Los talibanes rodean Panshir, último bastión de la resistencia en Afganistán
En el valle de Panshir, al norte de Kabul en la región de Hindú Kush, un grupo de combatientes y políticos continúan resistiendo al control de los talibanes desde la última zona del país en la que, por ahora, el grupo extremista no se ha hecho con el poder.
La región fue un foco de resistencia durante décadas, primero contra los soldados soviéticos en los 80 y después contra los talibanes en los 90. Ahora es prácticamente la única de las 34 provincias de Afganistán que no ha caído en manos de los talibanes, pese al rápido avance que llevó a los insurgentes a culminar hace una semana su ofensiva con la toma de Kabul.
Desde entonces, miles de personas se han dirigido a Panshir para unirse a la lucha y huir de los talibanes, según explicaba Ali Maisam Nazary, portavoz de la resistencia, a AFP. Nazary aseguraba que en la región ya se concentra una fuerza de combate de unas 9.000 personas. Las imágenes captadas por las cámaras de la agencia francesa muestran a niños portando rifles y ondeando la bandera afgana en el valle.
Sin embargo, el desenlace en esta región podría precipitarse. Combatientes talibanes tienen al enemigo “sitiado dentro de Panshir”, según ha informado este lunes en un mensaje en Twitter el principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid.
Según afirman los islamistas, los líderes talibanes estarían negociando una rendición o la toma por la fuerza de la provincia, donde permanecen centenares de soldados y guerrilleros locales atrincherados.
Los talibanes se han posicionado en los accesos de la montañosa región, una fortaleza natural, desde las provincias de Takhar y Badakhshan, y la localidad de Andarab, en la provincia de Baghlan.
Los herederos del León de Panjshir
La región, un montañoso valle al norte de Kabul, es defendida por centenares de soldados de las fuerzas afganas que se refugiaron allí durante la caída del resto de Afganistán y el derrocamiento del Gobierno del presidente afgano, Ashraf Ghani, que huyó del país.
Panjshir es además base del frente de la “Alianza del Norte”, una formación guerrillera de “señores de la guerra” que fue liderada por el carismático guerrillero Ahmad Shah Massoud, conocido como el “León de Panshir”, que han resistido y protegido la región durante décadas.
Ahora, el hijo del ya fallecido “León de Panshir”, el joven Ahmad Massoud, se ha presentado como el líder de este movimiento que resiste, junto a cientos de soldados, la ofensiva de los talibanes.
Ahmad Massoud ha hecho público en varias ocasiones en los últimos días su disposición a negociar con los talibanes.
“Estamos listos para hablar con los talibanes, ya tenemos contactos con el movimiento, nuestros representantes conjuntos se han reunido varias veces”, afirmó Ahmad Massoud, en una entrevista publicada el domingo por el diario catarí Al-Sharq.
Lo que es inaceptable para el hijo del “León de Panshir” es la formación de “un gobierno extremista” de los talibanes, según el diario.
El principal objetivo del Frente de Resistencia Nacional es evitar un mayor derramamiento de sangre en Afganistán y presionar por un nuevo sistema de gobierno.
“Las condiciones para un acuerdo de paz con los talibanes es la creación de un gobierno que garantice la justicia social, la igualdad, los derechos y la libertad para todos”, explicó a AFP Nazary, que añadía que la resistencia también está preparada para el combate y que, si los talibanes no negocian, se enfrentarán a la resistencia en todo el país.
En Panshir se encuentra también Amrullah Saleh, exvicepresidente primero del Gobierno afgano, ahora autoproclamado presidente interino tras la huida de Ghani y el mayor promotor de la resistencia.
Saleh es el funcionario de más alto rango del gobierno depuesto que se encuentra aún en Afganistán, reclamando la legitimidad de su Gobierno que por vía constitucional establece que en ausencia del jefe de estado le corresponde a él asumir el poder.
Saleh había confirmado con anterioridad la presencia de los insurgentes “cerca de la entrada de Panshir”, y aseguró en Twitter que una de las principales carreteras de acceso está bajo el control de la resistencia.
“Hay caminos que deben evitarse, nos vemos”, concluyó el también miembro de la Alianza del Norte y ferviente seguidor del “León de Panshir”, aludiendo a los insurgentes y a sus fracasos pasados al intentar tomar el valle.
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