Qué supone el nombramiento de Sinwar, del ala dura, como nuevo líder político de Hamás
Durante casi dos décadas, decenas de pancartas y carteles con la imagen de Ismael Haniyeh estuvieron colgados a la vista de todos por toda la Franja de Gaza, especialmente en el campo de refugiados de Al Shati, lugar donde el líder del politburó de Hamás creció y vivió durante gran parte de sus 62 años de vida.
Haniyeh, que residía en Qatar desde que en 2019 se erigiera como el rostro diplomático de Hamás en Oriente Medio, fue asesinado en su alojamiento temporal de Teherán, donde el Gobierno iraní le hospedó hace más de una semana para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente del país, Masoud Pezeshkian.
“En Gaza la muerte de Haniyeh no cambiará nada, ni ahora, ni después de la guerra”, explica el traductor Kayed Hammad desde la Franja de Gaza. “Antes fue asesinada gente mucho más importante que él como Ábdel Aziz ar-Rantisi (2004), uno de los fundadores del movimiento. Al final, siempre hay un reemplazo”, señala el palestino.
Ese reemplazo como jefe del buró político es Yahya Sinwar, considerado el cerebro del ataque contra Israel el pasado 7 de octubre y líder de Hamás en Gaza. Sinwar es un perfil duro que ha pasado casi 23 años en prisiones israelíes —quedó en libertad tras un intercambio de presos en el que 1.027 palestinos y árabes israelíes salieron de la cárcel a cambio de un solo rehén israelí—. Tan solo dos años después de la fundación de Hamás en 1987, Sinwar creó la organización de seguridad interna del grupo, Al-Majd, con apenas 25 años de edad. Actualmente es el gran objetivo de una operación militar en Gaza que ya ha matado a casi 40.000 palestinos.
“Su nombramiento va a enfadar a los israelíes. Se dirá que es el más duro y extremista y su elección es una respuesta a lo que han hecho los israelíes matando a dirigentes de Hamás”, dice Hammad. Para algunos, su nombramiento es un mensaje claro que puede complicar aún más las negociaciones por un alto el fuego.
Todas las decisiones pasaban por Sinwar
Si Yahya Sinwar será el responsable del brazo político de la organización, su hermano Mohamed Sinwar parece el candidato natural para suceder al líder del brazo armado de Hamás, Mohamed Deif, fallecido por un bombardeo israelí en julio.
“Aunque Haniyeh estuviese en Qatar o Turquía y fuese el interlocutor con las naciones árabes o, sobre todo, Irán, ninguna decisión se tomaba sin la aprobación de Sinwar en Gaza”, explica a elDiario.es Matthew Levitt, del Instituto de Washington para la Política de Oriente Próximo.
“Es un hombre que no utiliza tecnología. Por eso triangular entre Gaza, El Cairo, Doha o cualquier otro lugar donde se estén produciendo las negociaciones ha demorado las comunicaciones durante meses. No es tan fácil si vives en un búnker y dependes de personas como mensajeros. Comunicarse con él seguirá siendo un reto”, añade.
Según medios israelíes, Sinwar fue seleccionado por los 50 miembros más relevantes del Consejo de la Shura, un órgano consultivo compuesto por miembros de Hamás en Gaza, Cisjordania, la diáspora y prisioneros de seguridad en cárceles israelíes.
Su nombramiento “es una muestra de fe” por parte de Hamas, decía el analista Ohad Hemo en el Canal 12 israelí. “Devuelve el centro formal del poder de Hamás a Gaza”, mientras que en los últimos años gran parte del liderazgo oficial estaba en el extranjero. Esto está sucediendo precisamente cuando Hamas se encuentra en su peor momento en Gaza. Es una muestra de fe“.
“No era Haniyeh quien tomaba decisiones en Qatar, sino Sinwar en Gaza”, explica Levitt. “Está claro que esto retrasará una pausa en los combates y un acuerdo de rehenes por prisioneros, pero no creo que un acuerdo de ese tipo esté descartado porque los factores que empujaban a las partes al acuerdo siguen vigentes”.
Hasta que no ha concluido el proceso de reemplazo de Ismael Haniyeh dos nombres resonaban en las quinielas sucesorias: el primero, su carismático predecesor Jaled Meshal, de 68 años, considerado como “pragmático” al igual que su antecesor, pero más moderado respecto de las posiciones de Hamás y representante desde 2021 del buró político en la diáspora palestina; segundo, Jalil al-Haya, diputado por Gaza en el Consejo Legislativo Palestino, también con residencia en Qatar y miembro del equipo de negociadores encargado de las conversaciones indirectas con Israel para lograr un alto el fuego en Gaza a cambio de la liberación de los rehenes israelíes.
Al-Haya, de 63 años, es más querido que Meshal por Irán (el principal proveedor de fondos y armas de Hamás) después de que el segundo se posicionara durante la guerra en Siria a favor de la resistencia suní contra el presidente Bashar al Asad, aliado de la república de los Ayatolás.
En lo que respecta a los combates en Gaza es poco probable que la muerte del antiguo líder de Hamás tenga en el corto plazo un impacto directo sobre los objetivos estratégicos de la milicia islamista, especialmente si Yahia Sinwar, enmarcado dentro del ala dura del movimiento, continúa al mando de las operaciones.
“Haniyeh era un hombre respetado incluso por quienes no simpatizaban con Hamás. Su muerte ha dejado a mucha gente consternada, en shock”, explica al teléfono Haula al Haidi, periodista de la cadena administrada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) Palestine TV y colaboradora desde el inicio de la guerra en la saudí Al Arabiya. Al Haidi recuerda de Haniyeh había perdido a muchos miembros de su familia en Gaza por los bombardeos israelíes.
“Mucha gente está triste por lo sucedido, pero lo está más por la desesperación que viven en su día a día. La falta de comida y agua, las enfermedades o la falta de esperanza en que termine esta agresión sin fin”, añade la periodista.
El pasado mes de mayo, el fiscal general de la Corte Penal Internacional pidió órdenes de arresto para Haniyeh, Deif y Yahya Sinwar por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Solo Sinwar sigue con vida. El fiscal también pidió la detención de Benjamin Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, por la parte israelí.
Según el Ejército israelí, la ofensiva militar ha terminado con la vida de unos 14.000 combatientes de Hamás (alrededor de la mitad de los que conforman las Brigadas Izzadin al-Qassam) desde que comenzó el pasado 7 de octubre. Pero también ha matado a casi 40.000 civiles, según las últimas cifras proporcionadas por el ministerio de Sanidad palestino. Del lado israelí, unas 1100 personas han sido asesinadas y otras 250, secuestradas. Se cree que 115 más, no todas vivas, continúan retenidas en la Franja de Gaza a la espera de que Israel y Hamás lleguen a un acuerdo que hoy parece más lejano que nunca.
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