SOS desde el hospital Al Awda de Gaza: “Llevamos cuatro días rodeados, un francotirador ha matado a dos personas”

Olga Rodríguez

8 de diciembre de 2023 22:23 h

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“Estamos en el hospital Al Awda en el norte, bajo asedio desde hace cuatro días, nadie puede moverse de este edificio, ni entrar ni salir”, cuenta a elDiario.es desde Gaza, al otro lado del teléfono, Mohammed Salha, voluntario en el centro médico y colaborador de la ONG catalana Creart.

“Hay un francotirador. Ayer mató a un compañero enfermero cuando se acercó a una ventana. Dos o tres días antes había disparado contra el hijo de otro compañero cuando entraba en el hospital, pero pudimos salvar su vida. El primer día de asedio el francotirador mató a una mujer que vino con su cuñada embarazada para dar a luz en los servicios de maternidad. Su cadáver sigue tirado en la calle, nadie puede recogerlo”, prosigue.

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Según relatan varios presentes, en el edificio hay unas doscientas cincuenta personas: noventa y ocho trabajadores sanitarios, cuarenta y tres pacientes y más de un centenar de refugiados. Calculan que tienen comida para cuatro días más -“solo comemos una vez al día”- agua para dos días y combustible para cuatro días “pero nadie puede moverse hasta allí para llenarlo, a no ser que ideemos una estrategia sin arriesgar nuestras vidas. Es un asedio total”, relatan.

El primer día de asedio el francotirador mató a una mujer que venía al servicio de maternidad, su cuerpo sigue tirado en la calle

Las personas atrapadas en el hospital temen un ataque mayor o la toma del centro médico: “No hay negociaciones, es difícil tener Internet, y peligroso, porque tenemos que subir a las plantas de arriba para acceder a la conexión. Escribimos aquí abajo y solo subimos para enviar los mensajes”, cuentan en conversación con elDiario.es.

“No puedo describir mis sentimientos y los de los pacientes, esto es horrible”, añade Mohammed, con sonido de bombardeos al fondo.

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Desde Bélgica la palestina Tamam Abusalama ha denunciado que otra de las personas atrapadas en el Al Awda es la esposa de su tío, “uno de los trabajadores palestinos que fue torturado y abusado antes de ser desplazado a la frontera palestino-israelí. Ella está en el hospital Al Awda, donde trabaja. Está rodeada y no hay posibilidad de llegar a ella. Estamos preocupados especialmente porque resultó herida hace unas semanas. Esperamos que pueda volver a ver a mi tío”.

El Al Awda cuenta con un servicio de maternidad y con un equipo especial de cirugía y ortopedia y está situado en el campo de refugiados de Jabalia, en la zona norte de la Franja, donde el viernes la mezquita Al Awda fue alcanzada por un ataque israelí. El propio centro médico ha recibido varios ataques, uno de ellos en noviembre, en el que murieron tres doctores de Médicos sin Fronteras: Mahmoud Abu Nujaila, Ahmad Al Sahar y Ziad Al-Tatari, tal y como denunció la ONG.

El doctor Abu Nujaila escribió poco antes de morir en una pizarra del hospital una frase que ha hecho suya Médicos Sin Fronteras en su petición pública de alto el fuego inmediato: “Hicimos lo que pudimos. Recordadnos”.

Morir o desplazamiento forzado a Egipto

El ejército israelí ha intensificado sus ataques en el sur y sigue arrinconando a la población palestina en un espacio cada vez más reducido, con órdenes de desplazamiento forzado más al sur, ya muy cerca de la frontera de Rafah con Egipto. El alto comisionado de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, ha advertido en una carta enviada a la Asamblea General de que la UNRWA está al borde de sus capacidades, en una situación “insostenible”:

“En mis 35 años de trabajo en emergencias complejas jamás esperaba tener que escribir una carta así, prediciendo la matanza de mi equipo [hay ya 130 trabajadores muertos] y el colapso del mandato que se espera que cumpla (...) Nuestro personal todavía intenta ayudar a las familias traumatizadas, algunas de las cuales llegan cargando a sus hijos muertos”.

