó una foto del estadio de Múnich iluminado, así como Gerard Piqué y Caroline Graham Hansen, ambos del FC Barcelona.

El exjugador y comentarista Gary Lineker expresó: “Hazlo, Múnich. Hazlo. Ilumínate para que el mundo lo vea”. “Querida UEFA, ¿es en serio?”, escribió el exinternacional alemán Thomas Hitzlperger, quien al concluir su carrera hizo pública su homosexualidad.

Hitzlperger se refería a la investigación sobre el brazalete de Neuer del máximo organismo del fútbol europeo, una noticia que desencadenó duras reacciones en el país germano, mientras el guardameta se convertía en blanco de ataques de la ultraderecha. La idea original era que el capitán alemán portara ese brazalete durante el mes de junio, considerado como el mes del orgullo LGTBI. Su equipo, el Bayern de Múnich, ha enarbolado los colores del arcoíris en varias ocasiones anteriores, la más reciente como parte de una campaña para promover la tolerancia y la diversidad el pasado enero.

La selección holandesa también se ha solidarizado y ha anunciado que su capitán, Georginio Wijnaldum, llevará un brazalete con el lema “One Love” durante su partido de octavos de final en Budapest, Hungría, el próximo domingo. El objetivo, dicen, es mostrar que están “a favor de la inclusión” y “apoyar a todas las personas que se sienten discriminadas en cualquier parte del mundo”. Los holandeses ya ha usado este logo previamente en camisetas de calentamiento.

Bajo el hashtag #SéNuestroOrgullo, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) española había pedido que el capitán de la selección española, Sergio Busquets, luciera un brazalete con los colores del arcoíris en el partido que ha enfrentado este miércoles a España y a Eslovaquia para mostrar el apoyo a la diversidad LGTBI. Pero no han recogido el guante.

La organización había reclamado como un gesto contra la LGTBIfobia en el fútbol en particular y en el deporte en general, un mundo en el que, además, la homosexualidad se sigue considerando un tabú y hay muy poca visibilidad. La entidad ha recordado que en la Eurocopa se han detectado varios sucesos que “de una forma u otra perjudican a la imagen y los derechos del colectivo”, y mencionan entre ellos los insultos homófobos de los aficionados húngaros a Cristiano Ronaldo, jugador de la selección portuguesa.

Por su parte, Amnistía Internacional ha denunciado que, durante ese mismo partido, los hinchas húngaros desplegaron una pancarta en la que se leía “Anti-LMBTQ” (abreviatura de LGBTI en húngaro). “La foto se compartió en las redes sociales y los medios de comunicación de todo el mundo se hicieron eco del incidente homófobo y tránsfobo”.

“En el fútbol, en particular, observamos un aumento del comportamiento y el lenguaje homófobo y anti-LGBTIQ+ en los partidos, y en la Eurocopa 2020 hasta ahora hemos visto ejemplos de homofobia con pancartas y cánticos en algunos estadios. Los ejemplos concretos presenciados en los partidos de Hungría son especialmente alarmantes. Esto está ocurriendo en un evento gobernado por la UEFA y, por tanto, dentro de su jurisdicción, y es necesario que tomen medidas enérgicas”, dice Hugh Torrance.

“La movilización de símbolos como la bandera del arcoíris es una forma de hacer llegar ese mensaje a la UEFA con firmeza, y la puesta en marcha de este tipo de acciones solidarias son formas de decir a las personas LGBTIQ+ que no todo el mundo apoya estas opiniones extremas, y que de hecho la mayoría de la gente apoya la necesidad de oponerse a ellas”, dice.  

“Es una señal esperanzadora”

Según informa The Guardian, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha cancelado su viaje a Múnich para el partido de fútbol de la Eurocopa en respuesta a las críticas generalizadas a su Gobierno por la legislación anti-LGBTQ + que se aprobó la semana pasada el país. La ley prohíbe hablar a menores sobre la homosexualidad en los colegios y medios de comunicación, y se considera el último intento de Orbán de tomar medidas drásticas contra los derechos LGBTI. Colectivos sociales han criticado que la legislación es especialmente dañina porque equipara la homosexualidad con la pedofilia.

