Los talibanes dispersaron este sábado con gases lacrimógenos y disparos al aire una protesta organizada por mujeres afganas, que por segundo día consecutivo han salido a la calle en Kabul para reclamar sus derechos y su participación en un futuro gobierno de Afganistán.
Las manifestantes estaban realizando una marcha desde el Ministerio de Relaciones Exteriores hacia las puertas del Palacio Presidencial cuando fueron detenidas por los talibanes. “Nos impidieron continuar la marcha y dijeron que no está permitido ir hacia la puerta del Palacio Presidencial”, dijo a Efe una de las organizadoras de la protesta, que pidió el anonimato.
“Usaron disparos y gases lacrimógenos para dispersarnos, incluso si cinco mujeres se reúnen en un lugar para protestar las dispersan”, agregó esta misma fuente, que afirmó que una manifestante había sufrido una herida en la cabeza durante los altercados de esta mañana.
Esta es la segunda jornada consecutiva de protestas que las mujeres llevan a cabo en Kabul y la tercera desde que los talibanes tomasen el control de casi todo el país. La primera se produjo el pasado jueves, cuando una veintena de afganas se congregaron para reclamar que se respeten sus derecho en el nuevo régimen talibán.
“La protesta de hoy (por el sábado) estuvo en línea con la protesta de ayer (viernes) para pedir a los talibanes que le den a las mujeres una participación significativa en todos los aspectos de la vida, incluida la toma de decisiones y la política”, explicó a Efe Samira Khairkhwa, otra de las organizadoras de las protestas en la capital afgana. La activista remarcó que las protestas de mujeres continuarán “hasta que los talibanes acepten nuestras demandas, no nos quedaremos calladas ni nos encerraremos en las casas”.
Los islamistas prometieron que su Gobierno será “inclusivo”, representando a todas las etnias y tribus del país, pero en el caso de las mujeres los líderes fundamentalistas han pedido esperar para ver cuáles serán las nuevas directrices, y han dicho que, mientras tanto, a las funcionarias se les pagará a domicilio. El portavoz talibán, Bilal Karimi, dijo ayer a Efe que “todos los afganos, incluidas las mujeres, gozarán de sus derechos en el futuro gobierno, pero el nivel de participación de las mujeres en la política es algo que se decidirá y quedará claro una vez que se forme el nuevo gobierno”.
En este sentido, las afganas defienden en los últimos veinte años han ganado grandes logros en materia de derechos y educación, por lo que también merecen trabajar como ministras, directoras y en otros puestos gubernamentales. Además, piden a la comunidad internacional que no las olvide y que escuchen sus voces; que trabajen y defiendan los derechos de las mujeres afganas.
Desde la toma de casi todo el territorio afgano por parte de los talibanes, las mujeres son las que más han sufrido la represión y la perdida de unos derechos que habían ido conquistando poco a poco en las últimas dos décadas. En una carta escrita por doce mujeres afganas atrapadas en Herat, que reclamaban ayuda ante el avance de los grupos insurgentes antes incluso de la toma de Kabul, ya advertían que los talibanes “se reparten a las mujeres como botín de guerra, las violan y las azotan en público por sorprenderlas sin burka”.
En las últimas semanas, los talibanes ya habían ido prohibiendo a las niñas que fueran al colegio y las mujeres son azotadas por “adulterio”, una categoría que incluye todas las relaciones sexuales fuera del matrimonio, incluida la violación. Además, si una mujer trata de defenderse ante un tribunal talibán, su testimonio vale la mitad que el de un hombre, según dijo un juez al periódico 'The Observer'.