Esta semana se cumple un año de la implementación del Plan de Acción Integral Conjunto sobre el programa nuclear iraní, firmado por la Unión Europea, China, Francia, Alemania, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos e Irán. Este acuerdo fue el resultado de elecciones valientes, liderazgo político, determinación colectiva y trabajo duro. Un año después, podemos decir claramente que el acuerdo de Irán funciona y que tenemos que mantenerlo.
A los críticos que han mostrado preocupaciones tanto por las condiciones del acuerdo como tan solo por el hecho de llegar a un acuerdo con Irán, les digo: Comprobad de cerca los datos. El acuerdo ya ha dado sus frutos resolviendo pacíficamente una tensa y larga disputa. Sin él, hoy puede que nos estuviésemos enfrentando un conflicto militar más en una región que ya está demasiado desestabilizada.
El acuerdo, un año después de su implementación, está cumpliendo su principal objetivo: asegurar un programa nuclear iraní estrictamente pacífico y de uso civil. La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), vigilante nuclear de la ONU, ha emitido cuatro informes sobre el asunto y ha verificado periódicamente que Irán está cumpliendo con sus obligaciones nucleares. Esto significa que el programa nuclear iraní ha sido reformulado, reducido y es actualmente objeto de un control intensivo por la AIEA.
La comisión conjunta, que yo coordino, supervisa constantemente la implementación del acuerdo, reuniéndose de forma periódica, lo que nos permite detectar incluso posibles desviaciones de menor importancia y tomar las medidas de corrección necesarias si surge la necesidad.
El acuerdo también está funcionando para Irán. Importantes empresas están invirtiendo su dinero en el país: el sector petrolífero, la industria automovilística, la aviación comercial, solo por dar algunos ejemplos, son sectores en los que se han firmado significativos contratos. El Fondo Monetario Internacional ha estimado un crecimiento real del PIB iraní del 6,6% en 2016-17.
Por supuesto, se necesita más trabajo. Hay que realizar reformas económicas a nivel nacional para hacer que estos resultados positivos calen en la población iraní, especialmente entre los más jóvenes. Pero la tendencia es absolutamente clara y el progreso indiscutible. El comercio entre la Unión Europea e Irán ha aumentado un asombroso 63% en los tres primeros trimestres del año pasado. Después de más de 30 años de relaciones diplomáticas congeladas, la Unión Europea e Irán también están dialogando sobre la cooperación sobre materias tan diversas como economía, protección del medio ambiente, migración y cultura. Y la lista podría continuar.
Por lo tanto, y a pesar de las críticas que falsamente insisten en las deficiencias que se desprenden del acuerdo pero pasan por alto sus probados beneficios, es importante decir tajantemente: el acuerdo nuclear con Irán está funcionando.
No deben existir dudas de que la UE respalda firmemente el acuerdo, el cual es un esfuerzo multilateral. El acuerdo fue corroborado por los esfuerzos de los signatarios –Reino Unido, Alemania, Francia, EEUU, Rusia y China– e Irán. Pero ahora pertenece a toda la comunidad internacional, después de haber sido respaldado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin este acuerdo, la situación en la región sería incluso más alarmante. Y estaríamos pasando por alto una oportunidad histórica si desaprovechásemos la posibilidad de construir un entorno regional más cooperativo.
Contra un pasado dramático en la región, el acuerdo nuclear es un destello de lo que es posible en las relaciones internacionales, abordando los conflictos que afectan a la región de una manera cooperativa.
Podemos conmemorar el primer aniversario del comienzo de la aplicación del acuerdo nuclear diciendo claramente que está funcionando, gracias al compromiso y a la determinación de todos. Y podemos arrancar 2017 reafirmando nuestro gran interés colectivo de cumplir los compromisos que hemos hecho, fomentando la seguridad no solo para la región sino para todo el mundo.
Traducido por Javier Biosca y Cristina Armunia