El equipo de Investigaciones Visuales del New York Times ha publicado un especial en el que analizan docenas de transmisiones entre soldados rusos en el campo de batalla que revelan que, desde los primeros días, se encontraron con graves problemas logísticos y fallos de comunicación.
El trabajo periodístico ha sido posible debido a que algunas unidades militares rusas utilizan frecuencias de radio no encriptadas. Esto significa que pueden ser fácilmente interceptadas y grabadas por cualquier radioaficionado.
En los audios, recogidos en el campo de batalla en torno a Makariv, a las afueras de Kiev, se puede ver cómo son frecuentes los errores de comunicación y las carencias a las que se enfrenta el ejército ruso. El NYT ha verificado las comunicaciones cruzando esta información con pruebas visuales sobre el terreno, datos de geolocalización y relatos de testigos presenciales.
El diario también recoge conversaciones que documentan las órdenes del ejército ruso de atacar indiscriminadamente zonas residenciales. “Dame las malditas coordenadas. Vamos a volar a esos bastardos hijos de puta en pedazos. Corto”, dice uno de los soldados. En otra de las conversaciones interceptadas, se da la orden de atacar una zona residencial con artillería después de limpiar el área de lo que llaman “propiedad”, que según la investigación puede ser la palabra clave para retirar de la zona al personal y equipo ruso.
El documento del NYT incluye conversaciones que se suceden a un ritmo frenético en situaciones desesperadas de soldados rusos bajo el fuego enemigo. “Mi situación es muy tensa. Hay tanques acercándose. Hay un dron sobrevolando la zona. Están disparando desde todas las direcciones”. Hay incluso momentos en los que uno de los soldados rusos está al borde de las lágrimas: “No voy a poder conducir hasta allí. Las carreteras están bajo fuego. En el camino he sido disparado”.
En otra de las conversaciones, se escucha cómo una unidad militar pide soporte aéreo ante la ofensiva enemiga. “Necesitamos ayuda aérea. Los chicos están sufriendo.” 30 minutos después, la ayuda no ha llegado: “¡Os habéis olvidado de la puta asistencia aérea!”, grita el soldado.
Los fragmentos también exponen pérdidas de tanques rusos y están llenas de peticiones de tropas que reportan de carencias críticas de suministros. “Necesito urgentemente combustible, agua, comida”, pide uno de los soldados. “Necesito urgentemente combustible, los vehículos están atascados en la carretera”, dice otro.
El hecho de que las comunicaciones no estén encriptadas no solo permiten que puedan ser grabadas, sino que cualquiera pueda interferir en las conversaciones. En uno de los audios se escucha cómo un ucraniano se burla de uno de los soldados.
- Soldado ruso: “Buscando rutas para la retirada, buscando rutas para la retirada”.
- Ucraniano : “Vete a casa, es mejor ser un desertor que convertirte en fertilizante”.
Según informa el New York Times, las tropas rusas han comenzado a utilizar más teléfonos móviles y lenguaje en clave para comunicarse, pero aún así las comunicaciones en el campo de batallas siguen estando comprometidas.
Sin cifras verificadas de soldados muertos
Los combates entre rusos y ucranianos se suceden sin que de momento se sepa a ciencia cierta cuántos soldados han muerto en la contienda. Mientras que las Fuerzas Armadas ucranianas cifran en unos 15.300 los soldados rusos muertos en un mes desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania.
Moscú guarda silencio. La semana pasada, una información publicada y eliminada enseguida en un diario ruso hablaba de casi 10.000 soldados rusos muertos durante la invasión en Ucrania, publicación que más tarde atribuyeron a un hackeo. El Ministerio de Defensa de Rusia admitió a principios de marzo que 498 soldados rusos habían muerto en combate y otros 1.597 habían sido heridos.
La OTAN por su parte calcula que las bajas rusas durante el primer mes de ofensiva se situarían entre 7.000 y 15.000.
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