Qué son los “campamentos patrióticos” acusados de planear atentados ante la toma de posesión de Lula en Brasil
“Los graves hechos ocurridos en Brasilia prueban que los llamados campamentos 'patriotas' se han convertido en incubadoras de terroristas”, denunció Flávio Dino, el nuevo ministro de Justicia de Brasil a partir del próximo domingo. La declaración llega después de que George Washington de Oliveira Sousa, un empresario de 54 años, fuera detenido el pasado sábado por la noche después de intentar explosionar un camión cargado de combustible en una zona cercana al aeropuerto internacional de Brasilia.
La intención del atacante era clara: generar caos. De esa manera, para el detenido, el atentado podría generar la necesidad de una intervención militar, que evitaría así la llegada de Lula al palacio de Planalto, según declaraciones De Oliveira Sousa difundidas este domingo. El ataque logró ser evitado por el escuadrón de explosivos del Batallón de Operaciones Especiales que desactivó los artefactos con una detonación controlada.
El arrestado está siendo investigado por terrorismo. Pero su caso no es aislado, ni opera en soledad. El acusado admitió que el atentado fue planeado por un grupo de seguidores de Jair Bolsonaro que están acampados frente al cuartel general del Ejército en Brasilia. “No permitiremos en Brasilia este tipo de manifestaciones que amenazan vidas, el derecho de las personas a ir y venir o incluso la propiedad”, declaró ante la prensa el jefe de la Policía Civil del Distrito Federal, Robson Cândido.
Qué son los campamentos “patriotas”
Las acampadas empezaron después de que Jair Bolsonaro decidiese no reconocer públicamente la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva. Los campamentos son conocidos como “patriotas” por el uso de la bandera brasileña como símbolo de identificación y la apropiación de los símbolos nacionales para representar intereses partidarios. Los manifestantes cuestionan la derrota electoral de Jair Bolsonaro del 30 de octubre, por lo que piden una “intervención federal”, es decir, que los militares impidan el paso de mando y la toma de posesión del nuevo Gobierno.
Estos grupos se concentran en las puertas de los cuarteles del Ejército de las distintas ciudades del país. Pero en Brasilia, los campamentos pacíficos pasaron a ser violentos. El 12 de diciembre, el día que el Tribunal Superior Electoral reconoció en Brasilia a Lula da Silva como el presidente electo de Brasil, los partidarios de Bolsonaro que se ubican frene al Cuartel General del Ejército en Brasilia, optaron por prender fuego a ómnibus, coches y atacar a la policía.
El explosivo detectado el pasado domingo supuso nuevo paso más en la violencia política. “Esto es algo que nunca ha existido en Brasilia y no permitiremos este tipo de manifestaciones que puedan afectar a las personas y la propiedad pública”, dijo el jefe de la Policía Civil del Distrito Federal. En la última semana, el Gobierno de transición ya pidió la detención de al menos 20 simpatizantes de Bolsonaro que acampaban en cuarteles, según Folha de São Paulo.
El equipo de transición de Lula espera que el domingo se reúnan alrededor de 300.000 personas en la Explanada de los Ministerios, en Brasilia, para asistir a la juramentación del nuevo presiente. La programación incluye conciertos y, como es usual, el desfile del nuevo mandatario en un coche descapotable. Pero la agenda podría sufrir modificaciones hasta el mismo día del evento, según explicó el futuro ministro de Justicia, que dijo que “todos los procedimientos serán reevaluados, con miras a fortalecer la seguridad”.
Explosivos en Brasilia
Un día después de la detención de George Washington de Oliveira Sousa, miembros de la policía anunciaron que desactivaron una serie de artefactos explosivos encontrados en un pastizal en los alrededores de Brasilia, según informaron este lunes fuentes oficiales a EFE. Los medios locales aseguran que se trata de 40 kilos de explosivos, listos para la toma de posición del líder del PT. Las autoridades también encontraron en la zona varios chalecos antibalas.
El nuevo Gobierno confirmó que propondrá a las Fiscalía General y al Consejo Nacional del Ministerio Público crear grupos especiales “para combatir el terrorismo y el armamento irresponsable”. Por su parte, el juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, ordenó la detención de dos influencers bolsonaristas del canal Hipocritas, Oswaldo Eustáquio y Bismark Fugazza, por incitar a las manifestaciones que piden un golpe militar.
Flávio Dino dijo este lunes que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva debe anticiparse y evitar una “situación de inestabilidad” en el país. “Obviamente vamos a anticiparnos a ciertos actos, porque no puede haber un vacío de poder. Entonces esto no va a pasar, en el sentido de que ya en las primeras horas del día, vamos a tomar medidas para que no ocurra esta situación de inestabilidad”, dijo en una entrevista este lunes con GloboNews.
La responsabilidad de Bolsonaro
“Lo que me motivó a adquirir armas fueron las palabras del presidente Bolsonaro, quien siempre enfatizó la importancia de las armas civiles, diciendo lo siguiente: 'Un pueblo armado nunca será esclavizado'. También mi pasión por las armas que he tenido desde mi juventud”, declaró de Oliveira Sousa una vez detenido.
En la vivienda del sospechoso la Policía encontró dos escopetas, un fusil, dos revólveres, tres pistolas, un millar de municiones, uniformes camuflados y cinco emulsiones explosivas usadas en minería y similares a la que equipaba el artefacto que fue desactivado. Jair Bolsonaro, si bien habilitó la conformación del equipo de transición, nunca reconoció su derrota. De hecho, insistió en la presentación de denuncias infundadas sobre el sistema de votación en Brasil.
Pero el Tribunal Electoral rechazó una denuncia presentada por el partido de Bolsonaro, el Partido Liberal, que buscaban impugnar la segunda vuelta presidencial. “No hay pacto político posible y no habrá amnistía para los terroristas, sus partidarios y financistas”, dijo el futuro ministro de Justicia de Brasil.
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