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El socialismo español se revuelve contra Von der Leyen por sus guiños derechistas ante las europeas tras años de idilio

Pedro Sánchez junto a Ursula von der Leyen en Madrid durante la visita por la presidencia rotatoria del Consejo de la UE.

Irene Castro / José Enrique Monrosi

19 de mayo de 2024 22:39 h

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Si algo ha caracterizado la relación de Pedro Sánchez y Ursula von der Leyen los últimos cinco años ha sido la sintonía. La presidenta de la Comisión Europea siempre ha sabido que su reelección depende de las capitales y, en el caso del español, ha pesado también que es una de las caras más reconocidas de la socialdemocracia europea a la que necesita para que la Eurocámara la valide. El líder del PSOE, por su parte, ha encontrado en la alemana una aliada en todas las batallas que la derecha ha tratado de elevar a Bruselas provocando incluso que el PP de Alberto Núñez Feijóo haya marcado muchas distancias con su correligionaria. Pero a las puertas de las elecciones europeas del próximo 9 de junio las tornas han cambiado y han emergido las críticas a Von der Leyen de los socialistas españoles, que habían brillado por su ausencia prácticamente todo el mandato. 

La propia candidata del PSOE a las elecciones europeas, Teresa Ribera, ha colocado a Von der Leyen en la diana. En el arranque de su precampaña, la vicepresidenta tercera no ha dudado en atacar a la Spitzenkandidat del Partido Popular Europeo por abrir la puerta a pactos con la extrema derecha y por echar el freno a la agenda verde sucumbiendo a la presión de las protestas del campo. . 

“Me han decepcionado enormemente”, expresó Ribera en una entrevista en elDiario.es sobre las palabras de Von der Leyen, que se ha mostrado dispuesta a pactar con partidos como los Fratelli d’italia de Giorgia Meloni o Vox: “Me ha parecido que estaban fuera de lugar. Normalizar ese tipo de relaciones y ese tipo de comportamiento es enormemente peligroso para las mujeres, la democracia y el medio ambiente. Y, por supuesto, para el futuro de Europa”.

Von der Leyen se abrió a pactar con esas fuerzas al presentar su candidatura a finales de febrero y mantuvo la misma línea en un debate con el resto de candidatos a nivel europeo en el que el socialdemócrata Nicolas Schmidt estuvo bastante desaparecido. Ribera reaccionó con dureza: “En España conocemos muy bien lo que significa pactar con la extrema derecha. Sabemos lo que representa, en términos de recorte de derechos, libertades y servicios públicos para quienes más lo necesitan. No nos gustaría en absoluto ver esa imagen de hace pocos días en Roma, de personas con el brazo en alto, pero esta vez en Bruselas, ejerciendo su voluntad”, señaló en declaraciones enviadas a los medios en referencia a una manifestación por el aniversario de la muerte de tres militantes del Movimiento Social Italiano.  

“El mensaje de Ursula von Der Leyen es muy preocupante y un motivo más para entender por qué hay que votar en las próximas elecciones europeas”, apostilló la candidata del PSOE, que también ha utilizado una entrevista en el influyente Politico -un imprescindible en la burbuja comunitaria- para dejar patente su crítica a Von der Leyen. “Están diciendo: 'Vamos a tomarnos un descanso, vamos a ralentizar la agenda. Y sinceramente, creo que es un gran error. No hay tiempo que perder”, afeó Ribera, que aspira a ocupar carteras relacionadas con la energía o el Pacto Verde en el próximo Colegio de Comisarios.

Esa distancia que está marcando el socialismo español choca con el propio Sánchez, que se ha cuidado mucho de criticar a Von der Leyen mientras que tiene una guerra abierta con el líder del PPE, Manfred Weber. El presidente del Gobierno dejó claro hace ya meses que la alemana sería su opción para la Comisión Europea si la institución queda finalmente en manos del PPE en el reparto del poder europeo tras los comicios de junio. Fuentes del equipo de Ribera precisan que la crítica no es tanto contra Von der Leyen per se sino “contra la tendencia de la derecha democristiana clásica de asumir los postulados de la extrema derecha”. 

El ambiente electoral también ha dejado en evidencia la mala relación del alto representante, Josep Borrell, con Von der Leyen, que en su caso nunca ha sido especialmente buena. El jefe de la diplomacia europea se ha revuelto abiertamente contra la idea de la presidenta de la Comisión Europea de crear un puesto específico en el próximo Colegio de Comisarios para la defensa y lideró, junto a los también socialdemócratas Paolo Gentiloni y Nicolas Schmit y el liberal francés Therry Breton, una rebelión contra la contratación de un eurodiputado de la CDU como enviado especial para las pymes con un sueldo de 20.000 euros al mes. Finalmente Markus Pieper renunció y Von der Leyen ha dejado la selección para después de las elecciones. 

Borrell también señaló en tono de reproche a Von der Leyen por ignorar la petición de España e Irlanda de revisar el acuerdo comercial con Israel por la vulneración del derecho internacional en la Franja de Gaza. La presidenta de la Comisión Europea ni siquiera ha contestado a la carta que le enviaron en febrero Sánchez y Leo Varadkar. Desde el gobierno comunitario argumentan que la mayoría de los estados miembros no han mostrado una predisposición en esa dirección. 

Habrá que ver si la beligerancia de los socialistas españoles durante la campaña se mantienen después durante la negociación de los altos cargos de la UE. Von der Leyen parte como favorita para ser reelegida otro mandato, pero sus tropiezos en el inicio de la campaña, sus palabras sobre la extrema derecha y la aparición del nombre de Mario Draghi como posible aspirante se han cruzado en su camino. 

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