Ucrania denuncia el ataque ruso a un hospital infantil y un centro de maternidad en esta ciudad portuaria, donde la situación humanitaria es crítica: cercada por los tanques, sin luz, sin agua y con cadáveres en las calles
Las autoridades ucranianas han denunciado que un ataque aéreo ruso ha alcanzado a un hospital infantil y un centro de maternidad en la asediada ciudad de Mariúpol, mientras estaban abiertos varios corredores humanitarios en el país acordados entre las partes para evacuar a la población civil. Esta ciudad portuaria en el sureste de Ucrania se ha convertido en un símbolo del sufrimiento de los civiles bajo el asedio del Ejército de Vladímir Putin: cercada por los tanques, sin luz, sin agua, con los cadáveres acumulándose en las calles y con la población sin poder escapar y con temor de salir de los refugios.
Según el Ayuntamiento de la ciudad, al menos tres personas han fallecido —entre ellas, una menor— y 17 han resultado heridas en el ataque al centro materno infantil. El jefe de la administración militar regional, Pavlo Kyrylenko, asegura que entre las víctimas hay “mujeres que estaban de parto”, informa The Guardian. Las fotografías muestran a mujeres embarazadas siendo sacadas del lugar por los servicios de emergencias. Kyrylenko, según recoge la BBC, informa que de momento no hay niños entre los heridos: “Gracias a dios, esperemos que siga así”. Por el momento, se desconoce el número total de víctimas.
“Ataque directo de las tropas rusas en el hospital de maternidad”, ha tuiteado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien ha compartido también imágenes en redes sociales. Zelenski ha asegurado que hay “personas y niños bajo los restos” y ha calificado el ataque como una “atrocidad”. Kyrylo Tymoshenko, jefe adjunto de la oficina del presidente, ha dicho que las autoridades están tratando de saber el número de personas que han muerto o están heridas, según recoge AP.
El asesor presidencial, Majaíl Podolyak, ha dicho en Twitter: “Mariúpol está siendo arrasada por los proyectiles de Rusia frente a nuestros ojos”. “Se ha producido un ataque directo en el centro de maternidad. Las mujeres de parto y los niños están bajo los restos. En lugar de nuevas vidas, muertes”.
Pavlo Kyrylenko ha publicado una serie de vídeos en Facebook y escribe: “En el centro de la ciudad, hospital, sección maternal y cuidados, todo esto ha quedado destruido en un ataque aéreo ruso en Mariúpol. Ahora mismo. El piloto ruso, que probablemente no dude en llamarse hombre, volvió a apretar el botón, sabiendo exactamente dónde volaría la bomba”.
El ataque ha desatado una condena internacional. El director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus ha dicho en Twitter que la agencia está “al tanto” de las “inquietantes noticias” sobre el ataque al centro de maternidad de Mariúpol: “La OMS condena inequívocamente todos los actos de violencia contra los centros de salud, sus trabajadores y los pacientes. Reiteramos nuestro llamamiento urgente a una solución pacífica”.
“El ataque de hoy a un hospital de Mariúpol, donde se encuentran las salas de maternidad y de niños, es horrible. Los civiles están pagando el precio más alto por una guerra que no tiene nada que ver con ellos. Esta violencia sin sentido debe terminar. Hay que poner fin al derramamiento de sangre ahora”, ha dicho el secretario general de la ONU, António Guterres.
Kate White, responsable de emergencias de Médicos Sin Fronteras, ha dicho que en la ONG están “horrorizados” por las informaciones sobre el ataque al complejo hospitalario, incluida una maternidad. “Aunque no podemos confirmar que se trate de un ataque dirigido expresamente a este hospital, sabemos por nuestro personal allí que viviendas y hospitales han sido dañados durante los combates de los últimos días. Con fuego de mortero, tiroteos y bombardeos aéreos en Mariúpol, el acceso a la atención médica se ha vuelto cada vez más difícil, especialmente para las mujeres embarazadas y los ancianos que tienen limitados sus movimientos”.
