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Akihito será el primer emperador japonés en abdicar en 200 años

Justin McCurry

Tokio —

Akihito, el emperador de Japón, abdicará en otoño de 2019, casi tres años después de sugerir que su edad y salud estaban afectando su habilidad para llevar a cabo sus tareas oficiales. Actualmente tiene 83 años.

Se retirará oficialmente el 30 de abril de 2019, en la que será la primera abdicación por parte de un emperador japonés en 200 años. Su hijo mayor, el príncipe heredero Naruhito, se convertirá al día siguiente en el 126º en ocupar el trono del crisantemo.

La fecha se fijó el viernes 1 de diciembre por el consejo de la casa imperial, constituido por el primer ministro Shinzo Abe, parlamentarios, jueces del Tribunal Supremo y miembros de la familia imperial.

“Me conmueve de verdad que el consejo haya llegado a esta decisión con tanta delicadeza, marcando un paso decisivo hacia la sucesión imperial”, dice Abe.

La abdicación iba a tener lugar a principio de 2019 pero se desechó este plan para permitir que Akihito celebrara su 30º aniversario en el trono. Algunas autoridades también mostraron su preocupación con que una abdicación en año nuevo se solapara con los eventos de la temporada y los rituales imperiales.

Un reinado popular

Akihito se ha convertido en una figura muy querida desde que en enero de 1989 sucedió a su padre, Hirohito, el emperador en el período de guerras.

Aunque la Constitución japonesa de posguerra prohíbe a los emperadores japoneses influir políticamente, Akihito ha usado su rol para promover la reconciliación con las víctimas de agresiones bélicas. En una visita a China en 1992, dijo que “lamentaba profundamente” un “período desafortunado en el que mi país causó un gran sufrimiento a la gente de China”.

Akihito y la emperatriz Michiko, una plebeya que conoció jugando al tenis, también han tenido un papel destacado en la ayuda a las víctimas de desastres naturales, haciendo visitas regulares a la región devastada por el tsunami que tuvo lugar en 2011.

“Tanto el emperador como la emperatriz han pensado en la gente sin descanso”, dice Taeko Ito, un cuidador de 72 años. “Ahora está mayor y espero sinceramente que pueda descansar”.

El nombre dado a su reinado, la era Heisei (“consiguiendo la paz”), será reemplazado cuando Naruhito se convierta en emperador a sus 59 años, aunque todavía se tiene que decidir el nuevo nombre. Akihito y Michiko se mudarán a un nuevo hogar tras dejar el palacio imperial.

El gobierno de Japón se apresuró a redactar leyes para cumplir los deseos de Akihito, porque la legislación de la casa imperial de 1947 no contempla abdicaciones. El último emperador en abdicar fue Kokaku en 1817.

Una corta línea de sucesión al trono

La jubilación de Akihito y el compromiso matrimonial de su nieta mayor, la princesa Mako, han liderado el debate sobre la escasez de herederos masculinos y una posible crisis de sucesión en el linaje imperial que, si se incluye a monarcas legendarios, se remonta a más de 2.600 años.

Sin embargo, Shinzo Abe, se resistió a la presión de la oposición a incluir una cláusula que permita a miembros femeninos a mantener su estatus real después de casarse con plebeyos, un cambio que habría permitido a sus hijos convertirse en emperadores.

El matrimonio de Mako en noviembre del año que viene dejará a la familia real con 18 miembros -de los cuales 13 son mujeres- y sólo cuatro herederos al trono: Naruhito, su hermano menor, el príncipe Akishino y su hijo, el príncipe Hisahito de tan sólo 11 años y el hermano del emperador, el príncipe Masahito, de 82 años.

Akihito, que cumple 84 años a finales de diciembre, dio un inusual discurso televisivo en agosto de 2016 en el que expresó su temor a que su edad y mal estado de salud no le permitieran llevar a cabo sus tareas oficiales. Se había sometido a un tratamiento para el cáncer de próstata y a una cirugía de corazón.

Traducido por Marina Leiva