Balázs Hidvéghi, miembro del Parlamento Europeo y exportavoz del partido gobernante de Orbán, Fidesz, ha acusado a las autoridades alemanas, muchas de las cuales han reaccionado contra la decisión de la UEFA, de intentar forzar los debates ideológicos en un evento deportivo, informa el medio británico.

Este miércoles, varias ONG han repartido pequeños banderines con los colores del arcoíris, algunos de los cuales se han visto en las tribunas del estadio. Amnistía Internacional también tenía previsto distribuirlas en los alrededores del estadio de Múnich “para que los aficionados puedan enviar un mensaje de solidaridad con la comunidad LGBTI” de Hungría durante el partido.

“Es una señal esperanzadora para todos los miembros de la comunidad LGBTI en Hungría el hecho de que en el partido de Múnich haya un telón de fondo con los colores del arcoíris tanto en el exterior como en el interior del estadio y que el capitán de la selección alemana lleve un brazalete arcoíris, especialmente después de la aprobación de la reciente ley anti-LGBTI en Hungría”, dice Dávid Vig, director de Amnistía Internacional en Hungría.

“Nos alegraría que, especialmente una federación deportiva tan grande como la UEFA, que está comprometida con la diversidad y el trato justo de las minorías, criticara públicamente la ley homófoba y transfóbica de Hungría”, dice Vig.

Pero este miércoles, la institución se ha reafirmado en su decisión de impedir la iluminación del estadio, aunque ha adoptado los colores de la bandera LGTBI este miércoles en sus redes sociales y ha señalado que está “orgullosa” de llevarlos. En un comunicado, la UEFA ha negado que su rechazo sea una decisión “política” y ha justificado que lo que es político es “la petición en sí, vinculada a la presencia del equipo de fútbol de Hungría en el estadio para el partido con Alemania”.

“Para la UEFA, el arcoíris no es un símbolo político, sino un signo de nuestro firme compromiso con una sociedad más diversa e inclusiva”, ha argumentado. Muchos usuarios han acusado a la institución de “pinkwashing”, lavado de imagen rosa.

“Si vas a utilizar un símbolo como el arcoíris para indicar que apoyas a las personas LGBTIQ+, tienes que ser capaz de respaldarlo oponiéndote a las leyes anti-LGBTIQ+ y tienes que no impedir acciones que se opongan a los comportamientos y acciones opresivas contra nosotros”, dice Hugh Torrance. “Utilizar simplemente símbolos sin comprensión ni compromiso para realizar cambios sólo será simbólico. Por lo tanto, pedimos encarecidamente a la UEFA que reconozca su poder y reconsidere su posición al respecto, y que trabaje en colaboración con las comunidades a las que pretende apoyar”.  

En declaraciones a elDiario.es, Evelyne Paradis, directora ejecutiva de la Asociación de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) en Europa dice que iluminar un estadio, que la UEFA cambie su logo o que el capitán de un equipo de fútbol lleve un brazalete con los colores del arcoíris “son acciones que pueden ayudar a las comunidades LGTBI en Hungría solo si sirven para movilizar el apoyo político de acciones que sí tengan un impacto real en las vidas de las personas”.

A su juicio, “hay un riesgo de que estas acciones se queden en el terreno simbólico”. “Es por ello que la atención debe mantenerse en, por ejemplo, exigir a los gobiernos de la UE que respalden a la Comisión Europea en su determinación de que el Gobierno de Orbán no siga actuando impunemente”.

La Comisión Europea ha enviado una carta al Gobierno húngaro expresando sus “preocupaciones legales” sobre la regulación que prohíbe hablar de la homosexualidad en las escuelas. Y avisa: “Si la legislación entra en vigor, la Comisión Europea no dudará en actuar de acuerdo con sus poderes legales”. España y la mayoría de países de la UE han censurado a Orbán por las leyes anti-LGTBI y piden activar la vía judicial contra Hungría.

“Hungría es el primer país de la UE que aprueba una ley al estilo de la ley ‘anti-propaganda LGBT’ rusa de 2013. La Copa del Mundo de 2018 en Rusia fue una oportunidad para poner esta ley bajo la mirada pública internacional de nuevo, pero a día de hoy la ley sigue vigente y los derechos de las personas LGTBI en Rusia limitados”, dice la representante de ILGA Europa.

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