MSF recuerda que Mariúpol ya era “una ciudad en la que el sistema sanitario está al borde del colapso”. “Privar a la gente de la tan necesaria asistencia sanitaria es una violación de las leyes de la guerra. Los habitantes de Mariúpol llevan días bajo el asedio en condiciones agónicas, y cada nuevo ataque a las infraestructuras civiles aumenta su desesperación. Es imperativo que la población civil y las infraestructuras civiles, incluidas las instalaciones sanitarias, no sufran ataques, y que se garantice el derecho de las personas a recibir asistencia médica y a su seguridad”.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson también ha condenado en Twitter al ataque. “Hay pocas cosas más depravadas que atacar a los vulnerables e indefensos”. Johnson ha avanzado que Reino Unido estudia enviar “más apoyo para que Ucrania se defienda de los ataques aéreos”. “Haremos que Putin rinda cuentas por sus terribles crímenes” ha escrito.
Tras este bombardeo en Mariúpol, el presidente Zelenski y el resto de autoridades han vuelto a pedir una zona de exclusión aérea en Ucrania, pero los países occidentales han repetido que esta medida llevaría a una confrontación directa entre la OTAN y Rusia, algo que la Alianza no quiere.
En este sentido, también ha escrito el alcalde de Mariúpol, Vadym Boychenko, en un mensaje en Telegram: “Estoy seguro de que llegará el momento en que todos estos ocupantes se sentarán en el banquillo de los acusados en La Haya. Y este crimen de guerra será castigado y sus autores arderán en el infierno. No tengo ninguna duda al respecto. Pero hoy pido ayuda a la comunidad mundial: que cierre el cielo de Ucrania. Nuestro carácter no está roto, nos mantendremos hasta el final. Tenemos soldados y oficiales motivados que defienden nuestra patria. Pero hoy necesitamos apoyo”.
La ciudad, en condiciones “apocalípticas”
La situación se ha deteriorado en los últimos días en Mariúpol, una de las localidades más afectadas por los combates del país. Localizada a orillas del mar de Azov, entre la ocupada Crimea y los territorios separatistas prorrusos del Donbás, este enclave estratégico tiene una población de 450.000 habitantes.
La ciudad lleva días sin electricidad, calefacción y agua tras los bombardeos rusos. Cada vez más voces alertan de una “catástrofe humanitaria” en la ciudad, donde la Cruz Roja ha descrito las condiciones como “apocalípticas”. Médicos Sin Fronteras ha alertado deun “desastre humanitario”.
El teniente de alcalde Sergiy Orlov ha narrado en una entrevista por videollamada a The Guardian que los bombardeos son continuos desde hace una semana, y ha calificado las acciones rusas de “genocidio” por sus ataques a objetivos civiles, que han sido “aniquilados”. Como prueba, enumeraba entre los objetivos zonas residenciales, el hospital de maternidad bombardeado, el principal edificio de servicios administrativos de la ciudad y la gigantesca fábrica metalúrgica Avostal, en la que llegaron a trabajar 11.000 personas.
“Han utilizado aviación, artillería, lanzacohetes y otro tipo de armas que ni siquiera conocemos (...) Esto es un crimen de guerra y puro genocidio. Vladímir Putin quiere capturar Mariúpol sin importar el coste humano”, ha añadido.
Orlov ha explicado que debido al asedio ruso, la ciudad ha pasado los últimos ocho días sin luz, gas ni calefacción, con los tanques rusos estacionados en las afueras de la ciudad.
“La única forma en que los civiles pueden cocinar ahora es en hogueras. La gente se pelea por la leña, pero están felices de que nieve: eso significa que tienen algo para beber”, ha dicho en la entrevista.
Esto es un crimen de guerra y puro genocidio. Vladimir Putin quiere capturar Mariúpol sin importar el coste humano
En Mariúpol, donde todos los intentos de poner en marcha corredores humanitarios han fracasado hasta ahora, el panorama de las evacuaciones este miércoles no está claro. Según Orlov, durante los últimos cinco días , Rusia ha bombardeado la ruta acordada para las evacuaciones e incluso habría minado la carretera. El teniente de alcalde estima que unas 200.000 personas esperan ser evacuados Mariúpol, aunque las autoridades solo han podido sacar de 2.000 a 3.000 residentes por día en una maltrecha de 21 autobuses municipales. Muchos ciudadanos se muestran reacios a abandonar sus refugios.
