Las mujeres no podrán asistir a las universidades en Afganistán, según una orden publicada este martes por el Gobierno de los talibanes, en un nuevo movimiento de opresión del régimen fundamentalista, que ya prohibió hace un año la educación secundaria de niñas.
La decisión emitida por el ministro de Educación Superior de los talibanes, Shaikh Nida Muhammad Nadim, fue tomada tras una reunión del gabinete del Gobierno de los islamistas, según una misiva oficial publicada por medios afganos.
La carta dirigida a las autoridades de las universidades del sector público y privado instruye a los centros a prohibir todo tipo de educación para mujeres “con efecto inmediato y hasta nuevo aviso”.
La decisión de este martes está precedida de la prohibición a la educación secundaria femenina impuesta desde que los talibanes llegaron al poder en agosto del año pasado.
Sin embargo, los islamistas habían prometido en varias ocasiones que permitirían la educación de las jóvenes una vez que encontraran un modelo de enseñanza que se adecuara a la sharía o ley islámica.
Continuo retroceso
A los largo de casi año y medio, estas restricciones se han sumado a otras en un continuo retroceso de los derechos humanos para las mujeres, como la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del burka o la obligación de ir acompañadas de un familiar masculino en trayectos largos.
“Me invade la ira, la desesperanza, una sensación de impotencia y culpa. Ningún paso adelante y un retroceso tan inmenso para Afganistán en los últimos 16 meses. Tenemos que encontrar formas nuevas y creativas de mantener la luz encendida, para que la lucha continúe”, escribió en Twitter la activista afgana Shaharzad Akbar.
Hace escasamente dos meses que miles de jóvenes de todo el país se presentaron a las pruebas para acceder a las universidades, lo que suponía para miles chicas una de las últimas oportunidades para acceder a la educación superior.
Entre ellas se encuentra Fatima Amiri, una joven de la perseguida minoría chií hazara, que perdió uno de sus ojos en un ataque suicida en un centro educativo de Kabul y que aún con las heridas de aquel atentado se presentó a las pruebas de ingreso y logró un puesto en una de las principales instituciones de Kabul.
Estudiar informática “era mi sueño”, contó Amiri a EFE cuando se conocieron los resultados de admisión.
Pese a que prometieron que habían cambiado, los talibanes han repetido el comportamiento de su anterior régimen entre 1996 y 2001, cuando en base a una rígida interpretación del islam y su estricto código social conocido como pastunwali prohibieron la asistencia femenina a las escuelas y recluyeron a las mujeres en el hogar.
EEUU amenaza con “consecuencias significativas”
Estados Unidos amenazó este martes con “consecuencias” para los talibanes por vetar el acceso a las mujeres en las universidades de Afganistán, sin dar más detalles al respecto.
“Estados Unidos condena en los términos más enérgicos la indefendible decisión de los talibanes de prohibir el ingreso de mujeres a las universidades”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en una rueda de prensa.
Price calificó de “inaceptable” el veto talibán y advirtió de que habrá “consecuencias significativas para los talibanes, a la vez que los alejará aún más de la comunidad internacional”. Aseguró que Estados Unidos y sus aliados cuentan con “una serie de herramientas” para hacer que “los talibanes rindan cuentas”, aunque evitó entrar en más detalles por ahora.
Por su parte, la ONU instó este miércoles a los talibanes a garantizar la igualdad de acceso a la educación a todas las afganas. “La negación de la educación no solo viola la igualdad de derechos de mujeres y niñas, sino que tendrá un impacto devastador en el futuro del país”, dijo en un comunicado Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres.
El secretario general “está profundamente alarmado” por esta decisión e instó a los fundamentalistas “a garantizar la igualdad de acceso a la educación en todos los niveles para mujeres y niñas” en Afganistán, dice Dujarric.