Lazzarini alerta de que “sin ayuda y sin refugio seguro, los civiles en Gaza corren el riesgo de morir o serán obligados a viajar a Egipto y más allá (...). Debe impedirse un desplazamiento forzado más allá de tierras palestinas, que recuerde a la Nakba de 1948”.

Sin ayuda y sin refugio seguro, los civiles en Gaza corren el riesgo de morir o serán obligados a viajar a Egipto y más allá

“Los ojos del mundo y de la historia están mirando”

Este viernes desde la sede de Naciones Unidas en Nueva York, tras invocar el día anterior el Artículo 99 de la Carta de la ONU, el Secretario General Antonio Guterres ha pedido un alto el fuego inmediato y ha advertido de que “los ojos del mundo -y los ojos de la historia- están mirando. Es hora de actuar”. Guterres ha indicado que ya han muerto más de 17.000 palestinos en Gaza, entre ellos más de 4.000 mujeres y 7.000 niños.

A pesar de ello, EEUU ha vetado la resolución de la ONU para un alto el fuego a última hora del día, en un gesto histórico y representativo de las dinámicas de poder actuales. Washington se ha quedado solo en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU, con trece votos a favor, la abstención de Reino Unido y un único voto en contra, el suyo, pero con poder de veto y, por tanto, determinante. Ese mismo poder de veto lo ha usado ya en otras ocasiones desde el inicio de la masacre en Gaza.

“Hay además decenas de miles heridos y desaparecidos bajo los escombros. 339 centros educativos y 26 hospitales han sido atacados, 56 instalaciones médicas, 88 mezquitas y 3 iglesias. El 60% de las viviendas dañadas o destruidas. El 85% de la población ha sido forzada a desplazarse. A la gente de Gaza se le pide que se traslade como si fueran bolas de pinball humanas, rebotando entre zonas cada vez más pequeñas del sur, sin ninguno de los elementos básicos para la supervivencia. Nadie está a salvo en Gaza”, ha rematado Guterres, en vano.

EEUU: “No apoyamos un alto el fuego inmediato”

En su intervención durante la reunión del Consejo de Seguridad el embajador israelí en la ONU ha afirmado que “siempre es más fácil presionar a la democracia respetuosa con la ley que a los terroristas que ni siquiera reconocen la existencia del derecho internacional”. Veinticuatro horas antes Israel había acusado a Guterres de ser un “peligro para la paz mundial” por haber pedido un alto el fuego e invocado el Artículo 99.

El embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas ha señalado la necesidad de que Israel cumpla la ley internacional humanitaria, pero al mismo tiempo ha indicado que “no apoyamos los llamamientos para un alto el fuego inmediato, esto solo plantaría las semillas para una próxima guerra. Ha añadido que ”Hamás sigue presentando una amenaza para Israel; (...) una amenaza que ninguno de nuestros gobiernos permitiría en nuestras propias fronteras“.

Israel es el receptor de la mayor ayuda militar anual estadounidense, con más de tres mil millones de dólares al año. A eso se suma ahora una gran cantidad de equipamiento militar -bombas, proyectiles de artillería y otras armas- entregadas por Washington desde el inicio de los bombardeos contra Gaza. Estos envíos han provocado protestas internas en el Departamento de Estado de EEUU y la dimisión de un alto funcionario, Josh Paul, que ha denunciado la falta de escrutinio y de condiciones para esos envíos de armamento.

Por su parte, en el debate previo a la votación este viernes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el embajador palestino para la ONU lamentaba: “Sigo leyendo en los medios de comunicación que Israel no tiene objetivos de guerra claros. ¿Se supone que debemos fingir que no sabemos que el objetivo es la limpieza étnica de la Franja de Gaza? ¿El despojo y desplazamiento forzoso del pueblo palestino cuando tantos representantes israelíes no pudieron evitar admitirlo?”. Y añadía: “La vergüenza no recae en quienes piden un alto el fuego ante tales atrocidades, sino en quienes se niegan a hacerlo”.