Antes del ataque al hospital infantil, el ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, había acusado a Rusia de seguir manteniendo como “rehenes” a más de 400.000 personas en Mariúpol y de bloquear la ayuda humanitaria y la evacuación. “Continúan los bombardeos indiscriminados”, ha tuiteado a las 13:45 hora española.
Alex Wade, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras, dijo este fin de semana que la mayor preocupación a día de hoy para la ONG es la situación en Mariúpol, que cada vez es más grave. “La ciudad ha sido fuertemente bombardeada día y noche durante los últimos días. Los peores destrozos se han producido en el centro de la ciudad y en las afueras. Incluso ha habido supermercados que han sido atacados”. Olexander, trabajador de la organización, dijo el 8 de marzo en Mariúpol. “Las detonaciones continuaban. La situación es especialmente complicada para las personas mayores y para quienes tienen algún tipo de discapacidad. No tienen forma de encontrar comida y tampoco pueden hacer fuego para cocinar. El desastre humanitario en Mariúpol continúa. La situación para quienes tienen niños pequeños también es muy mala”.
En la ciudad no hay agua potable y no hay de dónde sacarla, describe Olexander. “La gente está tratando de obtenerla de diversas formas; buscando fuentes en los parques o recogiendo el agua de los tejados cuando la nieve se derrite. Y como esta pasada noche estaba nevando, la gente salía en busca de leña para cocinar sus alimentos”.
Según recoge AP, los cadáveres yacen en las calles de la ciudad y ciudadanos saquean tiendas en busca de comida, alimentos e incluso muebles. Las autoridades de Mariúpol tienen previsto empezar a cavar fosas comunes para todos los muertos. Según el teniente de alcalde, 1.170 personas han muerto en los ataques a la ciudad aunque el número total de muertos no está claro. Este miércoles, según Olov, trabajadores municipales tuvieron que enterrar a 47 víctimas en una fosa común: “No pudimos identificarlos a todos”. El Ayuntamiento dijo el miércoles por la noche que 1.207 civiles han muerto en Mariúpol.
Según analistas occidentales, las fuerzas rusas han continuado con su cerco de Mariúpol y han aumentado sus esfuerzos para entrar en la ciudad, así como para consolidar el control del terreno en la región de Donetsk.
Natalia Mudrenko, de la Misión Permanente de Ucrania ante la ONU, acusó a Rusia de mantener a los civiles como “rehenes” y ha dicho que “la situación crítica” en Mariúpol exige una acción inmediata por parte de los líderes mundiales y las organizaciones humanitarias y médicas. A los civiles, en su mayoría mujeres y niños, “no se les permite salir y no se deja entrar la ayuda humanitaria”, dijo ante el Consejo de Seguridad de la ONU, con la voz temblorosa por la emoción. “Si intentan salir los rusos abren fuego y los matan. Se quedan sin comida y agua, y mueren”.
Mudrenko ha afirmado que una niña de seis años murió el lunes en Mariúpol, “sola en los últimos momentos de su vida mientras su madre moría por los bombardeos rusos”. El alcalde de la ciudad, Vadim Boychenko, dijo este martes que la niña se llamaba Tanya, que murió de deshidratación y que su cuerpo había sido sacado de los escombros de un edificio residencial destruido. “Su madre fue asesinada”, dijo. “No podemos imaginar el sufrimiento que tuvo que soportar. En los últimos minutos de su vida estaba sola, débil, asustada y sedienta”.
Este mismo miércoles, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de que ha verificado hasta ahora 18 ataques contra instalaciones sanitarias, trabajadores de la salud y ambulancias en Ucrania, que incluyen 10 muertos (uno de ellos personal sanitario) y 16 heridos. “Estos ataques privan a poblaciones enteras de atención sanitaria”, ha dicho este miércoles el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La agencia ha condenado en los últimos días los ataques contra la atención sanitaria, recordando que violan el derecho internacional y ponen en peligro vidas. “Incluso en tiempos de conflicto, debemos proteger el carácter sagrado y la seguridad de la atención sanitaria, un derecho humano fundamental”. Al menos 516 civiles han muerto en toda Ucrania desde que Rusia comenzó su invasión el 24 de febrero, según la oficina de derechos humanos de la ONU.
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